Esteven Vinces, oriundo del cantón Pedro Carbo, llegó a Guayaquil la mañana del pasado viernes con una deslucida mochila en la que cargaba tres prendas de vestir y una foto de sus padres. Su presencia en el puerto principal fue para cumplir su sueño de ser militar.

Tan pronto llegó a esta ciudad pernoctó en los alrededores del Centro de Movilización de la Base Occidental del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas para ser uno de los primeros de la fila de ingreso de los cientos de jóvenes que se acercaron hasta el lugar para conseguir un cupo en el primer llamado de acuartelamiento de los ecuatorianos nacidos en la leva de 1999 que inició la mañana de ayer.

“Desde pequeño siempre he querido ser militar. Me gustan las películas de guerra y sé que es una buena forma de sacarle provecho a la vida”, dijo este joven de 19 años, que alcanzó uno de los 1.097 cupos disponibles en estas dependencias de las 1.764 habilitadas para la Base Occidental que la completan las oficinas de Milagro (165 cupos), Santa Elena (227), Portoviejo (70) y Manta (205).

El capitán Washington Medina explicó que los acuartelados en Guayaquil serán destinados a 27 repartos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, ubicados en las provincias de Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Loja, Galápagos y Guayas.

En la zona norte, cercana a la frontera con Colombia, los acuartelados no son enviados por ser un lugar de gran actividad militar. Simultáneamente este proceso se llevó a cabo en las bases de movilizaciones norte, centro y sur del país que completaron los 5.000 cupos disponibles en este primer llamado.

El servicio militar voluntario comprende seis meses de acuartelamiento en donde los seleccionados terminarán (31 de agosto de 2018) su formación militar, que se basa en seguridad integral, actividades de apoyo a la gestión de riesgos, valores y desarrollo de actividades ocupacionales.

“A nosotros nos llena de orgullo ver que, a pesar de ser voluntario el servicio militar, cada vez hay más jóvenes que desean servir a la patria y tener una formación responsable y digna que fortalece sus valores y les permite sentar las bases de un futuro mejor”, agregó Medina, tras dar inicio al acto ceremonial que estuvo cargado de emotividad, especialmente por las madres de los seleccionados.

“Yo al principio no quería que se vaya, pero él me amenazó con que se haría de mujer si no lo dejaba ir. Tuve que aceptar y espero que allá aprenda cosas y regrese cambiado. Me gustaría que saliera con deseos de ser profesional y no andar vagando”, mencionó Juanita Sánchez, quien no pudo ver a su hijo partir.

“Me llamó desde adentro. Que lo aceptaron, pero que no sabe a dónde lo van a mandar. Espero que le vaya bien”, dijo esta ama de casa que se dedica a lavar ropa para diferentes hogares.

Luego de seis meses, los acuartelados recibirán la cédula militar que les acredita como soldados de reserva y deberán reintegrarse anualmente para realizar cursos de actualización o de ascenso si desean continuar en las Fuerzas Armadas. (I)

Los jóvenes tuvieron que pasar diferentes pruebas psicológicas, así como revisiones físicas, antes de ser seleccionados definitivamente

Campaña
Donación
Una brigada de la Cruz Roja estuvo en el lugar por segundo año consecutivo como parte de una campaña de donación voluntaria de sangre. Varios jóvenes que fueron seleccionados estuvieron dispuestos a donar sangre.
 
31 de agosto del presente año, ese día culmina el entrenamiento de los 5.000 jóvenes de esta leva.

Ayuda logística
La Gobernación, Ministerio de Salud, Policía, Bomberos  y Agencia Nacional de Tránsito apoyaron el proceso. (I)