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El fujimorismo es la primera fuerza política en el Congreso, donde muestra las primeras divisiones

Keiko Fujimori pierde terreno de cara a la segunda vuelta electoral

Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular, tiene el respaldo de solo el 7% de los votantes de otras fuerzas políticas.
Keiko Fujimori, candidata de Fuerza Popular, tiene el respaldo de solo el 7% de los votantes de otras fuerzas políticas.
Foto: Andina
02 de mayo de 2016 - 00:00 - Víctor Vimos, corresponsal en Lima

Con el cronómetro en marcha para llegar al 5 de junio, día de la segunda vuelta electoral en Perú, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski (PPK), los dos finalistas de la contienda, han desplegado estrategias para captar la mayor cantidad posible de votos.

Los últimos sondeos apuntan que la campaña desplegada por PPK era más efectiva, colocándolo, de acuerdo con la medición de Ipsos Perú, con un 43% del apoyo popular por encima de Fuerza Popular, el partido de Fujimori, quien logró apenas el 39%.

Kuczynski, quien obtuvo el 21,01% de los votos válidos en la primera vuelta el pasado 10 de abril, habría ampliado considerablemente su espectro de aceptación popular, en parte por el beneficio del traspaso de votos de candidatos como Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea, pero en parte también por la numerosa reacción antifujimorista que, a 4 semanas de la elección final, parece fortalecerse aceleradamente.

Y es que el nivel de rechazo a la candidatura de Keiko activa formas de apoyo que no están sujetas al pronunciamiento oficial de los actores políticos del país. No ha sido necesario que Mendoza y Barnechea, por ejemplo, inviten a sus seguidores a apoyar a PPK para que el 25% de ellos, de acuerdo con la medición de Ipsos Perú, decida hacerlo. En el caso de Fujimori apenas el 7% de los votos de otros candidatos la benefician.

Esa disposición mostró que para llegar a la presidencia, Keiko Fujimori deberá superar la amplia resistencia que se cierne sobre su candidatura. Basada en su apellido paterno y con un programa de gobierno que coincide, en líneas generales, con las acciones desplegadas en los 10 años de gobierno de su padre, Keiko se ha visto obligada a salir, además, de una serie de atolladeros en los que varios miembros de su partido se han encargado de ubicarla.

A poco de iniciada la campaña para la segunda vuelta, Cecilia Chacón, una de las fujimoristas con mayor apoyo para llegar al Congreso, declaró en televisión nacional la intención de que Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, salga de la cárcel ‘por la puerta grande’. Una idea que halló enseguida posiciones de rechazo. Mendoza y Barnechea, por ejemplo, evidenciaron su repudio, declarando que no apoyarían, en ningún caso, una candidatura que implique desconocer la validez de la ley.

Días más tarde, Héctor Becerril, congresista reelecto, dijo que si el próximo Congreso tiene mayoría fujimorista, será la mejor señal de que esa mayoría no se detendrá a negociar con minorías. Nuevamente, la intención de imponer leyes y normas en el legislativo fue interpretada como un síntoma autoritario e irrespetuoso de los mandatos de la democracia, algo que a Keiko Fujimori la acerca, sin remedio, a la figura de su padre.

Pero la cima de estas contradicciones fue alcanzada el lunes pasado. Kenji Fujimori, hermano de Keiko, y congresista con más votación a nivel nacional, difundió a través de redes sociales su deseo de ser el próximo presidente de Perú. “En el supuesto no consentido de que Keiko no gane las elecciones, seré candidato presidencial en 2021”, señaló Kenji. Dos líneas que encendieron fuego en el fujimorismo y que, de acuerdo al análisis político, podrían tener efectos catastróficos para la candidatura de su hermana.

La oposición, cada día más numerosa en el Perú, ha visto en lo escrito por Kenji la intención de la familia Fujimori de ‘perpetuarse’ en el poder; “los hermanos Fujimori creen que el Perú es una piñata”, mencionó PPK, el miércoles pasado, en referencia a la idea de turnarse para ir tras la presidencia. Pero, debajo de esas interpretaciones, una noción cada vez más evidente muestra la fragmentación del fujimorismo, a poco del día de las elecciones, debido a líneas claras de diferencia. En medio de ellas, la figura de Alberto Fujimori se encarga de distanciar a quienes apoyan que, de llegar al poder, éste sea puesto en libertad, y quienes proponen superar su sombra y enrumbar hacia la arena política lo más distanciados que se pueda del pasado. Kenji, al parecer, sigue siendo muy fiel al padre, mientras Keiko ha intentado en esta campaña sacarse de encima todo resquicio de él.

La tarde del lunes, consciente de la gravedad de las declaraciones de su hermano, Keiko dio una rueda de prensa en la que se encargó de poner paños fríos al asunto. El respeto a la democracia y su compromiso por la alternancia del poder, atributos que recalcó como indispensables en el fujimorismo, no han servido para que, durante la semana, este sea el tema central de la política nacional y su imagen sea expuesta en medio de una tormenta que amenaza con congelar, una vez más, su aspiración de ser la primera presidenta de Perú. (I)

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Rechaza el retorno del fujimorismo

Frente Amplio no apoyará a los candidatos

La ex candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, confirmó que su organización política, Frente Amplio, no apoyará ni respaldará ninguna de las dos alternativas que competirán en la segunda vuelta, estas son la de Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori.

“Para que quede absolutamente claro: No vamos a respaldar ni apoyar ni avalar ninguna de las dos candidaturas que han quedado en segunda vuelta. Ambas representan la continuidad de un modelo depredador y excluyente que nosotros queremos cambiar”, expresó Verónika Mendoza en su cuenta de Facebook.

“Sin embargo, también tenemos absolutamente claro que lo peor que le puede pasar a nuestro país es el retorno del fujimontesinismo al gobierno. Y ahí estaremos para recordar y señalar lo que representan. No pasarán”, prosigue el breve post de Mendoza Frisch.

Cabe anotar que en reciente entrevista con el diario El Comercio, Verónika Mendoza afirmó que “un voto contra el fujimorismo no significa automáticamente un voto a favor del señor Kuczynski, de ninguna manera”.

En esa línea, la candidata del Frente Amplio aseguró que “en toda nuestra militancia, el sentido del voto será contra el fujimontesinismo, eso lo damos por descontado”.
Asimismo, Verónika Mendoza dijo que la postura de la bancada del Frente Amplio “va a ser siempre de oposición en cualquiera de los dos escenarios”. (I)

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