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El Telégrafo
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Ernesto Cardenal dedica premio a joven asesinado en protestas

Siendo ministro de Cultura, fue amonestado en 1983 por el papa Juan Pablo II en su visita Nicaragua por mezclar religión con revolución sandinista.
Siendo ministro de Cultura, fue amonestado en 1983 por el papa Juan Pablo II en su visita Nicaragua por mezclar religión con revolución sandinista.
Foto: EFE
20 de diciembre de 2018 - 00:00 - Redacción Cultura

El poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal dedicó el Premio Mario Benedetti 2018, que otorga Uruguay, al pueblo nicaragüense y al adolescente Álvaro Conrado, una de las primeras víctimas de las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega, que comenzaron hace ocho meses.

Cardenal, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2012, dijo a través de un video publicado en sus redes sociales que por su avanzada edad, 93 años, no podrá viajar a Uruguay para recibir el premio “del que fue mi gran amigo entrañable Mario Benedetti”.

El también ministro de Cultura durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990) explicó que en su lugar  delegó a Lizeth Dávila, madre de Álvaro Conrado, un colegial de 15 años que fue asesinado en los primeros días de las protestas antigubernamentales y a quien dedicó el premio.

El galardón, continuó el poeta, lo recibirá “una señora de la revolución, Lizeth Dávila, madre de un joven casi niño, era de 15 años, Alvarito Conrado, que fue asesinado por un francotirador mandado por el régimen que actualmente tenemos (Nicaragua), que es un régimen criminal, asesino”.

“Había orden de no atender a ninguna de las víctimas de este régimen en los hospitales y se negaron a atenderlo a Alvarito Conrado, que estaba herido, por lo cual murió, de manera que fue asesinado también por el régimen”, señaló Cardenal, que tildó de “héroe y mártir” al adolescente.

Recordó que el colegial fue asesinado cuando asistía con agua a los universitarios “que estaban en rebelión pacífica en las calles de Managua” contra el gobierno de Ortega, tras unas reformas a la seguridad social, que fueron abolidas días después.

Cardenal dijo que el pueblo de Nicaragua y el joven asesinado son los merecedores “de este premio”, debido a que los nicaragüenses “ahora  tienen una nueva revolución, después de la primera muy bella que tuvimos, que fue una revolución armada” en los años ochenta del siglo pasado. (I)  

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