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El Telégrafo

La distancia no impide cumplir con la “Tri”

La distancia no impide cumplir con la  “Tri”
31 de agosto de 2013 - 00:00

Llegar a la cita prevista con la selección significa para los jugadores que militan en el exterior estar preparados para afrontar escalas en aeropuertos, traslados de un  avión a otro y horas de espera, que muchas ocasiones se hacen interminables.

Ese es el costo al que responden por ser deportistas de alto rendimiento y ellos lo han aceptado gustosos. En reiteradas ocasiones, muchos de ellos han expresado que  ese detalle es mínimo si se compara con los beneficios que reciben. “Representar al país no es cosa de todos los días. Es un honor y no importa lo largo que pueda ser el viaje”, indicó en su momento Antonio Valencia, referente actual de la Tricolor.

Similar pronunciamiento tuvo el delantero Felipe Caicedo, al manifestar que el mayor honor para un jugador es ser seleccionado y defender los colores del país en el que nació. (Ver infografía ampliada)

Pese a la predisposición anímica de los futbolistas para afrontar ese desgaste, eso no les exime de llegar agotados física y mentalmente por los largos periplos que deben cumplir antes de pisar suelo ecuatoriano.

Eso implica una reducción de sus condiciones físicas al momento de arribar a la capital ecuatoriana, lo cual solamente se  puede mitigar con un debido descanso. “Un reposo adecuado se estima entre 8 y 12 horas. Mientras más descansen es mejor, pero al ser jugadores activos no pueden exceder ese tiempo y necesitan hacer un trabajo progresivo de adaptación con movimientos isométricos y caminatas”, explicó Marcelo Gallardo, galeno del club El Nacional.

Generalmente no hay vuelos directos que conecten las ciudades en las que actúan -América, Europa o Asia- directamente con la capital ecuatoriana, por lo que las escalas y esperas en los aeropuertos resultan extenuantes.

Al desgaste físico se suma la adaptación que deben realizar al nuevo huso horario y también a la altura quiteña de 2.850 msnm. Esos detalles deben cumplirse de la forma más rápida posible, aunque la diferencia, sobre todo en los horarios, excede las 12 horas, como en el caso de Beijing, de donde procede el delantero Joffre Guerrón.

“Los deportistas de alto nivel, como los futbolistas, tienen una capacidad cardíaca y pulmonar que los hace reaccionar de una manera positiva a estos cambios. Ellos pueden ser sometidos a condiciones extremas y afrontarlas sin mayores problemas. Los profesionales que están al frente de la selección conocen los manejos que deben darse y siempre lo han hecho de la mejor forma”, destacó Gallardo.

Esas mismas razones son las que llevan al cuerpo médico de la “Tri” a efectuar una adaptación progresiva, dependiendo de las condiciones fisiológicas del organismo de cada deportista.

Por ejemplo, “Felipao” siempre recibe dosis de oxígeno antes y después de los trabajos físicos en el departamento médico de la concentración de Monteolivo, para disminuir los efectos que pueden provocar en su cuerpo las condiciones propias de la altura quiteña.

El mismo tratamiento de oxígeno se aplica en el volante guayaquileño Christian Noboa, aunque en menor dosis. Ambos actúan en el fútbol ruso, concretamente en la ciudad de Moscú, que se encuentra a 150 msnm; ninguno participó antes en torneos que tengan sede en ciudades de altura.

El volante Renato Ibarra, del Vitesse de Holanda, juega en Arnhem, ciudad que está por debajo del nivel de mar, pero no presenta inconvenientes cuando llega a Quito porque su organismo tiene memoria de altura. Nació en el Valle del Chota, pero (1.500 msnm) y jugó en El Nacional de la capital ecuatoriana.

“Cuando un jugador actuó antes en ciudades de altura, en su organismo queda grabado ese aspecto y aunque por varios años milite en el llano, tiene una mayor facilidad para acoplarse otra vez a la altitud sin problemas, sus niveles de hemoglobina mejoran y en sí todo el funcionamiento fisiológico”, detalló el preparador físico de la selección, Carlos Velasco.

Eso precisamente ocurriría con Joffre Guerrón, quien será el primer “repatriado” en arribar hoy a Quito, llega del equipo  Beijing Guoan, tras casi 24 horas de vuelo desde China, donde juega a nivel del mar. En sus inicios, el futbolista de 28 años militó en elencos de la capital nacional, como Liga de Quito y Sociedad Deportiva Aucas.

Al momento existe una diferencia horaria con la ciudad de la que proviene de 13 horas. “Joffre es un muchacho muy fuerte y, sobre todo, joven, que se adapta con rapidez a los cambios y lo hará hoy con mayor facilidad porque se trata de integrar la selección que siempre ha sido su meta. Lo conozco bastante bien”, expresó Hólguer González, expreparador físico de la selección Sub-20.

Es la primera vez que el técnico Rueda convoca a “Dinamita” para ser parte de un cotejo oficial por eliminatorias sudamericanas.

La Tricolor jugó amistoso

La “Tri” efectuó ayer su primer cotejo amistoso de preparación como parte de los trabajos para los duelos por eliminatorias sudamericanas frente a Colombia y Bolivia.

El duelo fue ante la reserva del Deportivo Quito en la Casa de la Selección. Para la tarde tenían previsto efectuar una jornada de trabajo muscular en el gimnasio.

Al mediodía llegó hasta Monteolivo el volante Pedro Quiñónez, quien se recuperó de una fuerte afección gripal que le impidió incorporarse al grupo el miércoles anterior. Con él son 15 los jugadores que al momento laboran bajo la dirección del estratega Reinaldo Rueda.

Hoy cumplirán la jornada vespertina de trabajo con atención a los medios de comunicación.

DATOS

Ir de México DF hasta Panamá es el trayecto que deben cumplir  los cinco jugadores que militan en esa liga para arribar finalmente a Quito.

El tiempo de trayecto es de aproximadamente 3 horas y 40 minutos, mientras que de Panamá a Quito el vuelo apenas tiene una duración de 90 minutos.

Los jugadores que actúan en Europa, como Renato Ibarra, Felipe Caicedo, Antonio Valencia y Christian Noboa,  deben ir hasta Madrid para tomar el vuelo de Iberia.

El vuelo desde Madrid a Quito tiene una duración aproximada de 11 horas.

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