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El Telégrafo
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Usuarios de hospital Guayaquil todavía se quejan de la asistencia

Usuarios de hospital Guayaquil todavía se quejan de la asistencia
02 de septiembre de 2011 - 00:00

Lidia Ronquillo, quien escuchó en la radio que el ministro David Chiriboga estaría trabajando en el hospital Guayaquil, ubicado en el Suburbio,  decidió escribirle una carta.

Ayer, mientras Chiriboga mantenía reuniones con los directores de área del Abel Gilbert en busca de la mejora de los servicios, según informó el Ministerio, la mujer sostenía con grapas su carta, los exámenes del Instituto de Infectología y varias recetas.

“El medicamento Lamictal no lo tienen aquí hace tres meses y  Valcapine hace uno  y medio”,  se quejó. Ella es madre de un hijo que padece  convulsiones, infección neuronal e hidrocefalia. 
“Cada vez que vengo a preguntar no me dicen nada, solo que no hay, por eso le he escrito para pedirle ayuda”, dijo Lidia.

Como ella, otros pacientes expresan su decepción por lo que consideran un servicio deficiente.
Muchos reconocen la calidad académica de los doctores, sin embargo,  se repiten las quejas por malos tratos de las enfermeras.

Entre los reclamos más frecuentes está la pérdida de la historia clínica, que es un documento necesario para ser atendido.

María Guerrero, por ejemplo, no pudo asistir a su consulta con el geriatra, precisamente porque su carpeta se había extraviado. En la ventanilla le respondieron que pida la información en el consultorio;  pero allí  tampoco encontraban sus documentos.

Esa experiencia vivió ayer Ana Loor, que   hace poco tiempo sufrió un principio de derrame. Ella se acercó al departamento de Estadística, pero el personal no encontró su registro.

En la fila que se forma en el área de farmacia se encontraban pacientes que acuden hace meses a buscar medicinas.   Jacinto Herrera, un joven con discapacidad, acudió para solicitar Soltamicina y Senetiol, que cuestan entre $ 10 y $ 15, se fue con las manos vacías porque aún no está en stock.

Lo mismo le ocurrió a Romel Gregor, quien padece el síndrome de mielo progresivo. “En marzo, abril y julio me han dicho en la farmacia que no tienen Cetirizina Ranitidina y Semigrazol, estos medicamentos cuestan entre $ 75 y $ 80”.
Mientras esto ocurría entre las 09:00 y las 12:00, en el hospital Guayaquil continuaba la reunión entre el titular de la cartera y personal del nosocomio.

En las largas filas que ocuparon gran parte del espacio del lugar también estuvo Irma Barragán, de 63 años, que no podía realizarse una tomografía por el daño de una máquina.  

Su esposo se mostró molesto porque al no poder acceder a la revisión por la dolencia de quistes en los ovarios, ella tuvo que permanecer acostada en una camilla en la estancia principal del hospital.

A ello  se suma la dificultad de algunos pacientes que denuncian problemas para agendar citas por vía telefónica.
Luisa Lindao aseguró enfurecida que tiene un mes llamando a la casa de salud y no puede obtener una consulta.
Wilson López, que presenta una hernia en el estómago, por sexta vez se presentó para que le hagan una cita de operación; no obstante hasta la mañana seguía sin conseguirla.

Pese a esos inconvenientes, ayer se observaron algunos cambios. Uno fue la instalación de pantallas en las salas de espera.

Además, el jefe de Angiología, Luis Jairala, presentó los equipos que hace cuatro meses se vienen utilizando en esta sala para realizar operaciones en personas que presentan malformaciones vasculares en el cerebro, cuello, corazón, pulmones, riñones y piernas, la mayoría de ellos hipertensos y diabéticos.

Al cierre de esta edición, Chiriboga, quien criticó el modelo de gestión del centro,  anunció que el sábado el Hospital Móvil estará en el  Abel Gilbert para realizar cirugías.

El titular de la cartera de Salud adelantó que se creará tres farmacias móviles y un sistema informático para que los médicos emitan las recetas y las medicinas lleguen rápido a la bodega.

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