El ‘Grexit’, la combinación de las palabras Grecia y ‘exit’ (salida en inglés) es la palabra de moda en la jerga económica internacional. Pero eso solo ocurrirá si el país heleno renuncia voluntariamente al euro.

No obstante, esta no una opción del gobierno ni de la mayoría del pueblo griego, afirma el embajador de Grecia en Lima, Dimitris Hatzopoulos, que también cubre a Ecuador.

El diplomático mencionó, en un diálogo con EL TELÉGRAFO, que su gobierno lucha para lograr “un acuerdo decente y provechoso para ambas partes con sus acreedores, pero no a cualquier costo”.

En el acuerdo que se negocia en Luxemburgo, más allá de las medidas para la economía de Grecia, hay cláusulas que “castigan al pueblo hasta un estado de extrema pobreza, mientras hunden la economía del país en una recesión más profunda”.

“Estos son los puntos que no acepta el pueblo griego, pero que insisten en imponer los acreedores”, aseveró.

El pueblo griego sufre desde hace 5 años sacrificios dramáticos a causa de “recetas económicas erradas de parte de los acreedores”, indicó.

Sin embargo, está convencido de que es posible llegar a un acuerdo funcional, dentro de los próximos días, “siempre y cuando preceda una decisión política adecuada de parte de los acreedores”.

Pero esa parece una opción cada vez más lejana. El Eurogrupo, la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro, terminó ayer sin un acuerdo.

“Es lamentable decir que se ha avanzado poco en las negociaciones entre las instituciones y Grecia. No hay un acuerdo a la vista”, aseguró el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Ante la prensa, Dijsselbloem expresó que Grecia “ha presentado pocas medidas serias y creíbles”, motivo por el que las conversaciones no han avanzado en las últimas fechas.

“Les mandamos (al Ejecutivo de Tsipras) un mensaje contundente: les compete a ellos enviar nuevas medidas”, subrayó.

“Hago un llamamiento al gobierno griego para que vuelva en serio a la mesa de negociación”, indicó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien aseguró que para Bruselas es necesario que Grecia “acceda a hacer concesiones razonables” para “evitar un destino que sería absolutamente catastrófico”.

El tono empleado por los dirigentes de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo fue duro.

La directora-gerente del Fondo, Christine Lagarde, llegó a decir que “la emergencia es restablecer el diálogo” para lo que es necesario que haya “adultos en la sala”.

“Queremos que Grecia esté en la Eurozona. Pero si resulta que es imposible, estaremos preparados para cualquier eventualidad”, indicó el ministro de Finanzas holandés en relación al Grexit.

A pesar de todo, Dijsselbloem afirmó que “aún es posible llegar a un acuerdo y extender el programa antes de finales de mes”, pero alertó de que queda poco tiempo y que este se acaba.

La situación es tal que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que había convocado de urgencia una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro el próximo 22 de junio.

“Es el momento de discutir de forma urgente la situación de Grecia al nivel político más alto”, dijo.

Antes y después del Eurogrupo, la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dejó claro que el dinero del FMI es el de toda la comunidad internacional y que no pagar los 1.600 millones de euros el 30 de junio es un impago para el Fondo: “No hay período de gracia”, advirtió la francesa. (I)