La histórica debilidad de los movimientos políticos en Perú llevará a que, de las elecciones del 10 de abril, resulte un Congreso de la República atomizado, que obligará a establecer alianzas entre los partidos.

Aunque lo disputado de las elecciones hace prever que hasta el último momento se mantendrá la incertidumbre sobre los dos candidatos que disputarán una segunda vuelta por la Presidencia, la votación para el Legislativo se resolverá el 10 de abril con la certeza de que ningún partido contará con mayoría absoluta.

Esto se despre de de los sondeos de opinión, que indican que, al menos, cinco partidos tendrán representación en un espectro que pasará desde fuerzas tan divergentes como la conservadora Alianza por el Gran Cambio, del exministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski, hasta los nacionalistas de Gana Perú, de Ollanta Humala.

Junto a ellos, las mayores bancadas serán de Fuerza 2011, de la actual legisladora Keiko Fujimori; Perú Posible, del expresidente Alejandro Toledo; y Solidaridad Nacional, del exalcalde limeño Luis Castañeda.

Por detrás, quedará el gobernante Partido Aprista Peruano (PAP), que, pese a los logros económicos del gobierno del presidente Alan García, es rechazado por un gran sector del electorado y podría no superar la barrera mínima del 5%.

A pocos días de las elecciones, el panorama parece claro sobre la situación legislativa en los próximos cinco años, tal como mostró un último sondeo de la empresa privada CPI, que incluso adelantó que alguna lista obtendría, en el mejor de los casos, 30 de los 130 escaños.

La distribución del Congreso dejaría como los partidos más votados a Fuerza 2011 y Perú Posible, cada uno con cerca de 30 legisladores, seguidos por Gana Perú, con 23; Solidaridad Nacional, con 21; Alianza por el Gran Cambio, con 19; y el Partido Aprista, con 12.

Por ese motivo, la elección del Parlamento, que se realiza simultáneamente con la del presidente, confirmará que el nuevo Ejecutivo tendrá un talón de Aquiles en un Congreso muy fragmentado y con grandes riesgos de transfuguismo.

Este fenómeno fue tan constante en los últimos parlamentos, donde Perú Posible y los nacionalistas sufrieron una auténtica "sangría" de escaños, que el secretario técnico de la Asociación Civil Transparencia, Percy Medina, recomendó a la ciudadanía conocer bien a los candidatos para evitar a "los tránsfugas y los topos".

Cuando se presentaron las listas para las elecciones parlamentarias, se conoció que seis congresistas que pertenecían a la bancada de Unión por el Perú (UPP), antigua aliada de Humala, ahora postularán en la lista de Solidaridad Nacional.

Este partido también ha recibido en sus listas a dos actuales legisladores del fujimorismo, que sufrió un cisma con el alejamiento del partido Cambio 90.

Además, dos congresistas del Frente Independiente Moralizador y uno de Perú Posible han pasado a Solidaridad Nacional.

En medio de este escenario tan vulnerable, se considera que la situación sería especialmente inestable en un hipotético gobierno del nacionalista Humala (en cabeza en las encuestas), cuya gestión no tendría apoyo en el Congreso para aplicar algunas de sus propuestas, como cambiar la Constitución.

Analistas como el sociólogo Julio Cotler opinaron que Humala llegaría a la presidencia con un 25% de apoyo y "con un Congreso en el cual no va a tener ni la mitad de los parlamentarios, por muchas alianzas que haga".

En cuanto al voto que puede atraer el fujimorismo, el también analista Eduardo Toche, investigador del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (Desco), acotó a Efe que ese voto "muy sólido" y permitirá a esa agrupación atraer a algunos independientes.

Para otro analista, Luis Benavente, "quien quiera que entre (a la Presidencia) va a tener que buscar alianzas" en el Congreso, aunque con limitaciones por las marcadas diferencias ideológicas.