La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, acusó al gobierno interino de querer destruir el Mercosur y desorganizar en forma planificada a la Unasur, durante un acto en el que pidió a sus militantes tener esperanza para mirar hacia el futuro, en  el último discurso antes de la fase final de su juicio político que puede destituirla del cargo.

Una gran fiesta en el Teatro de los Bancarios de Brasilia acompañó la última noche de Rousseff antes del juicio político. De buen humor, volvió a hablar de golpismo y de “parásitos antidemocráticos” para referirse a la clase política tradicional que la ha sacado del gobierno.

“Me condenan por algo fantástico, por un no crimen”, dijo Rousseff al cuestionar los motivos de su juicio político, movimientos internos en el presupuesto para poder girar dinero para los programas sociales en 2015.

“Dilma, guerrera, de la patria brasileña” y “Vuelve Dilma” fueron los cánticos de los militantes de los movimientos sociales, sobre todo de dirigentes feministas. “Yo fui la primera presidenta mujer de Brasil y no seré la última”, sostuvo.

Con el correr de los días, el Senado cerró filas y los sondeos indican que a Rousseff la condenarán con la destitución, de la mano de su vice, Michel Temer, quien la traicionó en abril pasado y montó un gobierno con la oposición que perdió las últimas 4 elecciones presidenciales.

El Senado precisa de 54 votos como piso para condenar a Rousseff a la destitución del cargo en una votación que se realizará el martes próximo.

Ante un panorama que se vislumbra adverso,  pidió a los militantes del PT no perder las esperanzas.

“El lunes voy a hablar ante el Senado, a defender la democracia y el proyecto que represento, para defender los intereses del pueblo y poder construir instrumentos para que esto no ocurra nunca más en Brasil”, dijo.

Rousseff afirmó que “con la misma fuerza que Brasil recuperó la democracia y derrotó a la dictadura militar, les pido buscar fuerzas para este camino, les pido tener esperanza”.

Víctima de la dictadura militar, que la mantuvo como presa política por casi tres años y sometida a torturas por 22 días seguidos, Rousseff distinguió la época de los golpes militares con tanques en la calle y cese de las instituciones con estos “golpes modernos”.

“Antes los golpes eran con tanques, era como si con un hacha se rompiera un árbol y todas las instituciones de un país. Ahora el árbol fue tomado por parásitos antidemocráticos y para combatirlos nada mejor que el oxígeno del debate, de la movilización de ideas”, afirmó.

En esa línea argumental citó los casos de los líderes laboristas Getulio Vargas y Joao Goulart. El primero se suicidó en la presidencia en 1954 ante una intentona golpista mientras Goulart fue derrocado en 1964 por un golpe militar que lo obligó a exiliarse en Uruguay.

“Yo no me suicido ni me voy del país, pero pensábamos que la democracia que conquistamos estaba garantizada y no está garantizada”, sostuvo. (I)

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Temer también está acusado

El juicio político a la mandataria durará 5 días

El juicio político contra la presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, inició ayer. El proceso, que se espera dure 5 días, finalizará el martes por la noche o en la madrugada del miércoles con la última votación del pleno del Senado, que según los últimos sondeos se inclina hacia su salida del Palacio de Planalto, sede del gobierno brasileño.

De ser así, en su lugar asumirá de manera oficial Michel Temer, el vicepresidente que hoy hace el rol de forma interina.  

Pero si es hallada inocente, Rousseff retomaría el cargo de presidenta de la nación hasta el fin de su mandato en 2018. Además, asoma la posibilidad de que la mandataria convoque a elecciones anticipadas como mecanismo para resolver la crisis política en el país.

A la mandataria se la acusa de la violación de normas fiscales y la manipulación de las cuentas del gobierno para ocultar la magnitud del déficit presupuestal. Esto a través de préstamos de bancos estatales que se realizaron en 2014 y además en 2015. Esta denuncia fue hecha en octubre del año pasado y una de las personas que la presentó fue Hélio Bicudo, fundador del partido de Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT).

Desde el 12 de mayo, cuando fue separada del cargo, Rousseff denuncia que es víctima de un golpe parlamentario de la clase política conservadora y de derecha, representada por el presidente interino Michel Temer y el cuestionado expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cuhna.

Actualmente está en trámite una solicitud de juicio político contra Temer en la Cámara de Diputados, por lo tanto, también podría ser destituido si el proceso prospera. (I)