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La precariedad laboral juega contra los futbolistas

La precariedad laboral juega contra los futbolistas
25 de diciembre de 2017 - 00:00 - Unidad de Investigación

En Ecuador son contados con los dedos los exfutbolistas que viven de una pensión jubilar. La mayoría de ellos no disponen de ese beneficio porque sus patronos no les aportaron o porque los mismos deportistas administraron mal el dinero que ganaron en su época de apogeo.

Considerada como una de las carreras más cortas, el fútbol tiene el lado oscuro: no velar por el futuro de quienes un día atrajeron alegrías, públicos y llenaron estadios.

Si han tenido suerte, es común ver a exglorias del fútbol manejando taxis, trabajando como choferes, desempeñando algún cargo burocrático o de entrenadores.  Pero también es lamentable verlos pidiendo caridad o caídos en algún vicio.

Antes y ahora, la profesión de futbolista, aparte de ser corta, no permite que quienes viven del balón accedan a una seguridad social.

Hay futbolistas que pasaron del apogeo a la miseria

Numerosos han sido los casos de futbolistas y de deportistas ecuatorianos en general que han quedado en la indigencia, luego de una rutilante trayectoria.

Al exarquero Carlos Delgado, en el mundo del fútbol lo llamaban el ‘Bacán’. El  apodo se lo ganó por la forma y estilo de vestir: ropa deportiva de marca y lucir cadenas de oro en cuello y muñecas.

“Por eso le pusieron el sobrenombre de ‘Él Bacán’, porque lucía joyas caras y no solo una cadena, sino varias. Lamentablemente tuvo un mal final, ya que murió en la pobreza”, contó un excompañero que pidió no ser citado.

Delgado también era un hombre excéntrico, aun en su vida privada. El arquero de clubes como Emelec, El Nacional y de la Selección del Ecuador, saboreó la fama y el bienestar económico, pero no tuvo un guía que lo lleve por el camino correcto, especialmente el referente a la buena administración del dinero que ganó en su época de oro.

Quienes fueron sus amigos están seguros de que ‘El Bacán’ pecó del mal de los jugadores de antaño: creer que siempre iba a vivir del fútbol.

Delgado alcanzó fama también por ser bohemio. Cuentan quienes lo conocieron que frecuentaba burdeles y discotecas de lujo y en eso malgastó todo el dinero.

Al dejar el fútbol también fue noticia, pero esta vez para mostrar la cara oscura de los futbolistas derrochadores: falleció en 2002 sumido en la extrema pobreza.

Ello, pese a que los directivos de El Nacional le ofrecieron en cierta ocasión empleo como guardia de seguridad, oferta que la rechazó porque su objetivo era desempeñarse de preparador de arqueros.

Carlos ‘La Bomba’ Valencia es otro ídolo que cayó en la miseria. Jugó de delantero en los clubes Esmeraldas Petrolero, Macará, Barcelona, Audaz Octubrino y Aucas. También vistió la camiseta de la Selección del Ecuador.

Marcaba goles sobre la base de su potencia y habilidad. Es conocido por sus excompañeros, por dirigentes de la Federación de Ligas Barriales y Parroquiales de Esmeraldas (Fedelibes) como Oswaldo Torres y Geovanny Pinargote, que la droga lo llevó a dejar el fútbol, a caer en la locura (esquizofrenia) y a pedir limosna en las calles.

Nada pudo sacarlo de ese mundo, pese a que recibió ayuda, por ejemplo, del exalcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán: propició la rehabilitación de ‘La Bomba’ en la clínica Psiquiátrica Delgado, de Guayaquil. Incluso, le reconstruyó su casa frente al estadio Folke Anderson y le dio trabajo en el Cabildo.

Orly ‘Zapatón’ Klinger,  ídolo que vistió varias camisetas de clubes importantes e incluso de la ‘Tri’, cayó en el licor. En la actualidad, en las playas de la provincia de Esmeraldas, hace cascaritas y da espectáculo de dominio de balón con el fin de que alguien le regale una moneda.

Hay casos también de exfutbolistas que de pisar el césped de los mejores estadios del país y del exterior, han pasado a pisar el duro cemento de las calles para ganar algo de dinero como vendedores ambulantes.

Los que optaron por ser técnicos son pocos. Algunos  contaron que, a su debido tiempo, no tuvieron el apoyo de la dirigencia para desempeñar esta nueva profesión. Pocos son los que laboran en las formativas de los equipos.

Roberto Tomalá y Fortunato ‘Cholo’ Chalén también tuvieron que pasar de la gloria a mendigar y de eso han dado cuenta los diferentes medios de comunicación y quienes los conocieron.

Este triste final no solo han tenido jugadores ecuatorianos. El argentino Roberto Eliseo Ortega pululó por las calles de Guayaquil a la espera de la ayuda de manos generosas, caritativas.

El otro lado de la medalla son los pocos que tienen jubilación

Fausto ‘El Camioncito’ Correa, una de las glorias de El Nacional, máximo goleador de las décadas de los ochenta y noventa, tras estar activo 14 años se retiró del fútbol y actualmente es uno de los pocos exfutbolistas que disfrutan de una jubilación.

Ello se debe -según contó- a que tuvo la suerte de ser parte del club y de la institución castrense.

“Antes, en un noventa y nueve por ciento éramos militares. Por eso, una vez retirados de la práctica, continuábamos en la vida militar. Gracias a eso aportamos y tenemos la suerte de contar con pensión”, resaltó.

Correa se desempeña, además, como entrenador de las divisiones menores del club de los ‘puros criollos’.

Aseguró que eso, sin embargo, ha cambiado en los últimos años, ya que en El Nacional ahora  la mayoría o todos (los jugadores de fútbol) son civiles, ya no militares.

‘El Camioncito’ Correa señaló que el mejor consejo que le puede dar a los jóvenes futbolistas profesionales es que sean buenos administradores del dinero que ganan y disciplinados en su vida privada, para no terminar mal.

“Hay un dicho popular que señala que ‘el fútbol es pan de ahora y hambre de mañana’, por eso deben ser responsables con su vida”.

De su época, Correa recordó que fueron pocos los compañeros de otros clubes que lograron una jubilación, ya que sus patronos o los mismos jugadores nunca se preocuparon de ese tema.

Francisco Reinoso es de los pocos futbolistas que estuvo activo por casi 20 años.

Cuando comenzó a practicar ese deporte, las circunstancias eran diferentes. Solo con el tiempo se despertó la conciencia de que debían velar por su futuro y destinar el dinero a comprar una casa, incursionar en los negocios o aportar al IESS_para algún día contar con una pensión.

Reinoso lamenta casos de compañeros que terminaron en la miseria: gran parte de la culpa la tuvieron ellos mismos porque no supieron invertir lo que ganaron.

Ese no es el caso de Reinoso, pues luego de terminar su carrera de futbolista y de militar puso un negocio que ahora le significa ingresos. Además tuvo la oportunidad de volver al fútbol como preparador de arqueros.

A sus dirigidos, aparte de enseñarles las técnicas del buen portero, les inculca valores como la responsabilidad y la disciplina.

Cree que a los jugadores les falta entender que la profesión es efímera y que deben aprovechar al máximo en la época de apogeo, ese momento de gloria que muchos no saben administrar.

En relación con la seguridad social, Reinoso manifestó que el fútbol ha cambiado en los últimos años y hoy, gracias a la Ley del Futbolista, los clubes están obligados a afiliar a sus nóminas al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), tomando en cuenta que son empleados como cualquier otro.

“Conozco casos de compañeros que una vez retirados siguen aportando al IESS y eso les va a dar en el futuro una jubilación”, destacó.

El profesional del Derecho Jorge Mena coincidió en decir que es difícil encontrar a exglorias del fútbol disfrutando de una jubilación, en gran medida porque antes los clubes no tenían la obligación de aportarles al IESS.

“Los exfutbolistas jubilados son pocos. No tenían consciencia de velar por su retiro, era algo cultural, aparte de que este deporte era más amateur que profesional”, remarcó.

Mena ve con buenos ojos que algunos sigan aportando al IESS una vez que se retiran de las canchas y se dedican a otra actividad.

“Sería bueno que alguien experto en seguridad social les dé charlas. Es bueno que ellos sepan que a la hora de jubilarlos, el cálculo que se hace en el IESS para recibir su pensión, es con un promedio de los mejores cinco años de aportes. Como hoy en el fútbol se gana bien, si un jugador aporta lo máximo por cinco años o más, de seguro tendrá una buen jubilación”, añadió.

Un deportista que pidió no ser citado indicó que su equipo sí le cumple en cuanto a sus aportes al IESS. Sin embargo manifestó que no conoce nada sobre la Ley de Seguridad Social que ampara al jugador y peor sobre la forma en que el Seguro Social hace cálculos a la hora de establecer las pensiones.

“La verdad, no conozco nada de esa temática. En mi caso y el de algunos compañeros reconozco que el fútbol me ha dado ciertas facilidades como casa, auto y ahorros para cuando me retire”, dijo.

AFE:“El tema se ve con intolerancia e indiferencia”

Jorge Guzmán, gerente general de la Asociación de Futbolistas del Ecuador (AFE) manifestó que la no aportación al Instituto de Seguridad Social (IESS) por parte de los dirigentes, es algo normal en el país.

“Es muy común y no lo hacen por eludir los aportes al IESS, sino por evitar el pago de compensaciones o de indemnizaciones cuando  despiden a alguno de los jugadores”, aseguró.

Guzmán dijo que esto de la no aportación es una práctica tolerada, incluso, por el Ministerio del Trabajo, un tema que también es  mirado con total indiferencia por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

Destacó que como gremio han denunciado este tipo de anormalidades a los entes respectivos y que han participado en mesas de trabajo, pero que pese a todo por encontrar una solución, los resultados no son  nada halagadores.

Además han presionado en la Asamblea Nacional para que realicen reformas a la Ley del Futbolista. “Presentamos un nuevo proyecto de ley, pero tampoco tenemos resultados positivos”, manifestó contrariado.

Guzmán dijo que otro de los problemas que afrontan hoy los jugadores profesionales son el que no reciben dinero alguno cuando los medios de comunicación explotan imágenes de ellos, pese a ser un negocio muy rentable.

“No tienen ningún tipo de seguros y muchos clubes no cumplen con sus pagos en el IESS”, denunció.

Indicó que es común también el pago injusto de las liquidaciones. Puso como ejemplo el caso del club Liga de Portoviejo, donde los directivos les dijeron a los jugadores, que de los cuatro meses que les deben solo les pagan de dos, pero que deben firmar por cuatro.

Para evitar aquellos casos en que un jugador termina en la miseria, Guzmán propone la creación de una jubilación especial. (I) et

La clave está en los aportes, la disciplina y no derrochar

Patricio Torres, dirigente de Liga Deportiva Universitaria de Quito, y el general Tito Manjarrez, presidente del club El Nacional, aseguran que el fútbol ecuatoriano ha dado un salto  importante en los últimos años, especialmente en cuanto al tema del profesionalismo de los jugadores.

“El fútbol, hoy en día, es más profesional, hay un progreso, el futbolista entiende mejor su papel y el rigor de trabajo es mucho  mayor”, resaltó Torres.

Por su parte, Manjarrez manifestó que un futbolista sí puede prolongar su vida útil dentro de las canchas, todo está en su cuidado. “Entrenar bien, comer bien y descansar son las claves para el triunfo”, dijo.

Torres aseguró que en cuanto al tema de los salarios y de la afiliación al Seguro Social hay mucha distorsión del tema. Sin embargo, en lo que concierne a Liga de Quito, dijo que los aportes que realizan van más allá de las obligaciones laborales.

Rescató que en el caso de Liga la preparación a los futbolistas es en todas las áreas, más si es una profesión especial donde la carrera no dura mucho. “No se termina la vida cuando se retiran y por eso es bueno la seguridad social para el trabajador”, admitió.

En tanto, Manjarrez aseguró que El Nacional siempre ha velado por el bienestar de sus jugadores, por eso hoy en día se evidencian casos de jugadores que lograron jubilarse como miembros de las Fuerzas Armadas.

Incluso, resaltó que “tenemos a exjugadores nuestros que han triunfado en los negocios”.

Sostuvo que todos los jugadores pueden llegar a tener un buen futuro, pero siempre y cuando también sean disciplinados en la vida y administren bien el dinero que ganan.

Reconoció que si bien antes no había esa cultura de la seguridad social, hoy en día las cosas han cambiado porque la ley les exige a los clubes a afiliar a todos.

Torres coincidió en que cuando a un futbolista le llega su retiro sí puede vivir bien, pero siempre y cuando haya tenido una vida bien ordenada y disciplinada.

Datos

- Buenos salarios a foráneos. El salario de un futbolista profesional extranjero que milita en un equipo de la serie A, de los llamados grandes,  puede alcanzar hasta los  $ 80.000  y  $ 100.000 mensuales. Los premios por campeonatos o títulos son aparte.

- 20 equipos que hay en las series A y B inscribieron 720 jugadores profesionales en el campeonato 2017.

- Clubes mueven millones. Los presupuestos de los equipos de la seria A del fútbol ecuatoriano van desde los $ 3 millones hasta los $ 18 millones. (I) et

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