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El Telégrafo
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Escocia está a un año de referéndum histórico

Escocia está a un año de referéndum histórico
20 de septiembre de 2013 - 00:00

Escocia está sumida en un profundo debate político cuando falta exactamente un año para el referéndum histórico por la independencia del país, que podría poner fin a más de 300 años de subordinación con el Reino Unido de Gran Bretaña.

El primer ministro de Escocia y jefe del Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en inglés), Alex Salmond, abrió una sesión de debates en el Parlamento de Edimburgo, con el fin de tratar de convencer a la ciudadanía por los beneficios económicos, sociales e históricos de la independencia.

El 18 de septiembre de 2014, los electores escoceses serán convocados a una consulta pública, en la cual se les preguntará: “¿Debería Escocia ser un país independiente?”.

Escocia, cuya capital es Edimburgo, es uno de los cuatro estados del Reino Unido, junto con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.   

Salmond afirmó que la independencia ayudará a Escocia a ser un país exitoso y próspero, liberado de las ataduras del gobierno de Westminster, en Londres.

Sin embargo, los principales partidos de la oposición sostienen que el Parlamento autónomo escocés, que es parte del Reino Unido, es el mejor sistema para ambas naciones.

Por su parte, la viceprimera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, afirmó a la BBC que Escocia “puede hacer frente por mucho su independencia”. “Somos uno de los países más ricos del mundo”, dijo la funcionaria.

“Nosotros pagamos nuestras cuentas. Si se analizan los últimos 30 años, se puede ver que generamos más ingresos impositivos por persona que el Reino Unido en su conjunto, así que no hay duda alguna que Escocia puede ser independiente. La cuestión es si queremos ser independientes o no, y ese debate debe pasar aquí en Escocia”, agregó Sturgeon.

Las justificaciones del Gobierno escocés para la independencia se darán a conocer en el otoño (boreal) tras la publicación de un informe, que promete responder a las dudas que la gente tenga al respecto.
Mientras tanto, esta semana la campaña oficial por la independencia, “Yes Scotland” (Sí, Escocia), inició una ronda de discusiones sobre los beneficios de la separación.

Blair Jenkins, jefe de la campaña, sostuvo que Escocia “tiene que romper las cadenas de una vez por todas con Londres”. “Nuestra iniciativa buscará convencer a los escoceses sobre los beneficios de ser un país independiente, como por ejemplo, la mayor autonomía económica, financiera e impositiva”, agregó.

“Con un resultado mayoritario por el ‘Sí’ en el voto del próximo año, podremos darle más beneficios a las familias en todo el país, porque el futuro de Escocia tiene que estar en las manos de los escoceses”, continuó.

Por el contrario, los partidos de la oposición que están a favor de la unión con Gran Bretaña, entre ellos el Laborismo, los Conservadores y los Liberales Democráticos, como también el Gobierno británico, consideran que Escocia “se beneficia actualmente de ser parte del Reino Unido, que a su vez es una de las economías más exitosas del mundo”.

Dichas agrupaciones sostienen además que el gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP) diluye su visión de independencia para incrementar el apoyo entre los votantes, en un período en que las encuestas indican que la mayoría de los británicos apoya  la unión.

Entre las medidas del SNP están mantener la libra esterlina -la moneda del Reino Unido- como también los servicios financieros del Banco de Inglaterra (Banco Central) y a la reina Isabel II como jefa de Estado.

Según el secretario británico para Escocia, Michael Moore, el referéndum “será un momento definitorio”. “Por eso le pido a la gente que piense muy bien a la hora de votar. Considero con firmeza que Escocia será más fuerte, segura y próspera si se mantiene dentro del Reino Unido. Desde ahora y durante un año, argumentaré con más fuerza sobre esta posición para convencer a los escoceses con evidencia robusta y persuasiva”, continuó.

El Reino de Escocia, que abarca un territorio de 78.772 kilómetros cuadrados, y que cuenta con más de 790 islas y archipiélagos y una población de unos 5’116.900 habitantes, había sido un estado independiente hasta 1707, fecha en que firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino Unido de Gran Bretaña.

Pero desde el siglo XIX, el independentismo escocés logró ganar  más influencia, principalmente a partir de los esfuerzos del SNP, que en las elecciones de mayo de 2011 obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento de Edimburgo.

Sin embargo, Salmont tiene una dura tarea a la hora de convencer al electorado por los beneficios de la independencia.

Según varias encuestas divulgadas esta semana, la mayoría de los ciudadanos escoceses se muestra  contrario  a una Escocia independiente.

Casi la mitad de los votantes escoceses considera  que la independencia de esa región dañaría la economía de Escocia, de acuerdo a un sondeo publicado este miércoles por el diario escocés The Herald. Esa encuesta, realizada por la firma TNS BRMB, muestra que un 45% de votantes cree que la economía funcionaría peor si Escocia se desligara del Reino Unido, frente a un 23% que opina que mejoraría.

El 15% de los consultados considera que la economía escocesa funcionaría de la misma manera si Escocia se independizara, mientras que un 17% se mostró indeciso.

Un segundo sondeo, realizado el pasado fin de semana por la consultora Progressive Scottish Opinion para el Daily Mail, indicó que un 59% de escoceses se inclina por votar a favor del “No” el 18 de septiembre de 2014,  un 27% respaldará la independencia de Escocia y un 14% está indeciso.

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