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El último enfrentamiento en el cauca dejó 11 militares fallecidos

Autoridades piden a Santos poner un plazo a diálogos con las FARC

Autoridades piden a Santos poner un plazo a diálogos con las FARC
19 de abril de 2015 - 00:00 - Gustavo Veloza Posada

Nunca como ahora, los  hechos de la guerra están marcando el camino de la paz en Colombia. Este es el panorama actual que deja la muerte de 11 militares tras un ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en que colocó en vilo el proceso de diálogos que actualmente desarrollan con el gobierno en La Habana, Cuba.

En cerca de 2 años y medio del proceso de paz, ni los guerrilleros han dejado de usar sus armas ni el gobierno ha suspendido las acciones contra las columnas de las FARC. A pesar de ello siguen trabajando para conseguir un acuerdo final del conflicto, tal cual lo decidieron las 2 partes cuando comenzaron las negociaciones en Noruega y luego las trasladaron a La Habana.

Hoy cerca de 50 años de conflicto, los colombianos se preguntan ¿cuántos muertos habrá que poner todavía para llegar a la paz?

El futuro del proceso responde más a la forma como el presidente Juan Manuel Santos maniobre la actual crisis en medio de las aguas turbulentas de los opositores y de los que piden a gritos que se terminen ya las conversaciones. Ese pulso político es el que debe librar el mandatario que ha guardado prudencia, a pesar de reanudar los bombardeos contra las FARC.

¿Un ultimátum para el proceso?

Para el analista Bernardo Ramírez, el hecho de que Santos haya preferido reanudar los bombardeos para no suspender el proceso de paz, deja mucho para pensar: “el atentado de las FARC contra los militares, es el hecho más crítico de todo el proceso de paz y Santos no lo ha roto, dejando una luz de esperanza de que no se suspendan. Y muchos colombianos tienen ese anhelo y yo creo que Santos se la está jugando a fondo, soportando los ataques de la oposición y de los enemigos del proceso que no son pocos”, sostuvo.

Mientras tanto, el presidente Juan Manuel Santos dijo que su compromiso con los colombianos es dejar un país en paz. Señaló: “siento rabia e indignación por los militares muertos, pero estoy canalizando esa rabia hacia la paz. Debo entender que el camino para la paz es tortuoso, pero tengo que persistir”.

Sobre esta intención, coincidió el líder máximo de las FARC, Timoleón Jiménez ‘Timochenko’, en su sitio web, quien insistió en la persistencia de los diálogos, tras destacar las multitudinarias marchas convocadas por organizaciones de izquierda, en apoyo a las negociaciones.

El integrante de la mesa de negociación de las FARC, Pablo Catatumbo, desde La Habana, dijo que con la negativa del gobierno a firmar el cese bilateral del fuego, el único responsable de las víctimas que se generan por la persistencia de la guerra es el Estado.

Al respecto, el vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien pocas veces habla públicamente sobre los diálogos con las FARC, aseguró que es necesario que se definan plazos concretos para evitar que las conversaciones se prolonguen indefinidamente. “Lo que hoy todos reclamamos es que se concrete en términos de tiempo esa negociación”, enfatizó.

En este mismo sentido, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se sumó a la propuesta del vicepresidente Vargas Lleras para establecer límites a la negociación con las FARC.

Cristo, como los otros líderes políticos, planteó la necesidad de poner plazos al proceso de paz con la guerrilla para que no se repitan episodios como el registrado en el Cauca. La idea es establecer un ultimátum a las FARC para que deje de ser una negociación con plazos indefinidos, porque “no hay que ocultar que con el tiempo se han dilatado las conversaciones”.

El copresidente del liberalismo, senador Horacio Serpa Uribe, indicó que aunque no hay que suspender los diálogos, sí es necesario aligerar los diálogos.

De acuerdo al exministro, entre más se dilate el proceso, más riesgos hay de que se sigan presentando hechos violentos en desarrollo del mismo conflicto.

Por su parte, el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, dijo a El Telégrafo que “creo que no se deben de romper los diálogos. La mesa de negociación se convierte en un lugar más difícil, hay que reparar el daño que se ha hecho, el retroceso es una lástima, pero es la naturaleza del conflicto que nosotros tenemos en el país, pero no se puede echar a la basura todo el camino recorrido”.

En relación con el futuro de las negociaciones de paz de La Habana, planteó una revisión: “En la mesa de negociación tienen que sentarse a revisar lo que se ha hecho, revisar el daño a la confianza, porque ese daño es sensible en un momento delicado de la negociación”.

La tregua bilateral

De otro lado, la publicación británica, The Economist, afirmó que a diferencia de hechos como el secuestro del general Rubén Darío Álzate, que puso a tambalear los diálogos de La Habana tras la orden del presidente Juan Manuel Santos de suspender los diálogos hasta que las Farc lo liberaran, la masacre de 11 soldados en el Cauca no tuvo este efecto. “Al contrario hizo que Santos señalara que estos ataques demuestran la necesidad de acelerar las negociaciones”, señala.

The Economist afirma que lo que sí destruyó fue la posibilidad de una tregua bilateral, al menos por ahora, y señala que lo que realmente puede poner en riesgo el proceso de paz son los asuntos espinosos por discutir en Cuba como la desmovilización y las penas que tendrían que afrontar los guerrilleros. (I)

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