Fue a raíz de la famosa ley Taubira, aprobada en 2001, mediante la cual la república francesa finalmente reconoció que la esclavitud y la trata eran crímenes contra la humanidad, cuando nace la idea del Memorial ACTe. Esta obra será inaugurada hoy por el presidente Francois Hollande en Guadalupe, un archipiélago de las Antillas, en el mar Caribe que forma una región de ultramar de Francia.

El complejo, de la bahía de Pointe-à-Pitre, se reivindica como el mayor centro dedicado a rechazar la esclavitud en el mundo; ocupa más de 3 hectáreas en Guadalupe y quiere ser un lugar de expresión que ayude a lidiar con esos dolorosos episodios históricos.  

La apertura, que coincide con el día nacional de conmemoración de la esclavitud y las aboliciones, se efectuará en presencia de unos 30 dirigentes africanos y caribeños. Estos últimos apoyan el pago de reparaciones a los descendientes de esclavos, pero el mandatario francés siempre se mostró opuesto a “la imposible reparación” de lo que Francia considera como un crimen contra la humanidad.

Los países europeos no quieren “reconocer el impacto” de la esclavitud sobre el desarrollo de los países afectados. Y “el ecosistema político francés” suele detener cualquier iniciativa al respecto, indica Victorin Lurel, presidente de la región de Guadalupe, que ha defendido el proyecto del memorial durante 10 años.

“Hablar de reparación se asemejaría a un acto de contrición, algo que indigna a gran parte de la derecha francesa”, añade.

El objetivo del memorial no es culpar a las naciones esclavistas, sino recordar que “la esclavitud es un fenómeno compartido por la humanidad desde hace milenios”, subraya el antropólogo Thierry L’Etang, responsable del proyecto científico.  

Aunque el centro entusiasma por su dimensión cultural, algunos han denunciado su coste de 83 millones de euros -$ 92,95 millones- y su utilidad tan alejada de las preocupaciones cotidianas, en una región que sufre una tasa de paro de más del 25%.

Una realidad sobre los colores

“Mucha gente no quería (el memorial) bajo esta forma, quizá por miedo a abordar la historia. El objetivo no es que resurjan problemas entre blancos y negros, pero se ha borrado de la mente de la gente el lugar de dónde viene. Hay que reapropiarse de esa historia, es importante para los jóvenes”, opina Mehdi Keita, presidente de la asociación de los amigos del MACTe.

El presidente del comité de la marcha de 98, una asociación de defensa de las víctimas de la trata, Serge Romana, afirma que “Las Antillas son francesas desde hace 380 años, de los cuales 213 años fueron con esclavitud y 167 sin ella: son realidades incómodas”. (I)