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El presidente de la Comisión Europea pidió a los griegos que voten sí en el referéndum del 5 de julio

La propuesta de Tsipras a la UE era más impuestos a las rentas altas y objetos de lujo

Unas  17.000 personas salieron a las calles de Atenas y Salónica a decir ‘No’ a la última oferta de un acuerdo. Foto: AFP
Unas 17.000 personas salieron a las calles de Atenas y Salónica a decir ‘No’ a la última oferta de un acuerdo. Foto: AFP
30 de junio de 2015 - 00:00 - Gorka Castillo y Redacción. Corresponsal en Madrid

El primer día del colapso financiero griego solo ha servido para que miles de ciudadanos europeos visualizaran las 2 maneras antagónicas que existen de entender Europa.

Una, la de la Troika –Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, dispuesta a todo, incluso a expulsar a Grecia del euro si fuera necesario, con tal de cobrar sus préstamos y sellar las grietas que se han abierto contra su política de austeridad.

En el otro lado de la balanza están millones de ciudadanos griegos pero también españoles, portugueses o italianos, por citar a algunos de los países más castigados por la crisis financiera, a los que la angustia comienza a minar el ánimo.

Grecia vivió la jornada de ayer en trance colectivo, con los bancos cerrados para evitar su quiebra hasta, al menos, el próximo domingo en el que hay convocado un referéndum sobre la posición europea. Algo similar a lo que se inició en Argentina en diciembre de 2001.

Solo que en Atenas, el transporte público funcionó de forma gratuita y el Gobierno continuó dispensando el pago de las pensiones, pues más del 50% de la población depende de ellas para comer.

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Pero los griegos se frotaban los ojos al amanecer y algunos hasta se los lavaban con lágrimas ante un futuro tan incierto pese a que Syriza sigue contando con el apoyo mayoritario de la ciudadanía. Si un milagro no lo remedia, el domingo decidirán si aceptan definitivamente o rechazan la última propuesta de rescate realizada por una Troika, cuyo nombre comienza a pronunciarse con cierto rencor en Atenas.

Más aún cuando se han filtrado los detalles de la propuesta que Tsipras presentó el pasado lunes para ahorrar 8.000 millones de euros, tal y como le exigía la Troika. Su alternativa era sustituir las medidas de austeridad por una mayor recaudación mediante la reestructuración de la deuda. Y para ello presentó una reforma fiscal en la que el 92,4% del ingreso del Estado procediera de nuevas tasas impositivas a las rentas más altas, al turismo y a los artículos de lujo.

Europa dijo que ese no es el camino y Atenas abandonó la negociación. “Esta es la prueba de que para la Troika el acuerdo es menos importante que acabar con el Gobierno de Syriza, desprestigiarlo y hacerlo caer”, señaló ayer el profesor de la Universidad de California en Berkeley, Manuel Castells.

Referéndum del domingo

Gran parte de la ciudadanía europea está asustada al comprobar la dimensión política de la austeridad y empieza a vislumbrar que ella es su principal víctima. Poco han tranquilizado las declaraciones del presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, apelando ayer a los griegos para que voten sí en el referéndum convocado el domingo para ‘evitar el suicidio’.

Unas palabras cargadas con pólvora que dejan claro que la Troika no parece dispuesta a moverse un milímetro de su actual posición. Ni siquiera el duro mensaje lanzado desde Washington, exigiendo a Alemania y al FMI un rápido acuerdo “aunque sea mediante una quita de la deuda”, ha suavizado el planteamiento europeo sobre la impagable deuda griega. Impagable porque nadie se pone de acuerdo a la hora de cuantificarla y porque todos coinciden al afirmar que solo es posible liquidarla a largo plazo.

Dos premios Nobel de Economía estadounidenses como Paul Krugman y Joseph Stiglitz censuraron ayer  la obsesión económica de la UE en esta crisis y apelaron a la ciudadanía helena a defender la postura del Gobierno de Syriza.

El primero de ellos esgrime 3 razones a favor de Alexis Tsipras: “Una, tras 5 años de austeridad Grecia está peor que nunca y vive en un callejón sin salida. Dos, con los bancos cerrados y el capital controlado el temido caos de una salida de Grecia del euro ya ha pasado. Ya no hay mucho más daño que hacer. Y tres, ceder al ultimátum de la Troika representará el abandono de cualquier pretensión de Grecia de ser independiente”.

Responsabilidad penal

Stiglitz fue más lejos al considerar que el triunvirato financiero que negocia con Atenas tiene una “responsabilidad penal” por los daños causados a los griegos y pidió la cancelación de la deuda, “o al menos un acuerdo que no requiera ningún pago para los próximos diez o 15 años”.

La realidad es aún más cruda. Durante la jornada de ayer, tal y como sucederá en los próximos días, cada ciudadano griego solo pudo retirar de sus cuentas 60 euros en efectivo, no podrán pagar con tarjeta en el extranjero ni tampoco hacer transferencias de fondos por vía electrónica.

Algo similar a lo que sucedió en Chipre en marzo de 2013 aunque con la diferencia de que Atenas no tiene un acuerdo con el BCE para que inyecte dinero a sus entidades financieras cuando reclamen liquidez. Los chipriotas fueron sometidos a esta situación durante 2 últimos años y no terminan de despegar. Lo contrario de Islandia, que no pertenece a la eurozona, cuyas medidas de control de capitales para sanear el sistema financiero se extendió durante 7 años para no afectar excesivamente a los sueldos y hoy crece al 3,5%.

Los casos de retención de depósitos del público también se han dado en América. En países como Ecuador (8 de marzo de 1999), Argentina (diciembre de 2001) y Brasil (marzo de 1990), hubo retenciones de ahorros populares y otros activos financieros, que causaron migración y en algunos casos hasta la muerte de perjudicados.  

En Estados Unidos, aunque no hubo un secuestro de los depósitos,  un decreto firmado el 5 de abril de 1933 por el presidente  Franklin D. Roosevelt,  obligaba a los norteamericanos a entregar a la Reserva Federal todo el oro del que dispusieran, ya sea oro en monedas, en bruto, o en certificados; a cambio recibirían $ 20,67 por cada onza troy (31,1 gramos). Los que no cumplían sufrían multas de hasta $ 10.000 o 10 años de prisión, o ambas penas.

Misiva del Partido Laborista

El opositor Partido Laborista inglés exhortó al primer ministro británico, el conservador David Cameron, a pedir a sus colegas europeos la cancelación de la deuda de Grecia “como señal a los bancos y financistas contra la usura por préstamos extorsivos”.

Un grupo de 19 legisladores de la oposición, entre ellos el contendiente a la jefatura del Laborismo Jeremy Corbyn, reclamaron medidas sin precedentes a los gobernantes de la Unión Europea (UE) para evitar un colapso de las finanzas griegas.

De acuerdo a una carta abierta enviada por el grupo al periódico The Guardian, y que contó con el apoyo también del Congreso de Sindicatos británicos, del gremio de trabajadores estatales Unite, y de los candidatos a la Alcaldía londinense Michael Meacher y John McDonnell, la situación es tan grave en Grecia que es hora de mostrar “un gesto enorme de solidaridad”.

“Debe ponerse fin a las políticas de austeridad obligadas, que están causando injusticia social y pobreza en Europa y el mundo entero. Instamos a la creación de normativas de la ONU para lidiar con crisis por deudas públicas, de forma rápida, justa y con respeto a los derechos humanos. Debemos enviarles una señal a los bancos y a los financistas acerca de que no pueden seguir viviendo de la usura y la extorsión a partir de préstamos”, continuó. (I)

DEUDA PÚBLICA

La deuda pública en Grecia, en 2014, que fue de 317.094 millones de euros,  disminuyó en  2.039 millones desde 2013, cuando fue de 319.133 millones de euros.

Esta cifra supone que la deuda en 2014 alcanzó el 177,10% del PIB de Grecia, una subida de 2,20 puntos respecto a 2013, en el que el monto fue el 174,90% del PIB.

La deuda ha crecido desde 2004 en términos globales, cuando fue de 183.157 millones de euros y también en porcentaje del PIB, que fue del 98,60%.

Según el portal datosmacro.com, la deuda pública per cápita en Grecia en 2014, fue de 28.867 euros. En 2013 fue de 28.859 euros, luego se ha producido un incremento por habitante de 8 euros.

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