La hinchada ecuatoriana estuvo presente en el difícil debut de la selección ante Argentina en las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial de Rusia 2018.

“¿Vas a la cancha? Súmate a la Caminata de la ‘Tri’. Nos encontramos este jueves, a las 18, en Avenida Libertador y Monroe”. Eso es a unas 12 cuadras del estadio Monumental, donde tres horas más tarde la ‘Tri’ iniciaba su camino mundialista. La convocatoria a la ‘Caminata Tricolor’ fue hecha por la página de Facebook de la Comunidad de Inmigrantes Ecuatorianos en Argentina, para alentar a la selección en su difícil debut ante la Albiceleste.   

Con una temperatura que rondaba los 20 grados y bajo los últimos rayos solares de un día primaveral, decenas de ecuatorianos se concentraron en los alrededores del estadio de River Plate con banderas, camisetas y gorros. ¿Su misión? Alentar a una selección que comenzaba un nuevo reto tras el fracaso en la Copa América de Chile: clasificar por cuarta vez a la máxima cita del fútbol internacional.

“Vamos todos al estadio”, posteó horas antes del partido Érica Azul, junto a una foto con tres entradas listas para el debut. Otros preferían hacer su negocio de última hora: “Hola. Vendo 2 entradas para el partido. La localidad es San Martín Alta y el precio es 800 pesos negociables (unos 50 dólares en el mercado negro frente a los 500 pesos al valor oficial de compra) cada una. Gracias”, escribió Flor.  

Pero también hubo alternativas para aquellos que no pudieron ir a la cancha: “Si no puedes acompañarnos al estadio en la Caminata de la ‘Tri’, tienes otra opción para compartir con más ecuatorianos”, decía otro mensaje en el sitio de la comunidad ecuatoriana. La cita era en Sabor Tropical, un bar del antiguo barrio porteño de San Telmo, en la colonial calle Perú.

Allí los fanáticos de la Tricolor pudieron seguir el partido desde una pantalla de TV y al mismo tiempo degustar de una comida típica ecuatoriana. ¿El menú? Ceviche de camarón,  fritada,  arroz con menestra y carne o pescado frito, como para sentirse cerca de casa.   

El entusiasmo de los compatriotas que viven en Buenos Aires contrastaba con cierta apatía entre los fanáticos argentinos en las horas previas al partido. Las entradas populares se agotaron el miércoles, pero el jueves aún quedaban plateas por vender. Los motivos son variados: el principal, el fuerte sacudón de las dos finales perdidas en  Brasil 2014 y en la Copa América de Chile. Pero también la ausencia de ‘Lio’ Messi, lesionado y un verdadero imán para el público, en especial para los más chicos que aprovechan estos partidos para ver a su ídolo.

Además, los hinchas de la selección argentina son distintos a los fanáticos que suelen colmar los estadios del fútbol local. Al estadio Monumental, sede habitual de los partidos de la Albiceleste, suelen concurrir familias enteras con muchos niños que colman las cómodas plateas de la cancha de River Plate.

No se vive el típico clima de ‘tribuna’ que destaca al fútbol argentino, con todo lo bueno y lo malo, desde el calor y color de la fanaticada a los incidentes y actos de violencia cada vez más comunes en los fines de semana. “Si no va Messi, no voy”, decía a EL TELÉGRAFO horas antes del partido Aníbal Gutiérrez, quien pocas veces falta a un cotejo de Argentina. Ante ese panorama, la comunidad ecuatoriana se preparó para ser mucho más que un manchón amarillo entre tanto celeste y blanco en el estadio Monumental.

Los hinchas de la ‘Tri’ prometían más que una caminata. “Apoyo en la cancha a todo pulmón. Si se gana, nadie trabaja hasta mañana, abrimos bar y se arma la fiesta tricolor”, prometía la página de la comunidad. (I)