¿Por qué decidió postularse como secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)?

Lo entendí como un paso importante en mi carrera como jurista, que tiene más de dos décadas en la defensa de Derechos Humanos y del derecho constitucional.  

¿Cuándo se postuló?

El 1 de mayo de este año.

¿Esta designación se realizó a título personal o fue motivada por el Estado ecuatoriano?

Las candidaturas se realizan a título personal. Los requisitos de la postulación son para las personas sin aval o  autorización gubernamental, ya que no van a representar al Estado. Es un cargo administrativo, por tanto no se requiere tutela estatal.

¿Se debe designar a un candidato propuesto por el Estado miembro del organismo para ese cargo?

Definitivamente no.

¿Por qué considera que no quedó como uno de los cinco finalistas?

Todavía no me queda claro cuáles son los parámetros de evaluación de los integrantes de la comisión, puesto que yo he cumplido con todos los requerimientos demandados por esta instancia.  

¿Considera que los reparos que el gobierno ecuatoriano ha realizado al organismo influyó para que no estuviese entre los finalistas?

Mantengo una posición; creo que los últimos sucesos entre la CIDH y el gobierno ecuatoriano no deberían afectar el proceso de selección del secretario ejecutivo de ese organismo. Si hubiera alguna incidencia de dichos sucesos en la decisión, sería para la CIDH institucionalmente lamentable y jurídicamente discriminatorio por prejuicios.   

¿Fue transparente -a su criterio- el proceso de selección? 

Precisamente para que el proceso sea transparente, y que justamente no quede sombra de duda sobre la actuación de la CIDH en este concurso internacional,  me siento en la obligación y en el derecho de pedir una aclaración sobre el por qué mi candidatura no fue considerada entre las finalistas.   

¿Se hicieron públicos los criterios de selección y calificación de los postulantes? 

Hasta el momento no se han hecho públicos los criterios de evaluación, lo que claramente viola disposiciones que obligan a que estos criterios sean publicados y conocidos con anterioridad.   

¿Qué observaciones y reparos encuentra en este concurso?

Yo no quiero señalar ni juzgar procesos internos de la CIDH, por lo menos hasta obtener una respuesta a mi impugnación. Sin embargo, de manera general los aspectos que he demandado tienen que ver, por ejemplo, con la  falta de publicidad previa y desconocimiento de los parámetros de evaluación; conocer si los comisionados adoptaron alguna decisión previa o aclaración que excluya al secretario ejecutivo de la limitación del artículo 37 de la Comisión que impide la presencia de dos nacionales del mismo país de origen en la Comisión; si no se produce un desbalance sobre representación y discriminación a más de 10 decenas de concursantes, al conocer que entre los cinco  finalistas están dos de un mismo país (en este caso de México, con Emilio Álvarez y Javier Hernández). 

¿Qué opinión le merecen los cinco finalistas del concurso?

No me referiré a ningún candidato en particular. En la mencionada carta de impugnación que envié al organismo lo que sí solicité es que se aclare sobre el alcance del artículo 37 de la Comisión y, por otro lado, es indispensable que se transparente si el presidente de la comisión emitió su voto positivo o se excusó de votar en relación con candidatos de su mismo país de origen. Tenemos que conocer si previamente a las votaciones al interior de la comisión se previó o analizó un eventual conflicto de intereses, entre otros.

¿Advierte algún sesgo político?

Es la comisión la que debe explicar los criterios de selección de los finalistas; yo prefiero no adelantar criterios de este tipo.

¿Cómo mira la selección de la estadounidense Elizabeth Abí si llegara a ser designada como secretaria tomando en cuenta que su país no reconoce la ratificación de los instrumentos del sistema?

Insisto, no voy a referirme a ningún candidato o finalista en particular.