Ante todo lo que se dice, informa o desinforma, sobre la situación de nuestra empresa expresamos puntualmente lo siguiente:

El 5 de octubre de 2010 la compañía anónima EL TELÉGRAFO cambia su denominación por la de Editores Nacionales Gráficos, Editogran Sociedad Anónima. Y como tal sus actividades empresariales son la publicación de periódicos y de impresiones en general, así como la creación y colocación de anuncios publicitarios.

Y es esta empresa la que edita los diarios EL TELÉGRAFO y PP El Verdadero, además de imprimir libros y toda clase de publicaciones, por lo que para su desarrollo empresarial adquirió créditos que le han permitido la compra de la maquinaria, la adecuación de las nuevas instalaciones en la ciudad de Guayaquil, además de la tecnología e infraestructura para este tipo de negocios.

En este sentido, vale la pena aclarar que Editogran se financia y gestiona con los recursos que como empresa adquiere, entre ellos la venta de publicidad en sus periódicos y la impresión de libros, revistas y folletos, y por tanto los diarios públicos EL TELÉGRAFO y PP El Verdadero no reciben recursos del Estado para su operación.

A la vez, como empresa y sociedad anónima, asume absolutamente todas las responsabilidades legales y laborales con absoluta disciplina, sin dejar de hacer los aportes de ley al Seguro Social, pagando los sueldos a tiempo, cubriendo todas las obligaciones y de cara a la opinión pública. Las autoridades de control y las instancias legales correspondientes tienen toda la información al respecto de nuestra gestión y resultados empresariales.

Por lo mismo, Editogran con sus diarios EL TELÉGRAFO y PP El Verdadero, como muchas empresas de medios impresos, pasa por un momento complicado, propio de lo que sucede en el mercado a nivel mundial, pero no está ni entra en la causal de disolución, que acorde a la ley ecuatoriana es acumular pérdidas por un 50% del patrimonio (El art. 361, numeral 6 de la Ley de Compañías establece que las empresas se disuelven si sus pérdidas acumuladas son mayores al 50% del capital social más las reservas).

El Estado ecuatoriano recibió EL TELÉGRAFO compañía anónima a punto de cerrar, prácticamente sin circular, para ahora pasar a ser el segundo diario de este tipo en circulación en Guayaquil detrás de El Universo, y segundo en Quito detrás de El Comercio. Si bien es cierto que los resultados económicos aún no arrojan utilidades también es verdad que eso tiene que ver con las fuertes inversiones que se han hecho tanto en implementación de tecnología como en maquinarias. De hecho, desde el 2011, Editogran realizó una inversión de $27 millones para el equipamiento de la imprenta más moderna del Ecuador. Tenemos la planta más moderna del país, sistemas informáticos de punta, e incluso nuestro sitio web es el tercero de periódicos más visitados en el país. La nueva infraestructura tecnológica ha permitido incorporar nuevas líneas de productos e impresiones de alta calidad para trabajos de bajo, medio y alto tiraje, con mayor variedad de gramajes.

La moderna planta con la que cuenta Editogran le permitirá a la empresa ser autosustentable.

Ya hemos dado muestras de excelencia profesional y periodística: hemos ganado 18 premios internacionales y varios nacionales por la calidad de impresión de sus periódicos, por las infografías como grandes y modernos recursos de información, por las entrevistas e investigaciones realizadas, además que varios de nuestros periodistas, fotógrafos, diseñadores y creativos han merecido reconocimientos nacionales y extranjeros, como ningún otro medio ecuatoriano en los últimos años.

Somos una empresa responsable que afronta los retos y dificultades con honestidad y profesionalismo. Y con esa divisa saldremos adelante para aportar a la transformación de nuestra patria.

Más allá de los comentarios, conjeturas, rumores y desinformación esta es nuestra realidad. Tenemos un personal honesto, profesional y comprometido con el servicio público. Trabajamos por el desarrollo de la industria gráfica y por una producción informativa más responsable y asumiremos, como es nuestra obligación, todos los retos que la dinámica de la industria y la sociedad ecuatoriana demande.