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El ‘Chino’ es el congresista más votado

Disputa por el poder enfrenta a Keiko y Kenji Fujimori

Keiko Fujimori rechaza expresiones en Twitter de su hermano menor Kenji y pone condiciones a su permanencia en Fuerza Popular.
Keiko Fujimori rechaza expresiones en Twitter de su hermano menor Kenji y pone condiciones a su permanencia en Fuerza Popular.
Foto: lamula.pe
08 de julio de 2017 - 00:00 - Víctor Vimos, corresponsal en Lima

Los hermanos Fujimori son el centro de la noticia política, hoy por hoy, en el Perú. Unidos por un mismo apellido y juntos en gran parte del proceso político que los ha llevado a convertirse en las dos figuras más importantes en Fuerza Popular, tienda política levantada sobre la ausencia de su padre, el condenado ex presidente Alberto Fujimori, Keiko y Kenji parecen haber decidido acompañarse hasta aquí.

Esa decisión, como no puede ser de otra manera para dos personas que aglutinan un mismo poder, solo puede venir por la vía de la ruptura. Kenji, el menor de los Fujimori, y el congresista más votado a nivel nacional en la última elección, hace meses da señales de que esa ruptura está en proceso.

Un viraje conceptual en su discurso ha sido el gesto más evidente. Ante las acciones de oposición que el Congreso, dominado por el fujimorismo, ha desatado en contra del Ejecutivo, Kenji ha emergido como una figura incómoda: se ha propuesto, a ratos, como conciliador entre los dos poderes del Estado, y a ratos también, como un fuerte crítico en contra del fujimorismo, su propio partido político.

Las vías que utiliza para difundir esas críticas han superado las reuniones de su bancada. A cambio, se han establecido a través de Twitter y de distintos medios de comunicación, atentos ahora a este cruce de declaraciones entre él y su hermana.

En un territorio en el que el apellido Fujimori implica un capital político capaz de desequilibrar la balanza del Estado, el enfrentamiento entre Keiko y Kenji Fujimori no pasa desapercibido. Si bien las diferencias de concepto y enfoque son las más visibles, parecería que en el fondo la distancia entre los hermanos se concentra en la relación con el padre: Keiko Fujimori, erigida como la líder que ha capitaneado la búsqueda de la presidencia del Perú en dos ocasiones, logrando amasar un respaldo popular amplio, no guarda mayor interés con la posibilidad de que su padre, Alberto, sea eventualmente liberado.

Este recelo parecería sustentarse en un cálculo desventajoso frente a la figura del “Chino”, capaz todavía de eclipsar las aspiraciones de Keiko para asumir el poder. Kenji, quien desde niño creció junto al poder de su padre, se ha definido varias veces como “albertista”, es decir, alguien cercano e identificado con la vocación de libertad de su padre.

La pelea, así contextualizada, da para largo. Y lo efectos no demoran en llegar. La semana pasada, a través de Twitter y varios programas de televisión, Kenji se encargó de agudizar un poco más el enfrentamiento. Llamó a pensar en una “reestructuración partidista” de su bancada, comparando además a los congresistas fieles a su hermana como “leones en el coliseo Romano”.

Esas declaraciones se emitieron precisamente en momentos en que el fujimorismo planea elegir al sucesor de Luz Salgado en la Presidencia del Congreso, cargo que deberá cambiar, por Ley, en este mes. No eran pocas las voces que anticipaban la postulación de Kenji para ocupar ese espacio. Sin embargo, Keiko ha querido curarse en salud: sus maniobras políticas han logrado que, a propósito de las declaraciones de su hermano, el partido le abra un proceso disciplinario que podría, en el caso más extremo, terminar con su expulsión del fujimorismo.

Eso, sin embargo, se decidirá en los quince días próximos. Lo que sí se sabe con certeza es que, como parte de los efectos de esta justa disciplinaria, Kenji queda imposibilitado para aspirar por la presidencia del Congreso, un alivio para su hermana quien ve en el menor de los Fujimori una amenaza que no deja de crecer.

Las dimensiones de este enfrentamiento entre hermanos podrían, por un lado, dividir a la bancada fujimorista que ha sufrido ya, en lo que va del año, algunas deserciones de sus congresistas. Pero además, abrirían la posibilidad de debilitamiento de la figura política de Keiko. Ya se sabe, de acuerdo a un informe de la consultora GFK, que un 37% de peruanos mira en Kenji una actitud política positiva en comparación con la de su hermana. Algo que, llevado a la arena del enfrentamiento político, podría tener consecuencias desastrosas para las aspiraciones presidenciales de Keiko. (I).

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