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“Estamos cercados, oren por nosotros”, piden desde Masaya

Amigos y familiares lloran durante el funeral de José Sevilla Medina, muerto a tiros durante los enfrentamientos con la policía antidisturbios, en Masaya.
Amigos y familiares lloran durante el funeral de José Sevilla Medina, muerto a tiros durante los enfrentamientos con la policía antidisturbios, en Masaya.
Foto: AFP
18 de julio de 2018 - 00:00 - Redacción internacionales

Masaya, bastión de la resistencia en Nicaragua, está completamente sitiada. El gobierno de Daniel Ortega desplegó este martes 17 de julio 1.500 hombres armados, bloqueó los accesos a la ciudad y lanzó fuertes ataques contra la comunidad indígena de Monimbó.

Los representantes de la Iglesia católica hicieron un llamado desesperado para que se detenga la “masacre”.

La Comisión de Verificación y Seguridad solicitó al gobierno el ingreso a la zona.

Los antimotines y parapolicías ingresaron a bordo de 37 camionetas y rodearon Masaya, cerrando el acceso a la ciudad, situada a 29 kilómetros de Managua, según imágenes subidas por pobladores en las redes sociales, que también muestran a varios campesinos detenidos.

El ataque comenzó a las 07:00 hora local (13:00 GMT). “Oren por nosotros”, pidió el líder del Movimiento, Yubrank Suazo, en sus redes sociales. “Estamos cercados”, compartió otro integrante de la organización comunitaria.

“¡Atacan Monimbó! Las balas llegan hasta la parroquia María Magdalena, en donde está refugiado el sacerdote. ¡Que Daniel Ortega detenga la masacre! ¡A la gente de Monimbó les ruego, salven sus vidas!”, tuiteó el arzobispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Las campanas de las iglesias sonaron al tiempo que ráfagas de armas se escucharon por toda Masaya, dijeron testigos que llamaron a radios de Managua.

La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada “operación limpieza” que policías y paramilitares iniciaron este mes para sacar de las calles a los manifestantes que exigen desde abril la salida del poder de Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde el 2007.

Los habitantes de Masaya compartieron en sus redes sociales fotografías, videos y audios de los asaltos, en los que se observaban policías y hombres encapuchados fuertemente armados que disparaban, así como maquinaria pesada para destruir las barricadas que los manifestantes habían erigido para defenderse de las “fuerzas combinadas”.

La operación de este martes 17 de julio, en la que también se observaron francotiradores, se concentra sobre el barrio indígena de Monimbó, donde la población levantó defensas hechas con adoquines de hasta dos metros de altura.

Álvaro Leyva, de la Asociación Nicaragüense de Derechos Humanos (Anpedh), dijo que el ataque provocó la muerte del oficial de la Policía, Kevin Javier Rivera Lainez, en Monimbó, tras recibir un disparo en la cabeza.

La violencia es aún más horrible puesto que los elementos armados leales al gobierno están operando con el apoyo expreso o tácito, y en coordinación con la policía y otras autoridades estatales”, resaltó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh).

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Acnudh responsabilizan al Gobierno de Nicaragua por “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país”, pero el Gobierno nicaragüense lo niega.

EE.UU. pide cese de hostilidades

Desde Estados Unidos, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, pidió “enérgicamente” al presidente Ortega “que no ataque a Masaya”.

La ciudad de Masaya, de 100.000 habitantes, se declaró en rebeldía contra el gobierno desde que estallaron el 18 de abril las protestas antigubernamentales por una reforma a la seguridad social, que se convirtieron en reclamo popular de la renuncia del gobierno de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

Desde entonces, la violencia ha dejado al menos 272 muertos, según la CIDH y 351 de acuerdo con organismos internacionales. (I)

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