Bélgica jugó con la seguridad de la clasificación y se relajó en el Arena Corinthians en el choque contra Corea del Sur. Para los europeos era como un entrenamiento, pero con público y con uniformes. Marc Wilmots alineó a varios elementos que no tuvieron oportunidades en los 2 primeros encuentros.

Por ejemplo, dio descanso a Eden Hazard y también a Vincent Kompany, que se recupera de una dolencia. La oportunidad era muy valiosa para Adan Januzaj, Kevin Mirallas, Steven Defour o Moussa Dembele, que buscaban mostrarse ante su DTy ser considerados para octavos.

Dries Mertens, que sí fue protagonista en los 2 partidos iniciales, repitió contra los asiáticos y fue quien lideró a su equipo en el ataque. Tuvo algunas ocasiones frente al golero rival, pero el orden y la efectividad defensiva impidieron que su equipo se adelantara en el marcador.

Pero de a poco los coreanos consiguieron acercarse al arco rival. Sungyueng Ki inquietó en más de una ocasión el arco defendido por Thibaut Courtois, que de a poco se convertía en la figura de su equipo por las constantes salvadas.

Corea del Sur tenía acorralado a su rival. La necesidad de ganar el partido era evidente para soñar con la clasificación a octavos. Además, sobre el campo de juego ya sabían que Rusia vencía a su rival y por ende serían los acompañantes de Bélgica en octavos.

Sobre el final de la primera parte, Steven Defour vio la tarjeta roja por una fuerte entrada sobre un rival. Con 10 elementos y con toda la segunda parte por delante, todo indicaba que la ventaja para los coreanos sería notoria para lograr la victoria.

La segunda mitad fue más entretenida, por la constante búsqueda de la victoria de Corea. Bélgica resistió bien con un hombre menos y en más de una ocasión se atrevió a atacar con fuerza para buscar el tanto de apertura.

Sin embargo, al igual que en el primer tiempo, la balanza se inclinó hacia los asiáticos y tuvo nuevamente encerrado a su rival. Courtois repetía sus atajadas para dejar su arco en cero y en ataque Mertens seguía como el hombre más peligroso del cuadro belga.

Corea delSur se lanzó totalmente al ataque y aprovechó que los belgas jugaban con uno menos. Eso dejó espacios para que Bélgica pueda también atacar, por lo que el encuentro se convirtió en uno de ida y vuelta.

A pesar de los esfuerzos de Corea, fue Bélgica el que se puso adelante en la parte final del encuentro. En un contragolpe bien elaborado por Marouane Fellaini, Divock Origi disparó con potencia al arco defendido por Kim, que dejó un rebote largo y el lateral Jan Vertonghen anotó ante la desesperación del arquero coreano.

Con el gol en contra, los coreanos no vieron otra opción que seguir atacando. Sabían que el resultado los dejaba fuera y estuvieron dispuestos a dejar todo hasta el final del partido. A pesar de los esfuerzos, la defensa belga estuvo segura y en más de una ocasión buscó un contragolpe, pero no concretó.

“Este equipo hace 9 de 9. Esto es perfecto”

Marc Wilmots, DT de Bélgica, no podía dejar de sonreír en la rueda de prensa luego de la victoria de su equipo con 10 hombres. “Con la expulsión de Defour cambió por completo el ritmo del juego. Sin embargo, mis jugadores tienen mucho amor propio, son entusiastas y quieren ir siempre hacia adelante. Este equipo hace 9 puntos de 9 posibles. Es perfecto”, dijo el entrenador.

Sobre el desarrollo del partido, Wilmots destacó la energía de los coreanos en su intención de ganar el partido. “Ellos aceleraron el ritmo en sus ataques y fue así que aprovechamos algunos contragolpes cuando se crearon espacios en su defensa”, finalizó.

“Estamos en un período de transición”

El entrenador de Corea del Sur, Myungbo Hong, aseguró que la mala actuación de su selección en el Mundial se debe a que atraviesan un período de transición. “Es un período complicado, en el que varios jugadores mejoran a nivel individual, pero los equipos locales no están disfrutando de esos resultados y a la final también afectan a la selección”, aseguró.

Corea del Sur fue la última selección asiática en quedar eliminada del torneo y el DTesperaba algo mejor. “El pueblo coreano esperaba mucho de nosotros. Yo no soy religioso, así que no esperaba un milagro, pero sí confiaba mucho en mis jugadores para conseguir un resultado que nos pusiera en octavos”, agregó.