“Necesitaba este gol”. Así de claro fue Felipe Caicedo en palabras a EL TELÉGRAFO este pasado fin de semana, tras disputar el partido ante el Levante y anotar por segunda ocasión para el Espanyol, un tanto que significa mucho para un jugador que no lo ha pasado nada bien durante estos primeros 4 meses de competición.

‘Felipao’ debutó con el Espanyol en agosto, pero hasta hace un par de semanas no había logrado estabilizarse en el equipo por culpa de un cúmulo de circunstancias negativas.  

Unas circunstancias que con buena voluntad y predisposición ha ido superando hasta ser despedido el sábado con una gran ovación y con la afición coreando su nombre.    

La lesión en la fascia plantar que le impidió iniciar el torneo nacional al 100%  de su rendimiento se mantuvo hasta los 3 meses de partidos, con molestias desagradables que le convertían en el primer sustituto del equipo.

La poca continuidad y el dolor que no cesaba prohibían a Caicedo mostrar su mejor versión y el público de Cornellà-El Prat, poco paciente, no le agradecía el esfuerzo. Pero todo eso cambió en el momento en que ‘Felipao’ admitió que la lesión ya no existía. Los dolores terminaron y el rendimiento del goleador ecuatoriano se acrecentó.

El pasado 21 de noviembre Caicedo se sentó en el banquillo, cediendo su puesto al uruguayo Cristian Stuani, pero en el segundo tiempo el DT lo hizo calentar.

A los 10’ de la segunda mitad, el ‘nuevo’ Felipe saltó al césped y revolucionó el juego ‘blanquiazul’. Motivadísimo, jugó en todo momento el balón, se ofreció, bajó a recibirlo en el centro del campo para crear superioridad, lo mantuvo y de sus botines se generó un buen juego ofensivo que acabó con el gol de Víctor Sánchez; la imagen que dejó el ecuatoriano fue notable.

Pocos días después, y justo a 48 horas del Espanyol-Levante, ‘Felipao’ compareció en rueda de prensa. Admitió que no había estado en su mejor momento debido a una lesión y que su rendimiento estaba lejos de ser el deseado; aunque aseguró estar trabajando para demostrar el porqué de su fichaje. Y no le faltó razón. A los 2 días Caicedo disputaba su mejor partido.

Muy activo desde el primer minuto, ofreciéndose en todo momento, pidiendo mucho el balón, distribuyéndolo a las bandas, presionando en defensa, ayudando a los hombres del mediocampo, generando peligro en el área y haciendo lo que mejor sabe hacer, marcar.

El delantero no decepcionó y en el primer balón que tocó dentro del área anotó un gol sensacional, a la media vuelta. Un tanto que le dio tranquilidad absoluta, que le liberó, que le destensó de una presión acumulada durante muchos meses y que hizo que la afición coree su nombre cuando fue sustituido a falta de 10 minutos para el final.

Tras el encuentro, ‘Felipao’ admitió para EL TELÉGRAFO que “siempre es importante marcar, porque te quitas un peso de encima, juegas con más tranquilidad. Creo que llegó en el momento en que más lo esperaba”. El Caicedo que conocemos y que dejó huella en el Levante está reapareciendo y con él, el Espanyol es mucho más feliz.