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El mae se encuentra en el levantamiento de información en la zona afectada

Muisne tendrá un puente solo peatonal y no apto para vehículos grandes

La playa de Muisne, ubicada a una hora y media de Esmeraldas, es una zona dedicada a la pesca y el turismo. El presidente Correa la visitó el pasado jueves.
La playa de Muisne, ubicada a una hora y media de Esmeraldas, es una zona dedicada a la pesca y el turismo. El presidente Correa la visitó el pasado jueves.
Cortesía Andes
25 de abril de 2016 - 00:00 - Amanda Granda

Chamanga es una comuna de pescadores con un clima cálido y óptimo para la producción agrícola y pecuaria. Sus pequeñas casas, muchas construidas con madera, quedaron en escombros y algunas bajo el agua tras el sismo de 7.8 grados en la escala de Richter. Ubicada a 54 kilómetros de Muisne (Esmeraldas), esta parroquia y la isla son parte de las áreas damnificadas por el sismo.

Se estima que al menos 1.500 personas de Muisne y Chamanga fueron acogidas en albergues con la coordinación del Ministerio del Ambiente (MAE) y con el apoyo de otras instituciones del Estado. Aquí también se necesita apoyo”, “perdí mi casa y todo lo que tenía” “ayuda por el amor a Dios” son algunas de las frases que se leen en improvisados carteles que cuelgan de las casas de madera que flanquean la vía que lleva a Chamanga.

Carmen Vélez es una de las afectadas. Ella, sus 5 hijos y su esposo salieron desde su comunidad y armaron una pequeña instancia en la carretera principal. “En la vía pasan los camiones, y alguna cosita nos pueden dejar”, indica. Junto a su carpa hay otra en la que una cocineta de 4 hornillas es el centro de atención. En las dos primeras, unas ollas medianas contienen arroz y en las otras 2, Gladys Reinoso busca darle sabor a unos garbanzos que pronto serán menestra. La hora del almuerzo apresura a las 3 encargadas de preparar la comida para unas 50 personas.

Para evitar que el gas se termine, las familias que se asientan en la vía se organizaron para que cada día, una de las 15 familias que hay cocine para todos. Mientras las mujeres dan los últimos toques a la comida, los niños saltan sobre uno de los colchones que les dejaron; los hombres en cambio se pasean por la zona. Ellos son los encargados de dar la alerta si un camión de provisiones cruza.

Este sábado arribó a la zona dos camiones de donativos del Club de Leones de Quito y el Vitara de la capital. Los 30 chicos que arribaron en 13 carros repartieron kits de víveres, aseo, colchones, frasadas y juguetes para los más chicos. Unos 5 km más hacia el sur, un letrero informa que a esa zona se le conoce como Limón. Allí también hay gente en la vía. El Ministerio de Inclusión Económica y Social (Mies) junto a un grupo de militares armaron un campamento. Quince carpas sirven a las familias.

En el informe del presidente de la República, Rafael Correa, el ministro del ramo, Daniel Ortega, anunció que el hábitat de Muisne será preservado. Para ello se potencializará la idea de convertir a toda la isla en área protegida. También se edificará un puente peatonal y con ciclovía, pero no será apto para vehículos de gran tamaño. La construcción del viaducto es una demanda de los habitantes de Muisne desde décadas pasadas, pues hasta el momento desde Esmeraldas solo es posible llegar a través de gabarras u otras embarcaciones.

Muisne tiene 3 declaratorias de protección, la Reserva Mache-Chindul (1996), el Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario del Río Muisne (2003) y la Reserva Galera San Francisco (2009). El ecosistema de mayor importancia se encuentra en Chamanga. Se trata de Mache Chindul, que cubre el 65,9% de esta parroquia. Pese a las declaratorias, las actividades agrícolas, la tala y la industria camaronera han puesto en riesgo la sostenibilidad ambiental. (I)

Un veterinario estima que hay hasta 2 perros por cada cuadra

Los damnificados en Esmeraldas comparten la comida con sus mascotas

Caminan por las urbes de Muisne, entre los escombros buscan agua o comida. Algunos simplemente se acuestan bajo una sombra y ven pasar a los rescatistas, voluntarios y las personas que perdieron sus viviendas tras el terremoto de 7.8 grados de magnitud del sábado 16 de abril. Son los cerca de 500 perros abandonados en Muisne, Esmeraldas.

Adriana Pacheco, veterinaria voluntaria en el lugar, comenta que la infraestructura de la isla quedó gravemente afectada. “Muchas personas abandonaron sus casas para dirigirse a las viviendas de sus familiares en otras localidades o a los 20 albergues dispuestos en la zona. Cuando algunos se fueron se les olvidó algo, sus animales”, dice Pacheco. Pero la cantidad de canes que viven por las calles no es exactamente de abandonados.

Quike es un pequeño perrito mestizo que no quiso quedarse en el albergue con sus dueños. El primer día caminó cerca de 3 kilómetros para volver a su casa. “Cuando en la mañana no lo vi, pensé que se escapó. No sabíamos dónde estaba hasta que un primo nos contó que lo vio caminando por las calles de nuestro barrio”, relata Lucy Delgado, dueña de Quike.

La mujer, de 34 años, dice que desde el domingo su amigo de 4 patas regresa en la tarde al campamento que los acoge para alimentarse y tomar agua, se queda unos minutos y de nuevo se va. Otros, en cambio, son parte de la dinámica del lugar. Cada vez que el grupo de personas damnificadas se alimenta también disponen un sitio para ellos. Aunque entre las donaciones que llegan a esa localidad no siempre hay comida para mascotas, la gente saca un poco de su porción y la comparte con los perritos.

En la calle, los canes deambulan por horas. Por momentos se juntan y caminan en grupos de 3 o hasta de 5. Además de estos animales, en Muisne también hay gatos que recorren la zona sobre lo que queda de las estructuras (casas, tiendas, restaurantes...). Cuando escuchan un ruido fuerte como el de una retroexcavadora salen desde sus escondites.

Andrés Ortega, veterinario de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y quien coordina la ayuda para la fauna urbana, cuenta que el pasado martes salió la primera ayuda para ellos. Hasta la fecha, la USFQ ha donado y distribuido cerca de 20 toneladas de comida para perros y gatos e insumos médicos.

Los aportes también están dirigidos a los canes que intervienen en las labores de rescate. A ellos les enviaron balanceado especial para que continúen su trabajo. Aunque Ortega no da un diagnóstico de la situación de los animales en las zonas afectadas, a simple vista dice que en cada cuadra de Muisne al menos hay uno o 2 perros.

El veterinario pide que las mascotas sean trasladadas a los refugios de animales solo cuando haya una emergencia. Pacheco agrega que desde Quito se gestiona un plan para que se adopten a los animales abandonados. “Ellos están asustados, también nos necesitan”. (I)

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