Japón negocia con EE.UU. una reducción de sus importaciones de crudo de Irán a cambio de que Washington le exima de las sanciones establecidas contra las instituciones financieras que hagan negocios con el Banco Central iraní, informó hoy la agencia Kyodo.

"Hemos efectuado progresos firmes en un buen ambiente", indicó sobre las negociaciones el ministro nipón de Exteriores, Koichiro Gemba, citado por Kyodo.

Según Gemba, los representantes de EE.UU. y Japón han mantenido dos rondas de conversaciones en las que ya han mencionado una posible cuantía del volumen de reducción en las importaciones de crudo iraní, que en la actualidad suponen un 10 % del petróleo que Tokio adquiere al exterior.

El Gobierno japonés busca "concluir las consultas lo antes posible" y que Washington le exima de las sanciones impuestas por una ley que prohíbe operar en Estados Unidos a las instituciones que mantengan negocios con el Banco Central de Irán.

La norma, firmada por Barack Obama el pasado 31 de diciembre, dispensa de aplicar las sanciones a Irán a aquellos países que hayan reducido significativamente su volumen de compra de crudo de Teherán.

Japón, tradicional aliado de EE.UU., insiste en que los bancos japoneses deben ser eximidos de esas sanciones ya que las importaciones de crudo iraní por parte del país asiático ya se han reducido un 40 % en los últimos cinco años.

Según datos de 2010, la tercera economía mundial importa alrededor de un 17 % del petróleo iraní.

Tanto Washington como la Unión Europea UE), que también se ha sumado al embargo al crudo de Irán, presionan a Japón para que aplique sanciones a Teherán en represalia por su programa nuclear.

Aunque se ha mostrado preocupado por el desarrollo nuclear de Irán, Japón, un país con enorme dependencia energética del exterior, también ha expresado su inquietud por las "graves consecuencias" que las sanciones a ese país pueden tener sobre las economías de Japón y del mundo.