Manta.-

La bajada de lodo de las montañas y la crecida del río afectaron por primera vez a los pobladores de Pisloy, en la zona rural de Jipijapa.

Alrededor de 100 familias resultaron damnificadas por las lluvias de los últimos días y están albergadas en la escuela Francisca Vera Robles. Situación similar sufre Miguelillo, sector rural de la capital manabita, que se ve afectada por la crecida del río Portoviejo.

Tanto Pisloy como Miguelillo no habían sufrido afectaciones similares en inviernos pasados, pero actualmente la situación cambió debido a la variación de los niveles de los suelos en varias zonas de Manabí, tras el terremoto del 16 de abril del año pasado, según explica Ricardo Peñaherrera, subsecretario de análisis de la Secretaría de Gestión  de Riesgos.

“Por el terremoto hubo hundimientos y levantamientos de tierras, en algunos casos pocos centímetros y en otros más. Para comprobar esto hicimos estudios de interferometría, comparamos imágenes satelitales de antes del terremoto con las posteriores al 16 de abril y ahí se pudieron ver las mayores deformaciones. Hubo grandes cambios”.

Peñaherrera explica que “un pequeño levantamiento en la desembocadura de un río trae consecuencias, tierras arriba. Hay sectores que están más propensos a la erosión, por eso hay mayores consecuencias por este invierno”.

Ante el cambio de quebradas, Peñaherrera expresa que eso ocasiona que zonas como Pisloy y Miguelillo ahora sufran estas consecuencias por el invierno.

El subsecretario indica que la SGR entregó al presidente de la República, Rafael Correa, los estudios de interferometría para que se pueda tener una explicación por las variantes en los suelos de Manabí.

En su cuenta de Twitter (@MashiRafael), el presidente Correa escribió que la grave situación por las lluvias, que superan a las del fenómeno El Niño de 1998, se ahonda por nuevas quebradas y cambios en la hidrología.

Palestina también se inundó

Cuatro recintos del cantón Palestina en la provincia de Guayas se encuentran bajo el agua. El desbordamiento de un río en el sitio El Carmen anegó también La Corona, Voluntad de Dios y Macul, por las lluvias del pasado martes.

En estos sectores se encuentran afectadas 12 hectáreas de sembríos de arroz. La Secretaría de Gestión de Riesgos evalúa los daños y la atención a los damnificados.
El alcalde de Palestina, Luis Palma, solicitó ayuda a los organismos gubernamentales debido a la gravedad de las inundaciones. La Zonal 5 del Ministerio de Inclusión Económica y Social entregó ayudas técnicas a 144 familias de 2 recintos.

El río Gala está al límite

El alcalde de Ponce Enríquez, en la parte baja de la provincia de Azuay, Manuel Espinoza, presidente del COE Cantonal, declaró en emergencia al cantón, ya que el río Gala de la comunidad de Shumiral está a punto de desbordarse en tres sectores críticos a lo largo de la afluente.

Según el informe del Departamento de Obras Públicas Municipales son aproximadamente 1.500 los metros de muro en los sectores afectados por los embates de la naturaleza, donde ya hay maquinaria municipal tratando de mitigar las zonas afectadas; es más, se contrató maquinaria privada para dragar y encauzar el río Gala de esa comunidad.

Hasta el último martes se actuaba en el sitio Las Peñas; este es uno de los puntos donde el río estuvo a punto de desbordarse, poniendo en grave riesgo a la comunidad de Shumiral.

El alcalde Espinoza, en reunión con dirigentes de la comunidad de Shumiral, enfatizó enérgicamente la falta de coordinación y no atención a la emergencia por parte de la Prefectura de Azuay, ya que la competencia estricta de cualquier trabajo en los ríos del cantón pertenece al Gobierno Provincial.  

“Se ha enviado en varias ocasiones a la Prefectura de Azuay informes técnicos, realizados por la Unidad de Gestión de Riesgos Municipal, dándole a conocer los estragos que ha dejado el invierno en nuestro cantón y ante los cuales no se tiene ningún tipo de respuesta”, indica el burgomaestre.

Hasta ayer se conoció que el río bajó su intensidad, sin embargo la emergencia se mantiene.  

Según el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, la tendencia de precipitaciones previstas para los próximos 15 días, por los modelos numéricos y analizados en el litoral ecuatoriano, será de lluvias de intensidad entre moderadas y fuertes, acompañadas de tormentas eléctricas aisladas y ráfagas de viento, especialmente en el centro e interior de la región.

Mientras que en la zona interandina se prevén lluvias dispersas de intensidades entre moderadas y fuertes y en ocasiones acompañadas de tormentas eléctricas aisladas. En la Amazonía las lluvias serían moderadas y también de fuerte intensidad, acompañadas de tormentas eléctricas dispersas. (I)

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Seis familias evacuadas en la capital

El martes fue un día complicado en Quito por la cantidad de emergencias ocurridas como efecto de la época de lluvias que vive el país. Tres colapsos estructurales y un deslizamiento de tierra ocurrieron en distintos puntos de la ciudad.

Los siniestros causaron heridas a dos personas y la evacuación de seis familias. Con ello, los movimientos de masa (aludes) ocurridos desde el 6 de octubre pasado en la capital llegaron a 270. En tanto que los derrumbes de estructuras sumaron 108.

En la última emergencia ocurrida anteayer, una mujer de la tercera edad fue evacuada cerca de la medianoche de su casa, ubicada en el barrio Atucucho (noroccidente).
Integrantes del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y del Cuerpo de Bomberos trasladaron a la anciana al albergue municipal del sector la Y debido a que la precaria vivienda que habitaba se encuentra en riesgo de colapsar.

Con los golpes sufridos por una mujer de 24 años y su hijo de 3, tras la caída de parte de una vivienda ocurrida en el sector de las calles Loja e Imbabura (Centro Histórico), la cifra de heridos a consecuencia del período de precipitaciones subió a 17.

Mientras que 48 familias han sido evacuadas, incluidas las seis del martes.

De estas, las tres que fueron sacadas de su vivienda en el centro acudieron a casas de familiares. Y las tres evacuadas por el colapso de una casa en la zona El Tránsito (sur) fueron ubicadas en albergues. (I)

El número de deslizamientos ocurridos en la capital desde octubre pasado es de aproximadamente 270. La mayoría ha ocurrido en vías como la Simón Bolívar. Foto: Fernando Sandoval / EL TELÉGRAFO

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Los derrumbes no dan tregua a la parte alta de El Oro

Las carreteras de segundo orden que conectan a poblados de la parte alta de la provincia de El Oro siguen con problemas debido a los deslaves que obstruyen la circulación vehicular.

Reportes del ECU-911 de Machala indican que la vía entre Balsas y El Pindo está habilitada, pero en un solo carril. En dicho sector, que es de tierra arcillosa, se presentan deslizamientos constantes, pese a que las lluvias han disminuido desde el último fin de semana.

La carretera Saracay–Balsas también se encuentra habilitada en un solo carril. La vía Piñas-Saracay sigue bloqueada en el sector de Las Bateas; allí, en un tramo de 30 metros, el tráfico es controlado por agentes de la Comisión de Tránsito de Ecuador. Todo tipo de vehículo puede cruzar, pero se forman largas columnas de carros.

Ayer también se reportó que la vía Piñas-Atahualpa presentaba deslizamientos de rocas, lo que provocó el cierre parcial de la carretera. Asimismo, la ruta Zaruma-Huertas se encuentra parcialmente habilitada a la altura de Minas Nuevas.

Los deslizamientos han causado molestias a los conductores, principalmente agricultores, ganaderos y mineros.

“A veces tenemos que esperar hasta 2 horas para habilitar la vía, por ejemplo ayer (martes) nos retrasamos en la entrega de la leche a Santa Rosa”, manifestó Manuel Aguilar, habitante de Ayapamba, quien distribuye leche en los mercados. (I)