El deporte albiceleste está de luto. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) suspendió la fecha del fin de semana, en todas las categorías, tras la muerte este jueves de un jugador del ascenso que agonizó 15 días después de golpearse la cabeza contra la base de cemento que sostiene el alambrado perimetral durante un partido de la Primera C.

Emmanuele Ortega tenía 21 años y jugaba en San Martín de Burzaco, en la zona sur de la periferia de Buenos Aires, adonde había llegado a préstamo de Bánfield, de la primera división, para foguearse en el rudo fútbol de ascenso.

El 29 de abril pasado, en un partido contra Juventud Unida válido por el torneo de la Primera C –cuarta categoría del fútbol local- salió a disputar una pelota con un rival que utilizó su cuerpo en forma lícita para desestabilizarlo cerca de un lateral.

Ortega estaba mal parado y cayó contra el muro de cemento. La cancha de San Martín -al igual que la mayoría de los estadios del ascenso del país austral- es tan chica que la línea lateral está a muy poca distancia de la pared.

La fatalidad hizo que Ortega golpeara la cabeza contra el muro. El video con la jugada explotó en las redes sociales. Allí se observa cómo enseguida jugadores de ambos equipos se dan cuenta de la gravedad de la lesión y piden por el ingreso de los médicos. Ortega estaba consciente cuando fue trasladado de urgencia a un hospital de la zona. Sufrió una doble fractura de cráneo. Estuvo en coma dos semanas hasta que falleció en la madrugada de este jueves.

La AFA decidió entonces suspender la fecha de este fin de semana. "Lo hablamos con muchos dirigentes y también con (el presidente de Futbolístas Argentinos Agremiados) Sergio Marchi, y consideramos que lo más respetuoso y lógico era que no se juegue ningún partido", dijo el titular de la asociación, Luis Segura.

Y agregó “no es el momento de organizar reuniones, pero hay que sacar conclusiones de todo hecho fatal, para evitar estas cosas o minimizar las posibilidades siempre que sea posible".

En un comunicado oficial, la AFA dijo que fue “una pena su adiós. Tan joven, con tantas ganas de jugar a la pelota y crecer. El fútbol argentino se viste de negro para despedir a Emanuel y acompañar a sus familiares y amigos en este difícil momento”.

El caso fatal de Ortega puso al descubierto una realidad que vive el fútbol de ascenso de la Argentina y el resto de la región. Las canchas son muy chicas, con dimensiones del campo de juego mínimas y tribunas virtualmente pegadas. En la mayoría de los estadios la línea lateral está ubicada a un metro del muro donde se asienta el alambrado perimetral.

Hace menos de un año un hecho similar en el fútbol de ascenso pasó desapercibido porque afortunadamente solo fue un susto.

El 8 de marzo del 2014, también por el torneo de primera C, el partido entre General Lamadrid y San Telmo estuvo suspendido 30 minutos después de que el defensor del equipo local Nicolás Esqiú golpeara su cabeza contra el muro lateral. Una ambulancia ingresó al campo de juego y el futbolista fue hospitalizado en medio del temor de todos los presentes.

El jugador se recuperó tras sufrir una leve conmoción cerebral. En la fecha siguiente Lamadrid achicó aun más su cancha –ya de por sí de dimensiones reducidas- para que la línea lateral quede más alejada del muro, a un metro del alambrado.

Sergio Marchi, titular del gremio de futbolistas, dijo que los muros perimetrales de las canchas son un inconveniente que sin dudas debe debatirse para brindar mayor seguridad a los jugadores. “Siempre las cosas se pueden mejorar. El 95 por ciento de las canchas del país, incluidas las de primera división, son reducidas. Es muy complejo, habrá que analizar” este tema, apuntó. (D)