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El Telégrafo
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Daniel scioli lidera los sondeos con 40% de intención de votos

Macri usa figura de Perón en busca de votos

Foto: AFP
Foto: AFP
15 de octubre de 2015 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

El candidato presidencial de la derechista alianza Cambiemos, el empresario y alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri (foto), dio un manotazo de ahogado y se aferró con fuerza al salvavidas del peronismo. Y en esa carrera desesperada contra el naufragio electoral inauguró un busto del general Juan Domingo Perón y llenó de loas al tres veces presidente de Argentina, el caudillo al que la famosa “Marcha peronista” entonada en cada acto partidario elogia su decisión de gobernar “combatiendo al capital”.

Y es que todo vale por un puñado de votos. A solo 10 días de los comicios presidenciales del 25 de octubre y con los sondeos en rojo, Macri tomó una decisión tardía: se dio cuenta finalmente de que en la Argentina de hoy es difícil ganar una elección sin ese tinte indescifrable que suele dar cualquier facción de este atomizado movimiento nacional y popular fundado por el mítico general Perón.

En el último tramo de la campaña electoral, el expresidente de Boca Juniors se “peronizó” en un intento desesperado por recolectar votos peronistas que no adhieren al proyecto del “kirchnerismo”, la izquierda peronista. ¿El motivo? Necesita de esos votos para llegar al balotaje y evitar el triunfo en primera vuelta del candidato del oficialista Frente para la Victoria, Daniel Scioli.

Las encuestas son contundentes: Scioli araña el 40% de los votos,  Macri se cae del 30% –y baja cada vez más, incluso hasta el 26% de acuerdo a algunos sondeos- que alcanzó en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto pasado, y Sergio Massa, peronista opositor y candidato presidencial del frente Una Nueva Argentina (UNA) obtiene el 20%.

La Constitución prevé que vencerá las elecciones quien obtenga el 45% de los votos válidos, o al menos 40% con 10 puntos de ventaja sobre su rival más inmediato. Scioli está a un paso de conseguir esta segunda opción.

Hoy parece difícil que alguien crea en esta “peronización” repentina de Macri, que hasta hace  poco buscó conformar una alianza “pura” sin peronistas rechazando sellar un frente opositor más amplio con Massa. “El peronismo tiene un problema, su desprecio por la ley y por la democracia”, llegó a afirmar una de sus socias principales, la legisladora Elisa Carrió, sentando la posición de Cambiemos sobre el Partido Justicialista fundado  por Perón.

Pero Macri se animó a intentarlo. Y como primera medida inauguró el primer busto de Perón en la ciudad de Buenos Aires, un distrito que históricamente ha sido adverso al peronismo.

“Perón marcó varias guías para mí en la tarea que estoy llevando adelante. Sin ser en realidad peronista, pero en el corazón respetando ese justicialismo, esa justicia social”, dijo  Macri en su discurso ante la estatua de Perón, cuyo rostro -se burlaron muchos peronistas- se asemejaba más al del exministro de Economía Domingo Cavallo, ideólogo de las políticas neoliberales de los años 90. Y se animó a más: tomó para sí  dos frases emblemáticas del pensamiento peronista: “Mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar”.

El jefe de gabinete, Aníbal Fernández, candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires, fue el encargado de responderle desde la  Casa Rosada: “Si Perón estaba vivo, viendo eso a través de la ventana de su oficina, se agarraba la cabeza ante semejante mamarracho”. Esto es de “un travestismo político que avergüenza”, añadió.

El objetivo de Macri –dijeron a diario EL TELÉGRAFO fuentes partidarias- es robarle votos a Massa y al otro postulante presidencial peronista, Adolfo Rodríguez Saa, candidato por la Alianza Compromiso Federal. (I)

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