La explanada de La Planchada de Las Peñas contó, ayer, en la mañana, con el alto flujo de visitantes que suele acudir  al sector en la noche de un feriado. Cientos de habitantes de Guayaquil y Durán llenaron, portando camisetas con leyendas de respaldo a León Febres-Cordero y al alcalde Jaime Nebot, el citado lugar para apoyar la colocación del monumento a LFC.

La realización de esta actividad a la misma hora que se desarrolló la develación de la efigie de Ernesto “Che” Guevara, a las 10:00, fue considerada un acto “espontáneo” y “coincidencial” por parte de asistentes y partidarios del movimiento Madera de Guerrero y el Partido Social Cristiano (PSC).

Precisamente, como se hizo público hace varias semanas, en la calle 10 NE, Jacinto Morán de Butrón, zona adjunta a la Plaza Colón, se desarrolló la inauguración de esta imagen de bronce propuesta por la Coordinadora de Solidaridad con Cuba-filial Guayas.

Música, una carpa con autoridades del país, promotores de la obra y un podio fueron parte del ambiente en el que se desarrolló la ceremonia por parte de quienes promovieron la instalación del busto de 1,30 de alto, colocado a metros de La Planchada.

Entre los invitados estuvieron Ketty Romo Leroux, presidenta de la Coordinadora de Solidaridad con Cuba-filial Guayas; Carlos Calderón Chico, historiador; Octavio Villacreses, representante de la zona 5 del Ministerio de Relaciones Exteriores; Jorge Rodríguez Hernández, embajador de Cuba, entre otros.

En ese lado de Las Peñas recordaron la presencia del “Che” en Guayaquil y las dificultades que hubo para colocar el busto. En la citada carpa también estuvo la concejala Cristina Reyes, de Madera de Guerrero, que después de observar de lejos la ceremonia fue invitada para que tomara asiento.

No obstante, hasta allí se escuchaban los gritos como “¡Nebot, reelección!, ¡León amigo, el pueblo está contigo!”, los cuales se generaban desde La Planchada, junto al monolito de LFC. Otro grupo se lanzó a un tramo de la Av. Malecón, para gritar consignas por Febres-Cordero. 

Desde temprano hubo decenas de policías metropolitanos, con escudos y trajes antimotines, quienes abrieron la cerca de acero que desde hace varias semanas limita el acercamiento de los ciudadanos a ese monumento. Una pancarta gigante con la cara de León y decenas de personas, sentadas en los filos del monumento de la réplica de los tres cañones, destacaron en la zona, además de varias camionetas municipales estacionadas junto al Malecón.  

Conforme pasaban los minutos empezaron a aparecer funcionarios municipales como Efrén Baquerizo Adum, Gustavo Zúñiga, Andrés Roche y Luis Chiriboga. Posteriormente, se sumó Cristina Reyes, quien antes del paso de un evento al otro dijo que estuvo en el otro acto en representación del Municipio como un símbolo de tolerancia a la colocación del busto de  Guevara, “aunque no estoy de acuerdo con sus ideales” y sobre el “contra evento” manifestó que “es un acto espontáneo”.

El asambleísta  Nicolás Lapentti y la ex alcaldesa de Durán, Mariana Mendieta, fueron dos de los políticos socialcristianos que también estuvieron en el encuentro espontáneo. “Marianita”, como le gritaban sus coidearios, expresó que estaba allí para agradecer a Febres-Cordero porque él en su presidencia convirtió a Durán en cantón. “A Dios le dejo que decida si en las próximas elecciones me postulo para algo, porque él es el que pone y saca autoridades. Déjelo a él que es quien dirige mi destino”, dijo esquivamente, antes de ser levantada en hombros por habitantes de Durán, que asistieron a la concentración.  

Lapentti, en cambio, dedicó tiempo a levantar niños con sus brazos y tomarse fotos. Sonrientes, una hora después, llegaron Jaime Nebot y la vicealcaldesa Doménica Tabacchi, quienes se pararon en La Planchada para saludar a los manifestantes.  

Por varios minutos el alcalde estuvo parado allí mientras la gente le gritaba que avanzara hacia la estatua de Guevara. Uno de los hombres que llegó, incluso, dijo que ya no había nadie en el otro extremo y que ya podían ir. Sin embargo, el burgomaestre, luego de hablarle al oído a otro de sus coidearios, prefirió dar declaraciones a los medios. 

“He venido a defender la memoria histórica de LFC, de Guayaquil y de lo que la inmensa mayoría de ciudadanos quiere (el monumento). Pero estoy para pedir calma por si acaso alguien vaya a perder la cabeza”. Luego se marchó y La Planchada fue cerrada nuevamente.