Los ministros de Medio Ambiente de 195 países encaran desde ayer la segunda y decisiva semana de negociaciones para alcanzar un acuerdo que limite el calentamiento global. Activistas han llamado a no repetir el fracaso de Copenhague en 2009.

La primera semana de discusiones terminó el sábado con la presentación a la presidencia de la conferencia del clima de París (COP21) de un borrador de acuerdo de 48 páginas que, como reconoció el negociador de la Unión Europea, el español Miguel Arias Cañete, sigue sin resolver “todos los temas políticos complicados”.

Esa será ahora la tarea de los ministros, quienes se enfrentan a varios escollos, como el financiamiento de la ayuda climática a los países del sur y el reparto de los esfuerzos entre países desarrollados, emergentes y en vías de desarrollo.

Los países del Sur presionan para que los $ 100.000 millones anuales de ayuda al desarrollo verde prometidos a partir de 2020 sean solo un punto de partida.

Con la finalidad de hacer avanzar las negociaciones, el presidente de la COP21, el canciller francés, Laurent Fabius, estableció 4 grupos de trabajo diferentes y nombró a 14 facilitadores, quienes ya se pusieron manos a la obra.

En uno de los grupos, el de los acuerdos a largo plazo, está el Ministro del Ambiente de Ecuador: Daniel Ortega Pacheco.

Fabius insistió en la importancia de concretar un acuerdo universal. “Esta mañana nos embarcamos en una semana de esperanza. El objetivo y los requisitos son claros. Necesitamos un acuerdo global respecto al clima”, mencionó el ministro de Exteriores francés.

“Cuento con su compromiso en este sentido. Podemos y debemos lograrlo. Nuestra brújula debe ser el consenso”, expresó durante una intervención ante los negociadores de la cita que culminará el 11 de diciembre.

“Las decisiones que tomemos en París tendrán su eco durante años. Las miradas de todo el mundo están puestas en vosotros”, decía a los líderes presentes el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

El objetivo de la cumbre es un pacto vinculante, especialmente en la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero, para limitar a 2ºC el aumento de la temperatura global respecto a la era pre-industrial.

Si se supera ese límite, el mundo afrontará un futuro plagado de sequías, inundaciones y un devastador incremento del nivel del mar, advierten los científicos.

Los países insulares y los menos avanzados reclaman incluso medidas para contener el aumento de las temperaturas en 1,5º.

Los pueblos indígenas demandan soluciones

Una flotilla de indígenas en canoas demandó ayer en París soluciones integrales para proteger a la Madre Tierra, en peligro a causa del cambio climático.

Con la iniciativa, realizada como parte de las actividades de la sociedad civil paralelas a la COP21, advirtieron de las consecuencias palpables provocadas por el mencionado fenómeno, al que esas comunidades son especialmente vulnerables.

Representantes de pueblos indígenas de la Amazonía, el Ártico y otros puntos del orbe, abogaron por soluciones reales que contemplen propuestas basadas en su conocimiento, cultura y espiritualidad.

“Estamos aquí para presentar nuestra propuesta de kawsak-sacha: la selva viviente, el Amazonas vive. Esta respeta a todos los seres vivos y ayuda a lograr el equilibrio de nuestro planeta, nuestra Madre Tierra”, expresó Félix Santi, de la localidad Sarayaku de Ecuador.

Los pueblos indígenas viven con esta sabiduría -en armonía con los seres vivos-, y estamos aquí para proteger las lagunas y el agua, los árboles y las montañas. Somos el equilibrio y esta es nuestra contribución en París, enfatizó. Representantes de las comunidades remarcaron que son afectados por el caos climático y señalaron que sus problemas se ven agravados por el asalto a sus territorios tradicionales a cargo de las industrias extractivas a los combustibles fósiles. (I)

Gobierno impone restricciones

Pekín emite alerta roja por contaminación

Las autoridades de Pekín emitieron por primera vez ayer una alerta roja por contaminación, en previsión de una espesa niebla de partículas finas que se abatirá sobre la ciudad.

Este lunes por la noche había una concentración de partículas finas de 224 por metro cúbico, 10 veces más del máximo que la Organización Mundial de Salud (OMS) considera tolerable.

El gobierno anunció que impondrá una serie de restricciones para los cerca de 21 millones de pekineses entre el martes y el jueves, mientras la conferencia sobre el clima de París (COP21) entraba en su última recta final.

Se impondrá un sistema de circulación alternada en la capital china para los coches privados, a excepción de los vehículos eléctricos, y el 30% del parque automotor gubernamental se quedará en el garaje, anunció la Oficina de Protección Medioambiental.

Para compensar estas restricciones, las autoridades pondrán a disposición 200 autobuses adicionales, “en su mayoría eléctricos o híbridos”, según la compañía de transportes de Pekín.

También se pararán las fábricas más contaminantes y las obras de construcción, y se prohibirán los fuegos artificiales y las barbacoas.

“La gente deberá hacer todo lo posible por reducir sus actividades en el exterior”, dijo la oficina. Y en ese caso, se recomienda “llevar mascarilla o tomar otras medidas de protección”. (I)