La Corona británica ideó en secreto la operación ‘London Bridge’, el plan confidencial que se pondrá en marcha tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, permitiendo así la ascensión al trono del príncipe Carlos y su esposa Camila.

Los cortesanos del Palacio de Buckingham -la residencia oficial en Londres de la soberana-, con apoyo del Gobierno británico, elaboraron el plan ante la eventualidad del fallecimiento de la monarca, de 90 años.

Según detalló el periódico The Guardian, el gastroenterólogo Huw Thomas, médico personal de la Reina, estará a cargo de dar la noticia a la familia real por el deceso, y atenderá a la monarca en las últimas horas de vida. El Palacio de Buckingham anunciará en un boletín oficial la noticia, que será leída poco después en los 53 países del Commonwealth (excolonias británicas), donde la monarca es la principal figura política.

El secretario privado de la Reina, Christopher Geidt, será la persona encargada de comunicar el deceso de la soberana al primer ministro.

La última vez que un monarca británico falleció, hace 65 años, la muerte de Jorge VI fue comunicada dentro del palacio bajo el código secreto de ‘Hyde Park Corner’, para que las telefonistas y servidumbre no descubrieran la noticia y la dieran a conocer antes de tiempo.

Para Isabel II, se eligió el código ‘London Bridge’ (Puente de Londres), uno de los sitios más turísticos de la urbe. A partir de ese momento, se pondrán en marcha los preparativos para el funeral de la Reina en la Abadía de Westminster, como también la procesión del catafalco real por las calles de Londres, a cargo del Duque de Norfolk, una tradición que se remonta a 1672.

El cortejo fúnebre incluirá miles de soldados de las tres fuerzas armadas, la banda militar tocará la marcha fúnebre de Beethoven, y se dispararán balas de salva desde Hyde Park.

Se espera que al menos un millón de personas se aposten en los alrededores de la procesión fúnebre para presenciar el evento, el cual será transmitido en directo por la BBC a cientos de millones de personas en todo el mundo.

El féretro con los restos mortales de la Reina será trasladado primero al Westminster Hall, la parte más antigua del Parlamento británico, donde la población podrá acercarse a despedir a su monarca. Después de varios días será llevado a la vecina Abadía, donde el Arzobispo de Canterbury oficiará una ceremonia de pompa y circunstancia. Finalmente, los restos de Isabel II serán trasladados en tren al castillo de Windsor, al oeste de Londres, donde serán enterrados en la medieval Capilla de San Jorge junto a otros monarcas como Jorge III, Guillermo IV y Jorge VI.

La BBC, que desde hace 30 años se alista para esa eventualidad, pondrá en marcha una serie de programas especiales en homenaje a la monarca, y dedicará dos semanas ininterrumpidas a la cobertura de ese evento. En tanto, ambas Cámaras del Parlamento serán convocadas para una sesión especial donde los legisladores y lores podrán rendir tributo a la Reina.

En los nueve días posteriores a la muerte de Isabel II, conocidos como ‘D-days’ (días D), se harán proclamaciones reales en todas las alcaldías británicas y el nuevo rey Carlos III saldrá de gira por Reino Unido junto a su esposa, a partir de ese momento reina Camila.

Se espera -además- la llegada del mayor número de delegaciones diplomáticas a Londres no vistas desde la muerte del exprimer ministro británico Winston Churchill en 1965.

La operación ‘London Bridge’ priorizará en todo caso el ascenso al trono de Carlos, quien hará un comunicado como jefe de Estado horas después de la muerte de su madre.

En Londres sonarán las trompetas y se desplegarán banderas heráldicas proclamando la muerte de la soberana y el ascenso al trono de su primogénito. También se harán anuncios públicos en las principales ciudades de Reino Unido, entre ellas Birmingham, Manchester, Liverpool, Belfast, Cardiff, Edimburgo y Glasgow, con misas y ceremonias que ya son planeadas.

“Habrá un sentimiento general de pesadumbre por la partida de Isabel II, que habrá reinado por más de 60 años”, declaró Andrew Roberts, historiador experto en temas de realeza. “La muerte de la Reina intensificará sentimientos patrióticos en los británicos, de alguna manera en línea con los sentimientos del Brexit”.

Isabel II, que es gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra y que desde 1947 está casada con el duque Felipe de Edimburgo, se convirtió en 2007 en la monarca más longeva en la historia británica al superar a su tatarabuela, la reina Victoria.

Desde septiembre de 2015 es también la monarca británica con el mayor período de reinado en la historia de Gran Bretaña, hasta hoy 65 años.

Además, en la actualidad, es la jefa de Estado más anciana del mundo. Su visión de la monarquía y la manera en cómo ha realizado una paulatina transformación de esta institución en el siglo XXI la han convertido en el paradigma de los monarcas europeos, cuyas funciones como estadista suelen ser imitadas por numerosos jefes de Estado. (I)