Grecia despertó ayer bajo una ligera y triste llovizna que parecía lamentar los destrozos causados el domingo durante los violentos disturbios, producidos tras la multitudinaria manifestación que cristalizó el descontento popular por la aprobación del acuerdo con la troika. El saldo de los  disturbios fue de un centenar de heridos y 150 detenidos.  

La Unión Europea (UE) y Alemania, por su parte,  valoraron positivamente ayer  la aprobación por el Parlamento de Grecia,  con 199 votos a favor y 74 en contra, del ajuste que abre la vía al segundo paquete (130 millones de euros) de rescate acordado a ese país, pese a las protestas masivas.

Por las cenizas a las que quedaron reducidos numerosos edificios se adivinaba la creciente rabia que producen entre los griegos los recortes y el acuerdo aprobado por el parlamento sin prestar oído al pueblo (el 79% de los griegos lo rechazan, según las encuestas). Una ira que no se veía en Atenas desde hace años: cuando el asesinato del joven Alexis Grigorópulos a manos de la policía desembocó en una violenta revuelta juvenil.

Según los datos de los medios griegos, 48 edificios ardieron total o parcialmente Además, 150 tiendas fueron saqueadas. Las pérdidas más sentidas son probablemente la del cine Attikon (1881) y la Biblioteca Nacional de Grecia. 

Mientras tanto, Grecia celebrará elecciones anticipadas en abril, tal y como estaba previsto, según  confirmó  ayer el Gobierno interino dirigido por Lukas Papademos, que sale así al paso de algunas voces que pedían un aplazamiento de los comicios. EFE/AFP