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Entrevista / Luis fernando Saritama / volante de sociedad deportivo quito

Luis Fernando Saritama: “Escondí a Cabañas en la cajuela y evité que lo agredan”

Luis Fernando Saritama: “Escondí a Cabañas en la cajuela y evité que lo agredan”
08 de marzo de 2015 - 00:00 - Javier Tamba Guzmán

La ocasión en que ocultó a Salvador Cabañas en la cajuela de su vehículo, para evitar que los hinchas del América lo lincharan; y el momento en que David Beckham ingresó al camerino de la selección ecuatoriana, para felicitar a sus integrantes por el partidazo protagonizado ante Inglaterra en la Copa del Mundo Alemania 2006 son 2 de las experiencias que Luis Fernando Saritama Padilla tiene incrustadas en la memoria.

Agencioso dentro de la cancha y mesurado fuera de ella, el volante lojano de 31 años habla de los instantes más representativos de su existencia. Los 3 títulos con Deportivo Quito, la vuelta olímpica con Alianza Lima y su presencia en 2 mundiales son narrados desde una perspectiva diferente. Una que pretende mostrar más a la persona que al deportista.

¿En qué época de su vida se dio cuenta de que quería ser futbolista?

Cuando subí al primer equipo de Deportivo Quito. Ahí me dije que quería ser futbolista profesional.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de su infancia?

El parque donde vivía, en el sector de San Pedro, en Loja. Era muy cerca de mi casa y me encantaba ir. Llegaba de la escuela y salía a jugar con mis amigos en una cancha pequeña de fútbol 5, de cemento. Ahí pasaba hasta la noche, cuando mi mamá (Norma Padilla) me buscaba para que fuera a la casa.

¿Su peor travesura?

Yo jugaba con la pelota en cualquier lugar de la casa, especialmente en la sala, porque era el espacio más grande, entonces de un balonazo rompí un anaquel de mi mami que tenía vidrios en los 3 lados y un espejo en el fondo. Como nunca lo repuso, siempre que lo veo me acuerdo de esa travesura. Mamá nunca lo mandará a arreglar porque para ella también es un recuerdo.

¿Cómo es la relación con sus hermanos?

Me llevo bien con ellos. Después de pasar mi infancia en el barrio San Pedro nos fuimos al barrio Época, donde mamá compró una casa. Pese a que yo soy un poco mayor a ellos, jugábamos fútbol. Siempre he tratado de ser un buen ejemplo y a todos nos gustó el balompié desde pequeños. Gabriel (22 años) también estuvo en las formativas del Quito y ahora milita en el equipo de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE). Patricia (21 años) juega fútbol con sus amigas de la universidad y estudia medicina deportiva.

¿Cómo surgió la oportunidad de vincularse a Deportivo Quito?

Llegué cuando tenía 13 años. Antes, en Loja, estaba en un club llamado Iberoamérica. Entonces mi mejor amigo, Luis Fernando Zúñiga, vino a Quito durante las vacaciones, se probó en el Quito y lo aceptaron. El día que fue a Loja para recoger sus cosas y sus papeles me sugirió probarme en Deportivo Quito, porque era un buen club. Como que me ilusioné, le pedí a mamá que me apoyara. Lo hizo, me vine a probar y junto a Luis Zúñiga empezamos esta aventura.

¿Fue muy difícil mudarse a Quito a los 13 años?

No fue fácil, primero, porque a esa edad uno todavía es un niño; y segundo, porque no tenía dónde quedarme. Ahí, Anita Montaño, la novia de mi tío (Geovanny Padilla), que ahora es mi tía, porque se casaron, vivía en Carcelén. Mi mamá le pidió que me recibiera y ella aceptó. Estuve en su casa los 2 primeros años. Eso y el estudio con el que me ayudó el colegio Émile Jaques-Dalcroze me permitieron estar en las inferiores de Deportivo Quito.

¿Siempre sintió simpatía por el Quito o se hizo hincha mientras creció en este representativo?

De niño era hincha de Barcelona. Eso lo decía, incluso, cuando ya estaba en el Quito. De pequeño en Loja solo se escuchaba de Barcelona y Emelec. Barcelona me apasionaba, logró ser vicecampeón de la Libertadores y miraba a jugadores como Carlos Morales, Jimmy Izquierdo, Mario Saralegui, Marcelo Trobbiani, David Bravo, Carlos Muñoz, Alberto Acosta, Manolo Uquillas y después a José Francisco Cevallos, Alfaro Moreno... Pero desde los 13 años, cuando comencé a vivir lo que es Deportivo Quito, a ser campeón con todas las formativas, nació el cariño por esta institución.

¿Alguna vez quiso pegarle a un árbitro?

De pegarle no, pero sí de reaccionar fuerte en 2 ocasiones. En la primera porque un árbitro me insultó y eso me pareció fuera de lugar, incorrecto. Y la otra debido a una expulsión súper injusta. Sucedió en un córner, un jugador contrario me dio un puñetazo y, el rato de levantarme, él se arrojó al piso como si lo hubiera empujado. A mí, que estaba con el ojo morado, me sacó la tarjeta roja, mientras al otro, que estaba bien, no le hizo nada. Son situaciones en las que he sabido controlarme.

¿Y quiénes fueron estos árbitros? ¿No les dijo nada?

No vale la pena mencionarlos. Y claro, al que me insultó, cuando se acabó el partido, le dije que eso no se hace y que no lo vuelva a repetir. No pasó a mayores. Estos dos hechos pasaron en el Quito en temporadas anteriores.

¿Se ha desquitado de algún jugador contrario que, malintencionadamente, le haya asestado un golpe?

He recibido muchas entradas con el propósito de dañarme. Eso, a mi manera de pensar, es reprochable. Les he reclamado verbalmente. En el fútbol, a veces, hay que meterse fuerte, pero siempre con buena intención. Y esa siempre ha sido mi característica.
 
¿Tiene rivalidad con alguien en especial?

No. Por mi posición en la cancha suelo enfrentar a jugadores fuertes, como Edwin Tenorio, cuando jugaba en Barcelona, o Marcelo Velasco, que estaba en Aucas... Siempre que jugaba contra ellos, decía: “¡Uy! Ahora va a haber patadas y todo...”. Pero bueno, es parte de la profesión y hay que manejarlo.

¿Qué es lo peor que le ha gritado un fanático?

Acá, en Sudamérica y en Ecuador, hay muchos insultos, sobre todo de los hinchas del equipo rival. Pero eso no te llega mucho. En cambio, cuando el hincha es de tu propio equipo te duele más.

¿Alguien le reclamó en la calle por cambiarse de Deportivo Quito a Liga de Quito?

Una vez un seguidor del Quito me dijo un par de palabras bastante gruesas. Simplemente no le hice caso, lo vi, lo escuché... no le dije nada, me fui. Ocurrió mientras estaba por entrar al cine.

¿Qué le hubiese gustado tener o hacer para ser mejor futbolista?

Muchas veces dejé pasar oportunidades que, en algún momento, te hacen pensar qué habría sucedido si te hubieras ido a determinado país, a determinado equipo. El futbolista debe saber tomar decisiones y, cuando las toma, ser fuerte para encarar lo que viene. He cumplido la mayoría de objetivos que me propuse.

¿Cuáles propuestas le hacen pensar en esto?

En junio de 2009, después de salir campeón en 2008 con Deportivo Quito y continuar en el club los primeros 6 meses, me ofrecieron regresar a México; también hubo chance de irse a Argentina, a Vélez. Obviamente tenía un contrato con el Quito; estaba a préstamo porque mis derechos pertenecían al América de México. Esto complicó esas probabilidades, pues de club a club se maneja otro tipo de negociación. Lo que siguió en mi carrera fue el bicampeonato y otro título con el Quito en 2011. Así que quedarme tampoco fue malo.

¿Por qué no fue titular en los mundiales?

Porque había jugadores con más experiencia o no aflojaron su buen rendimiento. Cuando llegué a la selección de mayores tenía 19 años y los titulares eran Édison Méndez y Cléber Chalá, más Álex Aguinaga, que ya pensaba en retirarse de la selección. Para el Mundial de Alemania el compañero de Méndez era Antonio Valencia, quien hizo una campaña espectacular. Fueron 9 años de ser convocado y esperar una chance. Para tener esa oportunidad, cuando el ‘profe’ Rueda vino, tuve que jugar en otra posición. Producto de las lesiones que sufrieron Segundo Castillo y Christian Noboa, actué como doble 5. Ahí me gané el puesto y jugué en 11 partidos de eliminatorias.

¿Fue dura la salida de Pedro Quiñónez de la selección?

Fue muy dura, sobre todo porque Pedro estuvo en muchas convocatorias y, al final, cuando viajamos a EE.UU., que el profesor le informara que quedaba fuera, verlo despedirse resultó difícil. Al menos para mí, porque yo me quedé fuera del Mundial Sub-20 de 2001 en la parte final. Y eso fue lo primero que se me vino a la mente.

¿Qué le molestó de la participación de Ecuador en el Mundial de Brasil?

Que dejamos de hacer lo que hicimos durante las eliminatorias, donde tuvimos un equipo de gran nivel, con alternativas en los diferentes sectores de la cancha. Muchos llegamos al Mundial después de superar lesiones. Antonio venía de una lesión, Christian Noboa de una lesión, Castillo se lesionó en uno de los amistosos, Felipe venía con molestias, Jefferson de igual forma, yo también salía de una lesión... No estábamos al 100%.

¿Sucedió algo entre los futbolistas que perjudicó el rendimiento del elenco?

No pasó por ahí. Me parece que el entorno generó aquello (prensa, hinchas, analistas) y siempre el entorno busca culpables, pero la selección siempre se mantuvo unida. Yo diría que las críticas originaron toda esa situación.

Entonces no hubo roces...

Nunca vi roces entre los compañeros. Como dije, algunos no estábamos al 100% y, pese a que todos consideraron injusto el resultado contra Suiza, eso ocasionó otro tipo de presión y otras circunstancias.

¿Qué provocó su bajón en Liga de Quito y Barcelona?

En parte, las lesiones. Primero voy a Liga de Quito y, a pesar de tener que adaptarme a algo nuevo, me sentí muy bien en los primeros 6 meses. Casi todo el año jugué como doble 5, no como enganche, que era mi posición habitual en Deportivo Quito. Después, empezando agosto, se me rompieron 2 costillas derechas. Tuve que descansar un mes y medio y eso me afectó en lo físico. Y en Barcelona, los primeros 4 meses llegué muy bien, hasta que se desgarró el aductor de mi pierna izquierda. Eso me impidió jugar los 2 meses previos al Mundial de 2014. Luego se fue el técnico Carlos Ischia y vino Rubén Israel, con quien tuve pocas oportunidades.

¿Qué amigos hizo en el extranjero?

Durante mi primera experiencia en Alianza Lima: Juan José Jayo Legario, Flavio Maestri, Pepe Soto, George Forsyth, Leao Butrón, Marko Ciurlizza. En el Tigres de México: Sebastián ‘Chamagol’ González, Walter Gaitán, Rolando Zárate. En el América me juntaba con Cuauhtémoc Blanco, Salvador Cabañas, ‘Memo’ Ochoa, Duilio Davino y el chileno Ricardo Rojas

¿Alguna anécdota en especial?

Una con Salvador Cabañas (en 2007), quien se quería ir del América, ya que, pese a ser el goleador con 8 o 9 tantos, falló un penal en semifinales del torneo mexicano frente a Chivas en el clásico.La gente le gritaba de todo. Un grupo de aficionados esperaba afuera del complejo. El día anterior ya le habían golpeado el carro. Entonces mandó a otro chico a que se llevara su coche y, para salir, tuve que esconderlo en el maletero de mi auto. Con el tiempo, llegamos a la final por él, quedó goleador de la Libertadores y más tarde logró un título con el club.

¿Cuál ha sido el mejor elogio que recibió de un DT o futbolista rival?

Tras la victoria 2-0 sobre Liga de Quito, rumbo al campeonato 2008, me encontré afuera del estadio con ‘Patón’ Bauza. Me felicitó por mi esfuerzo y el de mis compañeros. Y en 2009, en la Copa Libertadores, tras ganarle 1-0 a Estudiantes de La Plata en el Atahualpa, la ‘Bruja’ Verón se acercó, me dio la mano y me dijo que jugué un gran partido. Otra felicitación fue la de David Beckham, quien visitó a la selección en el camerino, luego de que Inglaterra nos eliminó del Mundial de 2006. Nos dijo que éramos un excelente equipo.

¿Por qué no todos los futbolistas buscan estudiar para tener una opción luego del retiro?

Hay un problema de bases, carencia de ejemplos. El niño que sigue a un equipo, muchas veces, al observar a su ídolo, solo ve el auto caro, la fama, el dinero que gana. No ve las cosas esenciales que debería mostrar un deportista: estudiar para conseguir un desarrollo integral. Pero eso está cambiando, antes un directivo te decía que, si querías ser futbolista, debías abandonar los estudios. Ahora, clubes como Independiente del Valle, Liga de Quito y El Nacional tienen unidades educativas para sus formativas.

DATOS

Luis Fernando Saritama Padilla nació en Loja el 20 de octubre de 1983. Debutó en primera el 25 de octubre de 2000, en el lance Deportivo Quito-Macará.  

Suma 4 títulos nacionales, el primero lo conquistó en Perú, en 2004, con Alianza Lima. Y los otros 3 con Deportivo Quito en 2008, 2009 y 2011. Fue incluido en la ‘Tri’ para los mundiales de 2006 y 2014.

Sus padres, Norma Padilla y William Saritama, se separaron cuando él tenía un año de edad. Maneja muy buenas relaciones con ambos. Tiene 2 hermanos menores: Gabriel y Patricia Salcedo.

El ‘Sari’ tiene el centro deportivo de alto rendimiento LFS10 y la firma de gestión deportiva Sinergia. Durante un tiempo quiere dirigir a chicos y prepararse para DT. Admira a Josep Guardiola, Pedro Marcheta, Carlos Sevilla, Carlos Ischia y Rubén Insúa.

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