Michelle Bachelet enfrentará una sociedad muy distinta a la que dejó en 2010, en la que los movimientos sociales han cobrado un fuerte protagonismo, especialmente los estudiantes colegiales y universitarios, que en 2011 iniciaron fuertes y sostenidas protestas que obligaron al gobierno del presidente Sebastián Piñera a introducir reformas para rebajar los altos costos de la educación universitaria en Chile.

Las protestas estudiantiles nacieron en mayo de 2006 en los inicios del gobierno de Bachelet, que llegaron a paralizar la educación secundaria en demanda de gratuidad y calidad; pero la entonces mandataria los desmovilizó después de incorporar a sus dirigentes a una comisión oficial que no terminó con resultados concretos.

La rebelión de grupos de mapuches, la mayor etnia originaria chilena, incrementó sus acciones violentas para exigir la devolución de las tierras de sus antepasados.

Este año un grupo de indígenas, según el gobierno, fue responsable del incendio de una casa en que un matrimonio de ancianos fue quemado vivo. Bachelet y Piñera aplicaron una controversial ley antiterrorista que aumenta las penas y permite el uso de testigos secretos.