Los griegos dieron ayer una clara victoria al partido antiausteridad Syriza para “escribir la historia” dejando “detrás la austeridad”, afirmó Alexis Tsipras, primer dirigente europeo elegido con base en un rechazo explícito de las difíciles políticas impuestas por la UE a sus miembros.

No obstante, en su primer discurso, Tsipras ofreció una de cal y otra de arena: “El veredicto del pueblo griego significa el final de la troika”, exclamó refiriéndose a los expertos del BCE, UE y FMI, que dictan a Grecia una política de austeridad desde hace 4 años para prestar 240.000 millones de euros para salvar al país de la bancarrota.

Y minutos más tarde anunció a sus seguidores que el nuevo Gobierno “estaría dispuesto a colaborar y negociar por primera vez con nuestros socios una solución justa, viable, duradera y que beneficie a todos” para una deuda que supone el 177% del producto interior bruto.

Por su parte, el primer ministro saliente, el conservador Andonis Samarás, reconoció la derrota. “El pueblo griego ha hablado y respetamos su decisión”, dijo. “Entrego un país que está saliendo de la crisis, que es miembro de la Unión Europea y de la zona euro y espero que el próximo Gobierno mantenga estos logros”, declaró.

Hacia las 22:15 GMT, escrutado el 70,72% de votos, Syriza recababa 36,03% y Nueva Democracia de Samarás 28,15%. La izquierda radical totalizaba así 149 escaños, de los 300 que componen el Parlamento. Saber si al final logrará la mayoría absoluta de 151 diputados es como un ‘thriller’, según el responsable de la firma informática encargada del escrutinio.

Esta mayoría permitiría a Syriza gobernar de manera independiente. “Es una victoria histórica que da esperanza a los ciudadanos griegos que han votado contra la austeridad”, había manifestado previamente Syriza, en un comunicado.

El partido neonazi Amanecer Dorado era la tercera formación más votada, con 6,39%. Grecia celebró ayer las elecciones anticipadas porque el Parlamento no logró elegir al presidente. La Unión Europea estuvo pendiente del resultado de las elecciones, ya que, en caso de victoria de las izquierdas, la política del país cambiaría drásticamente.

Con el objetivo de superar la crisis en la que actualmente está sumido el país, Syriza prometió hacer una auditoría de la deuda pública. La formación se comprometió a renegociar la devolución de la deuda y suspender los pagos hasta que se recupere la economía nacional y descienda el desempleo, que llega al 26%.

Una plataforma de 13 grupos

Syriza, acrónimo en griego de Coalición de la Izquierda Radical, ha recorrido en apenas 3 años el camino entre la marginalidad electoral y la posibilidad de gobernar. Desde 2014 las encuestas lo situaron como primera fuerza.

Es un hecho histórico porque terminó con el tradicional bipartidismo de Grecia, donde los socialdemócratas y los conservadores (que forman la actual coalición de Gobierno) se alternaron el poder durante décadas.

Syriza se constituyó en 2004 como una plataforma de 13 grupos y personalidades de diversa filiación, desde comunistas de distintas corrientes hasta ecologistas, pasando por socialdemócratas, que habían coincidido en campañas concretas.

Alexis Tsipras, de profesión ingeniero, llegó a la primera línea de la política hace menos de una década, como candidato a la alcaldía de su ciudad, Atenas; y se hizo con el liderazgo de la Syriza coalición en 2008. Convertido en el azote de los gobiernos, ahora, con 40 años, aspira a protagonizar un cambio que trascendería las fronteras del país.

El Gobierno intentará negociar con sus acreedores un alivio a la deuda del país, que pese a los esfuerzos de 2012 ha pasado de 130% del PIB a 177% en estos 5 años y es una de las más altas del mundo desarrollado. Así lo asumen las autoridades de la UE y la mayoría de los analistas o inversores.

¿Cuáles son los planes de Syriza? Tsipras ha anunciado que tratará de renegociar las condiciones de la deuda con la UE, así como los recortes impuestos, mientras los conservadores solo solicitarían cierta suavización en los pagos a la troika de prestamistas.

Aunque desde Fráncfort y Washington (sede del FMI) han anunciado romper con Atenas (y provocar su salida del euro) si el nuevo Gobierno no cumple las condiciones actuales, los socios europeos parecen predispuestos a cierta flexibilización en los intereses y los plazos de los pagos, pero siempre a condición de que continúen las reformas exigidas hasta ahora.

Syriza ya ha dicho que cambiará el rumbo y que las reformas aplicadas -que han derivado en drásticos recortes- se sustituirán por otras, como la lucha contra la corrupción y una política de inversiones que sirva para impulsar el crecimiento y crear empleo, aun a riesgo de no cumplir con el objetivo de déficit.

9,8 millones de griegos mayores de 18 años y 25 días estaban llamados a estas elecciones anticipadas. Es decir, los nacidos en 1996 o antes. Ellos tenían, teóricamente, la obligación de sufragar, aunque en la práctica no se sanciona a los abstencionistas (cerca de un 38% hace tres años). No se puede votar desde el extranjero.