Tal vez no haya un juez más famoso en el mundo. Y aunque Baltasar Garzón ya no es magistrado, los procesos que inició durante 20 años de carrera en España le valieron el reconocimiento internacional.

Este español se incorporó como juez en 1983. Sus primeros casos fueron contra el narcotráfico y la banda terrorista ETA.

En 1993 hizo una pausa a sus acciones para inscribirse en la lista de candidatos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), entonces liderado por Felipe González.

Poco después volvió a los juzgados. En 1998 su nombre se publica en todos los medios del mundo al ordenar la detención del ex dictador chileno, Augusto Pinochet, quien estaba en Londres.

Luego vendrían procesos contra ex represores argentinos y Osama Bin Laden por los atentados terroristas en Nueva York y Madrid. Por estas iniciativas fue candidato, varias veces, al Premio Nobel de la Paz.

Este año el Tribunal Supremo Español lo encontró culpable de prevaricato y lo suspendió por 11 años. Garzón fue condenado por ordenar que realizaran escuchas a detenidos por una trama de corrupción del Partido Popular, el llamado caso Gürtel.

Así terminó su carrera en España, pero inmediatamente fue llamado a colaborar en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que funciona en La Haya.

Al mismo tiempo fue invitado a integrar la veeduría internacional para la reforma de la Función Judicial ecuatoriana, en la que participa actualmente.

Por esta razón ha visitado varias veces el país y se espera que a finales de año emita su informe final.