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Elecciones, un plebiscito a la gestión del presidente Donald Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una rueda de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington DC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una rueda de prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington DC.
Foto: Agencia AFP
04 de noviembre de 2018 - 00:00 - Redacción y Agencia EFE

El próximo martes 6 de noviembre, Estados Unidos celebrará las primeras elecciones legislativas desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, una cita considerada como un plebiscito para el presidente y en la que los demócratas aspiran a tomar el control de alguna de las cámaras del Congreso, ahora en manos republicanas.

Los 435 escaños de la Cámara de Representantes, más de un tercio de los 100 asientos del Senado estarán en juego, así como más de una treintena de gobernaciones y cientos de cargos públicos estatales y locales.

Los comicios se presentan como una oportunidad para los demócratas, después de la debacle de las elecciones de 2016, cuando no solo perdieron la presidencia del país, sino que los republicanos también afianzaron su control en ambas cámaras del Capitolio.       

Durante los últimos meses, en los que hubo primarias, los republicanos que más victorias lograron fueron aquellos cercanos o respaldados por Trump, mientras que los demócratas vieron cómo rostros nuevos, más diversos y más mujeres, vencieron para librar la batalla este martes.

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa, Steffen Schmidt, explicó que, aunque el incremento de candidatos más a la izquierda aumentó frente a los clásicos en el Partido Demócrata, los primeros aún son una minoría y si son elegidos tendrán que trabajar con colegas de mayor edad o más conservadores. Este es un fenómeno similar al del llamado Tea Party en el Partido Republicano.

“Sin embargo, la esperanza es que en muchos distritos o en algunos estados, los progresistas conecten mejor con las circunscripciones. Eso podría ayudarles a ganar asientos. Pero si alguien demasiado liberal compite en un distrito conservador, el partido perderá escaños”, agregó Schmidt.

Los cálculos de la unidad de datos del diario The New York Times apuntan a que los demócratas tienen un 84 % de posibilidades de hacerse con la Cámara Baja, donde necesitan arrebatar a los republicanos al menos 24 escaños para lograr la mayoría.

En el Senado la hazaña es más complicada, ya que los demócratas tienen que defender más asientos que los republicanos, y en estados  conservadores.

Florida, Arizona, Texas, Indiana, Misuri y Montana son algunos de los territorios donde los sondeos apuntan a que la lucha entre los aspirantes estará más apretada, pero, de acuerdo con el mismo periódico, lo más probable es que los republicanos mantengan la mayoría en el Senado, con un 82 %.

Las gobernaciones también están controladas en su mayoría por los conservadores, y no todas están en juego en este ciclo electoral, pero los demócratas podrían acumular un mayor poder en los cargos estatales más altos a nivel ejecutivo.

Según los sondeos, los demócratas recuperarán entre seis y ocho gobernaciones ahora en manos republicanas, mientras que puede que los conservadores arrebaten una a los demócratas.

Un aspecto clave será la movilización del voto joven y de las mujeres, dos grupos que parecen estar especialmente comprometidos con estas elecciones tras la llegada de Trump a la presidencia y sus políticas radicales.

La reciente confirmación del juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, pese a las acusaciones de acoso sexual, instaló una sensación pesimista entre los demócratas que permitió a los republicanos acortar distancias en los sondeos. A esto se suma el mensaje xenófobo del mandatario contra los inmigrantes y minorías.

La inmigración es sin duda protagonista en los comicios, especialmente con la posible llegada de la caravana de inmigrantes procedentes de Honduras, un elemento que, a juicio de la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Fairfield Gayle Alberda, se convirtió en “una oportunidad para Trump”.

“Con la caravana se abrió la oportunidad para Trump y sus compañeros republicanos de utilizar la inmigración como un grito de reclamo para su base”, aseguró la experta, quien recordó que la mayoría de estadounidenses cree que la caravana debe detenerse en la frontera.

Más allá de las encuestas de aprobación sobre Trump, que apenas superan el 40 %, los comicios son una prueba para la gestión del magnate, así como para el proceso de reconstrucción del Partido Demócrata ante las presidenciales de 2020. (I) et

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