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El Telégrafo
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Juana Neira, gerenta del Plan del Libro y la Lectura: "El libro puede ser el puente más hermoso de ternura"

La escritora de literatura infantil, Juana Neira, es la gerenta recién electa del Plan Nacional del Libro y la Lectura.
La escritora de literatura infantil, Juana Neira, es la gerenta recién electa del Plan Nacional del Libro y la Lectura.
Cortesía
09 de septiembre de 2020 - 07:41 - Isabel Hungría

"Tenemos que trabajar por la lectura; incorporemos los libros a la vida cotidiana de nuestros hijos, de nuestros nietos, de nuestros alumnos. Todos los esfuerzos que tienen que ver con el tema de la motivación a los hábitos de la lectura no serán esfuerzos en vano", remarca la escritora Juana Neira, gerenta recién electa del Plan Nacional del Libro y la Lectura.

A pesar de su apretada agenda, que va desde la elaboración de una hoja de ruta que abone a la masificación de la lectura hasta la organización de la Feria del Libro de Quito, conversa con diario El Telégrafo y disecciona el arte, la pasión y la necesidad de la lectura. 

¿Cuánto va a durar la entrevista?, consulta al recibir la llamada que le hace este diario. Alrededor de 20 minutos se le responde, pero la entrevista dura el doble.  El libro lo merece; ella lo sabe, por eso se emociona y se olvida del tiempo cuando habla de lo que más conoce.

¿Cómo fue su acercamiento con la lectura? 

Mi acercamiento empezó en mi adolescencia, a partir de los 16 o los 17 años, cuando empecé a descubrir la literatura; quizá un poco antes, a los 14 o 15 años, pero ya consolidada entre los 16 y los 17 años. Tuve un episodio complejo cuando estaba en segundo curso y me mandaron a leer "El Quijote" en un fin de semana. Me pareció un castigo, casi me muero, entonces ahí hubo un divorcio entre la lectura y mis gustos, pero volví con fuerzas entre los 16 y los 17 años y desde ahí no he parado.

Desde la salida de María Fernanda Ampuero de la gerencia del Plan Nacional del Libro y la Lectura el puesto quedó acéfalo, ¿cómo encuentra la gerencia y qué significa para usted esta elección? 

Efectivamente, María Fernanda Ampuero me parece que renunció en enero o febrero, pero se convocó a un concurso público en donde participé como parte de Girándula (Asociación Ecuatoriana del Libro Infantil y Juvenil) y de todo nuestro accionar con el tema de la promoción lectora para niños y jóvenes, y luego se truncó un poco este proceso de concurso público por efecto de la pandemia, incluso se redujo el presupuesto.

La crisis sanitaria hizo que los recortes presupuestarios fueran muy importantes y obviamente ese puesto era imposible de llenar, entonces fueron pasando los meses y me llamaron una vez para decirme que estaba en una terna y que tenía que esperar para una entrevista con el Ministro.

Luego de eso se congeló el proceso, yo seguí con mi trabajo en Girándula y mis proyectos vinculados a nuestro quehacer. En el mes de julio me contactaron para decirme que había sido escogida. Y claro, lo pensé porque es difícil sabiendo cómo está la situación del país y del mundo.

Sin embargo, la pasión por el trabajo, el tema de la promoción lectora, el compromiso de todos estos años con la literatura juvenil e infantil fueron las motivaciones que me impulsaron a aceptar el puesto. Encontrar el Plan reducido, muy reducido, porque quitaron mucho personal (ahora somos apenas un equipo de siete personas) también es un reto enorme. 

Acepté justamente por la necesidad de construir una política pública con respecto a la lectura o, más que construir, hacer que sea parte de una política pública la lectura en el Ecuador y que todo el mundo tenga acceso a ella. Esa es la motivación más grande que he tenido para aceptar este cargo.

¿La coyuntura sanitaria actual es un cortapisas para la motivación de la lectura? 

La situación si bien es compleja, yo creo que ha habido un poco más de contacto entre los padres de familia y sus hijos, sin embargo, como en nuestro país no existe el hábito de la lectura de una manera más importante, yo creo que en pocos lugares se ha podido continuar con un proyecto de motivación a la lectura.

Por otro lado hoy en día existe el esquema de la educación virtual, del colegio virtual, entonces ahora es cuando más debemos poner énfasis en la importancia de la lectura porque los padres de familia han asumido que sus hijos deben recibir clases, desde la casa, y que los profesores se encargarán de la lectura y de todo lo que eso implica. El libro electrónico y la lectura virtual  son herramientas válidas y todas tienen que funcionar, sin embargo el libro físico, el libro impreso, es muy importante y debe estar allí porque tiene unas connotaciones más afectivas, mucho más cercanas en la interacción entre padres e hijos.

Yo creo que el libro puede ser el puente más hermoso de ternura y basta con compartir con los chicos cinco o diez minutos al día, hacer una lectura compartida, dinámica, con voces, con personajes presentes, en fin, poniendo a volar la imaginación. Ahora es cuando más necesitamos de esa relación con el libro y con la lectura, más cerca y más cálida... 


Ha dejado entrever su respuesta, pero no se puede soslayar una pregunta importante en estos tiempos: ¿libro electrónico o libro de papel? 

Libro de papel porque yo soy una romántica empedernida. Siento que el libro es un objeto que me pertenece, y cuando me pertenece significa que lo puedo subrayar, que lo puedo oler, que puedo regresar, que puedo repetir los capítulos. Yo sé que eso también se puede hacer en el libro digital, pero es diferente; siento que ahí no hay una relación tan cercana porque la pantalla es siempre una barrera, al menos para mí. Yo soy de otra generación, entonces me cuesta más, pero leo de ambas formas, me cuesta más en digital, pero he leído a través de esa herramienta libros que aquí en Ecuador no he podido encontrar. De todos modos me quedo con el libro físico.

Un niño lector será irremediablemente un adulto lector; usted apela a la semilla... 

Tenemos que empezar una relación íntima y cercana con los libros. Primero desde las 20 semanas de embarazo. Hay estudios muy importantes que señalan que el niño en ese tiempo del embarazo ya empieza a reconocer voces, a escuchar. Yo creo que ese es el primer vínculo que los niños deben tener con el libro, con la palabra, con la historia oral, con la canción, con la ronda.

Todas las etapas son importantes para sembrar la semilla. Luego vendrán los primeros lectores, esa relación de los niños cuando tienen sus primeros meses y empiezan a descubrir ese objeto que ya está en el mundo en distintos formatos: unos vienen de tela, otros de cartón, otros reciclados, de texturas diferentes, de colores, y esa relación tiene que nacer y viene desde la palabra amor de papá y de mamá.

Yo creo que ellos son los primeros medios de lectura con los bebés. Luego yo creo que hay que incursionar con el libro álbum, género que tiene ahora mucha aceptación en todos los lugares del mundo, en especial con los niños de dos o tres años para que ellos empiecen a relacionarse con las imágenes y con una historia que cuente esa imagen.

Y luego ya cuando los niños tienen cierta autonomía lectora pueden encontrar cuentos cortos, cuentos divertidos, con los que ellos se identifiquen; personajes que les digan cosas cercanas a lo que ellos están viviendo. Así es como poco a poco el niño se va relacionando con el libro.

Luego ya es un lector autónomo, vendrá la novela corta, vendrá una historia más larga, y así es como hemos sembrado esa semilla para que luego florezca en grandes lectores en el futuro.

¿A qué autores de lectura infantil, su rama, recomienda? 

Hay un boom de la literatura infantil ecuatoriana y juvenil que sigue produciendo, que sigue siendo fértil y podría nombrar a tantas autoras: Maria Fernanda Heredia, Leonor Bravo, Ana González, Édgar Allan García, Francisco Delgado Soto, Soledad Córdoba.

Hay infinidad de gente muy nueva, como Patricia Enderica, Santiago Vásconez y muchos más que no se me vienen a la cabeza ahora; pero tenemos ahora mismo un boom de la literatura infantil y juvenil ecuatoriana.  Todos esos textos están a la orden de los jóvenes, de los niños y también está la literatura juvenil e infantil mundial.

¿Tiene lista alguna hoja de ruta para cumplir con su meta: que Ecuador sea un país de lectores? 

Desde que asumí el cargo he tenido dos semanas intensas. He buscado empaparme un poco de la situación, del Plan de Lectura, qué se ha hecho, cómo se ha movido.

Las limitaciones más grandes que en este momento tiene el plan son económicas y de personal, pero sigue manteniendo sus tambos de lectura; tiene más de 20 tambos en todo el país, en donde están funcionando todavía, incluso en la pandemia, por Zoom virtual, pero los tambos de lectura siguen ahí, latiendo todos los días.
El Plan tiene que cumplir ciertas metas que tienen que ver con la consolidación de la lectura en nuestro país.

¿Tiene cifras de cuánto se lee en Ecuador? 

Había una estadística publicada por la Unesco hace 15 o 20 años que decía que en Ecuador se lee medio libro al año por habitante, una cosa insólita, pero yo sí creo que estas cifras han dado un giro. La presencia de Girándula en el quehacer literario y en el quehacer del trabajo de la promoción lectora en nuestro país ha aportado. 

Yo creo que hoy se lee, por los menos los niños y los jóvenes, mucho más que cuando nosotros éramos niños. Creo que se ha tomado una conciencia clara sobre la importancia de la lectura, entonces yo creo que sí ha habido un giro. Y justamente el Plan Nacional de Lectura está impulsando y está a punto de empezar a realizar un censo sobre el tema de la lectura, de cuánto se lee en el país, así como de ciertos productos culturales que consume el ecuatoriano.

Había este Plan que se vio interrumpido, según me cuentan, por el tema de la pandemia pero parece que va a retomarse desde la próxima semana; me refiero al proyecto de este censo que nos va  a dar una idea más clara de cómo está el país.

¿Ha publicado algún nuevo libro? 

Desde el 2014 no he publicado nada. Bueno, tengo los libros que publicamos para el Maratón del Cuento en Girándula, pero mi última publicación fue en el 2014 con "Eras un pedazo de Luna". 

¿Qué está leyendo actualmente? 

Estoy leyendo una bellísima novela que se llama "La trenza", de una autora francesa, Laetitia Colombani, que realmente me ha movido el piso y me ha llenado el corazón. Es una obra muy bonita. Es una belleza de novela.

En la pandemia me he acercado a muchos libros, he estado leyendo también algo de novela negra. Ha sido realmente una época fructífera en lectura. También he leído literatura infantil y juvenil, así que de todo un poco.

Obviamente, desde que asumí la gerencia le estoy robando tiempo a la lectura, pero no puedo dejar de hacerlo porque sin eso me volvería loca. 

La novela negra tiene una legión grande de lectores ¿Algún autor de este tipo de novela que quiera destacar? 

Una española, Berna González. Ella tiene una trilogía de novela negra, con una voz muy fresca y cautivadora; así es que estuve leyendo sus libros también.

¿Cómo va la organización de la Feria del Libro de Quito? ¿Ya se barajan los nombres de algunos de los invitados? 

No, todavía, hemos estado recién reunidos la semana anterior y en estos días tenemos reuniones para aterrizar la conceptualización de la feria pero todavía no tenemos nombre. Acabo de incorporarme apenas hace dos semanas, tenemos un trabajo de día y noche para que este trabajo esté listo o por lo menos bastante avanzado. La próxima semana podré anunciar con certeza qué autores serán los invitados a la Feria del Libro 2020.  

¿No hay fecha aún?

El 13 de noviembre es la fecha tentativa. Estamos en muy tempranas conversaciones para poder dar una fecha. 

¿La lectura hace buenas a las personas? Hace un año más o menos se puso sobre el tapete esta discusión y alguien dijo: Hitler leía. ¿Qué piensa usted? 

Por donde se mire podemos observar que  ha ido evolucionando el concepto de la lectura, en muchos sentidos. Creo que la lectura genera seres críticos. En el caso de los niños y de los jóvenes les hace más empáticos, más solidarios.

La lectura puede además ser una herramienta fundamental para entender el mundo, para que todo ese bagaje de conocimiento vaya creciendo en la mente de un niño y de un joven. Yo creo que allí es donde tenemos que apostar, sobre todo y ante todo; los niños y los jóvenes son los lectores más importantes y a ellos hay que ofrecerles un producto que los atrape, que los seduzca a este mundo fascinante de la lectura, pero hay que saber llegar a cada uno.

La lectura hace a una persona crítica, mucho más universal, con una mente mucho más amplia sobre la condición humana y el mundo mismo.

La gente que no lee puede convertirse en un pequeño borreguito, que baja la cabeza, pero hay interesantísimos estudios hoy en día sobre la gran diferencia entre los niños que leen y los que no leen: estoy hablando de la etapa de la niñez y de la adolescencia, cuando se puede ver una gran diferencia en materia de lenguaje, en destrezas cognitivas, en su relación con el lenguaje, con la palabra, con las imágenes que un libro puede dejar tatuadas en la mente y en el corazón de un joven.

En nuestro país hay un problema muy grave de analfabetismo funcional, por el hecho mismo de que los jóvenes y los niños no tienen hábitos de lectura. En el momento en que se gradúan del colegio van a la universidad y como no han leído no tienen una lectura crítica, no pueden hacer un ensayo, no tienen lectura comprensiva, tienen una ortografía horrorosa, y a parte de eso no tienen idea de libros porque jamás han leído en su vida.

Esos problemas son gravísimos para la evolución de un país, yo creo que desde todo punto de vista la lectura es importante.

Hay grandes estudios que señalan que la lectura no es solo importante para una asignatura literaria o para algo que tenga que ver con el lenguaje o la literatura.

Si un chico no es un buen lector, obviamente en la lógica matemática tampoco va a poder desarrollar sus conocimientos; ni en la química ni en la biología, es decir un lector puede abrir su mente a cualquier asignatura que se le ponga al frente.

En todo sentido defenderé la lectura, hasta las últimas instancias porque yo creo que es lo único que puede salvar a un país y hacernos mejores seres humanos.  (I) 

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