Somalia afronta una tragedia humana de inimaginables proporciones debido a la sequía y a la violencia en el sur y  centro del país, causantes de que 1,8 millones de personas se hayan convertido en refugiados o desplazados internos.

Así lo advirtió ayer en Ginebra el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que indicó que en estos momentos todavía hay  un flujo masivo de refugiados somalíes que huyen hacia los vecinos Kenia y Etiopía en busca de comida.

“Estimamos que un cuarto de los 7,5 millones de personas que conforman la población de Somalia están desplazados internamente o vive fuera del país como refugiados”, afirmó la portavoz del Acnur, Melissa Fleming. “La sequía, combinada con la violencia reinante en zonas del sur y del centro del país, está convirtiendo una de las peores crisis humanas del mundo en una tragedia humana de inimaginables proporciones”, aseguró Fleming.

En lo que va del año, 135.000 somalíes han salido del país para encontrar un medio de subsistencia y el pasado junio la cifra de personas, que cruzó las fronteras con Kenia y Etiopía por esta razón, ascendió a 54.000, tres veces más que en el mes anterior.  EFE