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El equipo demandó una inversión superior a $ 250 millones

Argentina lanza segundo satélite en menos de 1 año

El satélite geoestacionario Arsat-2 despegó en la Guayana Francesa y proveerá de señal a toda América. Foto:  Télam
El satélite geoestacionario Arsat-2 despegó en la Guayana Francesa y proveerá de señal a toda América. Foto: Télam
03 de octubre de 2015 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

Argentina dio un gran paso en materia tecnológica espacial al consolidar su proyecto satelital –único en América latina- con el lanzamiento de su segundo satélite geoestacionario totalmente de diseño, fabricación y operación nacional.

Se trata de una política estratégica de Estado seguida por los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner en los últimos 12 años y que ubicó a Argentina en una privilegiada lista de países en dominar este tipo de tecnología junto a Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, India, Australia y la Unión Europea.

“El futuro ya llegó”, dijo la mandataria  en cadena de radio y televisión. Compartimos con ustedes, los 40 millones de argentinos, la fuerza de ese satélite, la fuerza de los 40 millones (de habitantes) de la Argentina que definitivamente ha despegado”, enfatizó.

El primer satélite –el Arsat-1- fue lanzado con éxito al espacio en octubre de 2014 con una inversión de $ 270 millones. Fue la culminación de 7 años de trabajo de dos compañías del Estado argentino: la Empresa de Soluciones Satelitales (ARSAT), que depende de los ministerios de Economía y Planificación Federal, y el Instituto de Investigación Aplicada (INVAP), con sede en la ciudad patagónica de San Carlos de Bariloche.

El miércoles pasado fue el turno del segundo satélite geoestacionario, el Arsat-2, lanzado dentro del cohete Ariane 5 desde la base espacial de la Unión Europea en Kourou, Guayana Francesa. En 2019 el país austral prevé lanzar el Arsat-3. Pero además la presidenta anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley que prevé declarar de interés público el desarrollo de la industria satelital.

“Esto tiene que tener continuidad. Vamos a enviar una ley al Congreso de desarrollo de la industria satelital argentina. Queremos declarar de interés público el desarrollo de la industria satelital, porque esto no puede ser obra de un gobierno, es una inversión de los 40 millones (de argentinos). Estamos pensando no solo en este año y el que pasó. Desarrollamos un plan que va hasta el 2035 para empoderar a los argentinos que son los verdaderos dueños de los satélites”, dijo la presidenta.

Y la presidenta agregó: “el plan prevé construir 8 nuevos satélites en los próximos 20 años. Para uso y para venderlos. Se trata de un plan sustentable a largo plazo de una empresa argentina. Se va a prohibir la venta de acciones sin previa autorización de las dos partes del Congreso. No queremos que tanta inversión luego sea arrebatada a los argentinos”.

Matías Bianchi, presidente de Arsat, dijo que la empresa “nació para proteger las posiciones orbitales nacionales” y ahora “nuestra industria está consolidada y el mundo la reconoce. Es importante que los dos lanzamientos en menos de un año queden en las mentes de nuestros chicos, para demostrarnos que podemos hacer cosas impensadas en nuestro país”. El Arsat 2 –uno de los 300 satélites que orbitan alrededor de la Tierra- es de tipo geoestacionario, al igual que el Arsat-1 y demandó una inversión de más de $ 250 millones.

Esta característica le permite brindar servicios de telecomunicaciones. Su peso es de 2.977 kilos y tiene tres antenas –dos desplegables y una fija– que emiten en dos bandas, Ku y C. Eso posibilita  la señal a todo el continente americano, desde la Antártida hasta Canadá. El Arsat-1 tiene una antena única en banda Ku y centra su emisión en todo el territorio nacional.

El gran objetivo del gobierno argentino es comercializar transmisión satelital de televisión a toda la región. Según se informó, el 30% de la capacidad del Arsat-2 está reservada. El Arsat-1 opera con el 80% de su capacidad.

“Esperamos que la inversión del Estado en tecnología pueda capitalizarse en otras áreas del entramado industrial y tener continuidad en la construcción de satélites. La agenda para los próximos veinte años es mejorar la competitividad”, concluyó Bianchi. (I)

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