Pekín.-

Miles de personas salieron ayer a las calles en China para mostrar su rechazo a Japón, país con el que se disputa la soberanía de las islas Diaoyu o Senkaku. Las protestas coinciden con otro aniversario de la invasión nipona a la antigua región china de Manchuria, en 1931. 

Precisamente ayer se cumplieron 81 años del “incidente de Mukden”, que dio pie a que Japón invadiera el territorio chino de Manchuria, un episodio que China considera una humillación y que desencadenaría una guerra entre los dos países que no concluyó hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En este contexto, la Embajada de Japón en Pekín, punto neurálgico de las protestas en el país, volvió ayer a sufrir los ataques de los ciudadanos chinos que lanzaron huevos y botellas al inmueble.

Los manifestantes portaban banderas rojas, así como retratos del que fuera líder del país Mao Zedong, a quien también dedicaron proclamas como “Mao, despierta”.

En una larga avenida cortada al tráfico y bajo un fuerte control policial y militar, los ciudadanos coreaban “Las Diaoyu son chinas” o insultaban al país vecino con pancartas en las que se podía leer: “Japón, enanos”.

El Gobierno de Pekín envió un mensaje de móvil a los ciudadanos instándolos a protestar “de manera racional”. La indignación de los chinos motivó que varias firmas japonesas cerraran sus comercios, restaurantes y fábricas en China.

La tensa situación despierta temor en Japón, ya que China recibe casi un cuarto del total de las exportaciones niponas, lo que en 2011 fue equivalente al récord de $ 161.500 millones.

El sentimiento antinipón creció entre la población china cuando Japón anunció, el pasado miércoles, la compra de tres islotes del polémico archipiélago ubicado en la región Asia Pacífico.

Pekín respondió con el envío de patrulleras a las islas, a las que a lo largo de los próximos días, según los medios chinos, podrían sumarse hasta 2.000 pesqueros de esta nacionalidad.

Japón, por su parte, informó ayer la decisión de incrementar el control en las islas. El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, aseguró que su gobierno realizará una intensa vigilancia en las aguas que rodean al archipiélago, rico en recursos pesqueros y se cree que alberga también reservas de hidrocarburos.