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El Telégrafo
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El olor a putrefacción no necesariamente corresponde a cadáveres sino a alimentos atrapados en las refrigeradoras

Las 63 casas de madera de Punta de Mico soportaron el impacto del sismo

En el barrio Punta de Mico (Pedernales), la mayoría de casas de caña y madera resistieron al sismo de hace 7 días.
En el barrio Punta de Mico (Pedernales), la mayoría de casas de caña y madera resistieron al sismo de hace 7 días.
Foto: John Guevara/El Telégrafo
23 de abril de 2016 - 00:00 - Luis Fonseca Leon

Pedernales.-

Francisco Mira recorre la playa de Pedernales junto a sus vecinos, pescadores al igual que él. Cuando identifica a un foráneo en el malecón, flanqueado por casas destruidas, suelta una pregunta: ¿cuándo empieza el desalojo?”, “¿qué va a pasar?          

Esa es la duda que circunda en este rincón costero de Manabí desde el sábado pasado, cuando un terremoto de 7.8 grados de magnitud en la escala de Richter afectó principalmente a la costa ecuatoriana. En los alrededores de la ciudad, entre los escombros, hay un olor a descomposición que no siempre corresponde a cuerpos humanos –171 hasta ayer, 22 de abril–, sino a las mascotas que murieron o a residuos de las refrigeradoras que quedaron atrapadas y que en su interior guardaban camarones, pollos, carnes o comida en general.        

Francisco está a la expectativa de reconstruir su vivienda que quedó parcialmente destruida. Sin embargo, ahora su preocupación está en las consecuencias de la concentración de desechos. Teme que si la situación empeora, haya una declaratoria de emergencia sanitaria y que eso signifique su evacuación.     

Para este pescador, el futuro de Pedernales es incierto debido a que la actividad económica de la población giraba en torno al turismo. Muchos de ellos eran obreros en empresas camaroneras -las cuales también fueron afectadas por el terremoto-porque la ganadería ya no era una opción viable.

El río Tachina separa a Punta de Mico de Pedernales

Para pasar a Punta de Mico, por el perfil costanero de Pedernales, que mide 17 kilómetros en total, hay que atravesar la desembocadura del río Tachina, acumulación de agua dulce, en la parte norte del malecón.

Las casas de caña y madera están en pie, al contrario de las pocas edificaciones de concreto que tienen sus paredes derribadas. Las bases de madera que sustituyen al concreto de las casas de losa se tambalearon con el sismo, sin caerse, y eso permitió que resistieran mientras que las varillas entre el concreto se vinieron abajo.

En Punta de Mico hay 63 casas y en muchas de ellas habitan familias que sobrepasan los 5 integrantes.

Manuel López, dirigente del barrio, también se dedica  a la pesca. Él estaba en alta mar cuando temblaba la tierra: “es horrible, pero así se trabaja” y cuenta que -pese a las réplicas- sus compañeros han vuelto a la pesca porque es el único recurso que tienen para vivir en un sector.

La falta de servicios básicos son irregulares en la zona, según los habitantes y ahora Manuel con su celular apagado, está incomunicado y apenas recepta información de las autoridades.

Mientras señala los toldos dispuestos en la playa, dice que las personas que vivían en los domicilios derribados, sobre todo los niños, no tienen a dónde ir: “No hay energía eléctrica, ni agua potable. Acá nunca hemos tenido esos servicios, peor ahora”.

Su hermana, Juana, también lamenta la falta de atención médica en la zona: “a mi esposo se le sube la presión con esta situación y no sé qué hacer”.

Ellos recibieron víveres no perecibles en la comunidad luego del terremoto: arroz, atún en lata y agua embotellada. Ese abastecimiento les duró un día a quienes lo recibieron. Asimismo, en la noche la inseguridad es otro de los  problemas, a pesar de la presencia de 35 aspirantes a policías que patrullan en la playa sin armas, quienes, en su mayoría, no sobrepasan los 20 años.

Manuel hace un pedido con insistencia: “si nos quieren ayudar, vengan a dejar las donaciones acá. Este barrio siempre ha estado olvidado y ahora (lo estamos) más que nunca”.

Listos para faenar

Fabricio Zambrano es uno de los pescadores que quiere retornar a sus labores: “Estamos esperando que autoricen para salir a faenar, necesitamos laborar para poder reconstruir la casita, no es mucho por suerte, pero hay que seguir adelante, yo de aquí no me voy”.

Ese ánimo es el que tienen la mayoría de pescadores de la zona, por eso las autoridades decidieron motivarlos para hacer, junto con la Policía, una minga de limpieza del mercado artesanal para que puedan salir al mar y tengan un sitio donde procesar la pesca.

El ministro del Interior, José Serrano, indicó que los negocios que no resultaron afectados en Pedernales, especialmente las tiendas de abarrotes o supermercados y cuyos propietarios quieran abrir, tendrán el respectivo resguardo policial. El funcionario resaltó que esas actividades son parte de una serie de estrategias para levantar al cantón y que “sepan que no están solos”.

Junto al canal que sirve de límite para Punta de Mico se han levantado las carpas del Cuerpo de Bomberos de Riobamba, además de una caseta de la Dinased y otros entes de socorro. (I)

DATOS

Hasta las 16:00 del 22 de abril, la Fiscalía reportó 171 fallecidos en Pedernales de un total de 602 en 4 provincias: Manabí, Chimborazo, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas.    

Se reportaron 3.582 heridos atendidos; 41 personas desaparecidas; y 6.115 personas albergadas. En cuanto a edificaciones se determinaron 1.320 destruidas y 301 afectadas.  

La Policía encontró 2 cajas fuertes, $ 3.307 dólares, y 2 lotes de joyas que serán entregados a sus respectivas familias.

Las 400 familias damnificadas han sido evacuadas a seis albergues: 80% de manera temporal y 20% indefinidamente. El sistema de agua potable funciona en un 30%.   

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Pertenecía al Cuerpo de Bomberos de Ibarra. El cambio de clima lo afectó

Murió 'Dayko', can labrador que ayudó en Pedernales a ubicar víctimas

El can ‘Dayko’, murió ayer a causa de un paro cardíaco. Este perro labrador ayudaba en la tarea de rastreo de víctimas del sismo en Pedernales. Foto: Cortesía

Álex Yela sabe que no podrá deshacerse del “nudo” que se le forma cada vez que recuerda a ‘Dayko’, el perro labrador que murió tras cumplir su misión en la búsqueda de víctimas del terremoto que azotó a varias provincias a las 18:58 del 16 de abril pasado.

‘Dayko’, can de 5 años de edad, falleció ayer a causa de un paro cardíaco, producto del cambio de temperatura (de Sierra a Costa) que experimentó. El calor de Pedernales (Manabí), que el jueves pasado se aproximó a los 30 grados centígrados, lo descompensó y se puso mal.

Frente a ello, la delegación del Cuerpo de Bomberos de Ibarra, que envió a 17 efectivos y 3 perros a Pedernales para ayudar en las tareas de rescate, retornó la noche del jueves pasado a la capital de Imbabura para que ‘Dayko’ recibiera atención emergente. Sin embargo, los esfuerzos fueron vanos y cerca de las 08:30 el rescatista de 4 patas sufrió un shock que le cortó la existencia.

Apenados, al mediodía de ayer, en el sector del lago Yahuarcocha, los socorristas imbabureños rindieron homenaje a este “héroe peludo”, que durante su carrera salvó la vida de 10 personas en diferentes eventualidades. Luego del tributo, el fiel amigo y, a la vez  “compañero”, fue sepultado.

En su última misión en Pedernales, el esforzado can encontró 3 cadáveres. Los escombros de la devastada ciudad no impidieron que la agudeza de su olfato llegara a los cuerpos inertes.

Lo que más lamenta Álex Yela (23 años) del deceso de su amigo es no haber estado con él en sus últimas horas, ya que cumplía con una capacitación en el Cuerpo de Bomberos en Ibarra. En su lugar encomendó a ‘Dayko’ a su compañero Jorge Ortega.

Aunque detectar fallecidos es parte de la ayuda de los canes amaestrados -según Álex-, ‘Dayko’ era el perro más feliz cuando hallaba un superviviente. De hecho, se lo especializó en la búsqueda y rescate de víctimas vivas en estructuras colapsadas.

Para permitirle olisquear y hacer lo que más le gustaba, Álex lo inscribió en aleccionamientos de la Federación Cinológica Internacional (FCI) y Acción de Urgencia Internacional (AUI), de las cuales recibió certificaciones.  

“Álex y ‘Dayko’ conformaban un binomio perfecto. Álex lloró cuando le dimos la mala noticia”, sintetiza Ortega, quien califica de valiente al perrito. “Extenuante, de día, de noche, en la madrugada... Él siempre estaba listo para lo que se le entrenó. Es una pena que este golpe de calor lo haya matado”, resaltó.

Entre los casos más recordados del can constan la vez en que halló el cadáver de un ciudadano francés en el volcán Taita Imbabura, y a otras personas en un deslave que se produjo en Tanguarín, en San Antonio de Ibarra (Imbabura).

Durante su despedida, los presentes lamentaron su partida. Todos le rindieron honores en la Estación de Bomberos X3 de Yahuarcocha, en donde se lo enterró.

‘Dayko’ era parte de la primera promoción que formó la Escuela Canina del Cuerpo de Bomberos de Ibarra, fundada hace 5 años. Tras el deceso del labrador, el Cuerpo de Bomberos se quedó con 5 perros operativos y 6 en formación.

Después de las pruebas pertinentes, de entre los 6 canes en formación, se escogerá al sustituto de ‘Dayko’. El proceso tomaría medio año. El can tuvo la oportunidad de salir del país, a Colombia, en donde se realizaron varios simulacros. (I)

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