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Los Analistas minimizan las consecuencias

Gobierno argentino analiza medidas ante el default

La presidenta argentina, Cristina Fernández, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante una reunión en Buenos Aires. Tomado: Urgente24
La presidenta argentina, Cristina Fernández, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, durante una reunión en Buenos Aires. Tomado: Urgente24
28 de julio de 2014 - 00:00 - Agencias AFP/EFE

El Gobierno argentino comenzó a estudiar diferentes estrategias para afrontar una situación de moratoria de pagos default en la que podría caer si hasta el miércoles no llega a un acuerdo en el litigio judicial con los llamados ‘fondos buitre’, indicó ayer la prensa local.

Medidas de aliento al consumo interno, impulso a programas de créditos para la compra de viviendas y automóviles, iniciativas que impidan el despido de trabajadores y el financiamiento a pequeños empresarios serán algunas de las decisiones que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, tomará ante un escenario de cesación de pagos, indicó ayer el diario La Nación.

“En el Ministerio de Economía creen que ‘el impacto sobre la economía no será de la magnitud del default de 2001’”, señaló el diario Clarín.

En tanto, el matutino Página/12 consideró que la situación económica “no será nada agradable, pero tampoco el abismo que vaticinan quienes precisan de él para imponer nuevas condiciones al país y a sus habitantes”, agregó.

El mismo diario asegura que, en otras decisiones, el Gobierno argentino reducirá la importación de productos sofisticados para el consumo de las clases medias y aprovechará el convenio de intercambio firmado semanas atrás con el Banco Central de China por 11.000 millones de dólares. De este modo, agregó, “podría equilibrar las presiones devaluatorias y nuevas medidas de protección del abastecimiento obstruirían una disparada inflacionaria”.

“Argentina no va a entrar en default por una razón esencial: porque en default entran los que no pagan y Argentina pagó. Van a tener que inventar un nombre nuevo”, dijo el miércoles Fernández. Así, hizo referencia a los $ 539 millones que el Estado argentino depositó a fines de junio en el Banco New York Mellow (BONY) para pagar un vencimiento de la deuda que mantiene con los bonistas de la deuda reestructurada.

Este pago, sin embargo, fue frenado por el juez estadounidense Thomas Griesa, que consideró que no puede hacerse efectivo hasta que Argentina cumpla con su sentencia: abonar de una vez y en efectivo $ 1.500 millones a los holdouts.

Argentina reiteró que no puede cumplir el fallo porque, en caso de hacerlo, estaría incumpliendo la cláusula RUFO (su nombre viene de sus siglas en inglés), que le impide alcanzar con los acreedores un mejor acuerdo que el que ya aceptaron los bonistas de reestructuración de la deuda en 2005 y 2010.

El país cuenta hasta el miércoles próximo para llegar a un acuerdo con los ‘fondos buitre’ que destrabe el pago depositado en el BONY o, como solicitó en varias oportunidades, que el juez Griesa extienda el plazo de negociación entre las partes. Si nada de esto ocurre, caerá en una cesación de pagos como a fines de 2001.

La situación no sería tan grave

Economistas discreparon sobre la posibilidad de que Argentina caiga en default, aunque coincidieron en que, si ocurriese, no sería tan grave como durante la crisis de 2001. Asimismo, opinaron que, si el país entrara en cesación de pagos, habría riesgo de entrar en un nuevo año recesivo.

El presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, sostuvo que “en caso de un default, no habría grandes cambios en la vida cotidiana de los argentinos “porque el país no depende del financiamiento externo como otros”. “La Argentina no le tiene miedo al 30 de julio, no es el fin del mundo. Si a la Argentina le plantean algo incumplible, seguirá para adelante”, enfatizó.

El economista Aldo Ferrer consideró que el Gobierno no debe ceder frente al reclamo judicial de los ‘fondos buitre’ porque, en caso de hacerlo, el país entraría en un “caos”. “Hay que abandonar esta idea de que si no hay arreglo se viene el mundo abajo”, analizó Ferrer. Explicó que el default es cuando un país deja de pagar y en la Argentina no ha sucedido eso; además, argumentó que “se han depositado los fondos para el vencimiento, pero los fondos no llegaron a los bonistas porque está la interferencia de un tercero, que es el juez Thomas Griesa. No es técnicamente un default. Es un problema financiero”, consideró.

El exministro de Economía Jorge Remes Lenicov sostuvo que Argentina no debería entrar en cesación de pagos porque la situación actual no es como en 2001. “Yo no veo una catástrofe, como tampoco veo que si se arregla, la economía se recupere”, manifestó.

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