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Encuentros y desencuentros de Bolívar y San Martín (1)

Encuentros y desencuentros de Bolívar y San Martín (1)
26 de septiembre de 2013 - 00:00

Los desencuentros son los antecedentes que se dieron poco antes de la archifamosa Entrevista y la nimbaron de nerviosismo y expectativa para ambos ejércitos.

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El general San Martín tenía en Guayaquil una parte distinguida de su oficialidad: Guido, Luzuriaga, La Mar,  Salazar y otros. Entonces el Protector salió de Lima hacia el norte, habiendo despachado misiva el 3 de marzo de 1822 para el Libertador, en la que escribe sobre “…la conducta de los estados limítrofes, a ninguno de los cuales compete prevenir por la fuerza la deliberación de los pueblos”.

Las negritas me pertenecen. Y son para comparar luego que del dicho al hecho... hay mucho trecho. Pues el día anterior (2 de marzo) Torre Tagle, encargado del poder Ejecutivo mientras San Martín empezaba larga travesía, “…instruyó al general Arenales para que ordenara a Santa Cruz retirar su división de inmediato, cualquiera fuera el punto donde se encontrare y aunque estuviere empeñado en lucha”.

Cuando la orden de Torre Tagle llega a su destino, la División Protectora de Quito aún se encontraba en Cuenca, camino a la gloria de Pichincha. En tal punto, ordenarle a Santacruz que retornase a Lima vía Guayaquil era una medida a todas luces descabellada. Sucre, con indignada y lógica reacción, escribió al Protector con el capitán Juan María Gómez el 3 de abril de 1822 y el día 5 a Santander.

Igualmente, el general argentino Arenales escribió el 29 de abril desde Trujillo al Protector que se encontraba ya cercano, en Huanchaco, por parecerle este mandato de Torre Tagle “inoportuno y algo imprudente”. Es muy fácil imaginar cómo se pusieron las cosas con tamaña medida en momento tan crucial.

El 13 de marzo había llegado el almirante Cochrane a Guayaquil, pisándole los talones desde Méjico a las fragatas españolas Prueba y Venganza. El asunto se puso “color de hormiga” no sólo por la presencia española, sino también por la total animadversión que existía entre el inglés y San Martín ya para esas fechas.

En Huanchaco el Protector recibió el aviso de Salazar y La Mar desde Guayaquil, de que estas fragatas españolas, al igual que la Alejandro en la que había llegado Mourgeón por Atacames, estaban en la ría y era arriesgado avanzar. ¿Avanzar hasta Guayaquil, donde iban a terminar confluyendo él mismo, el ejército de Santacruz y los adelantados que ya estaban allí? ¿Y entonces, su carta del 3 de marzo… era sólo una maniobra de distracción?

Veamos lo que apuntó Cochrane en su diario antes de San Martín tomar Lima: “En vez de apoderarse de la capital, en donde el ejército hubiera sido a la sazón bien recibido, se determinó enviar a Guayaquil la mitad del ejército para anexarse aquella provincia… Enviáronse dos comisionados, don Tomás Guido y el coronel Luzuriaga… Se había prescrito estrictamente a los comisionados hiciesen presente que, si tales fuesen las intenciones de Bolívar, se consideraría a Guayaquil como provincia meramente conquistada… Se les exhortaba al propio tiempo a formar una milicia, para tener a distancia a Bolívar”. (1)
Esto es parte de lo sucedido antes de la batalla de Pichincha.

2

Ahora veamos también lo sucedido inmediatamente después de la batalla, pero todavía con anterioridad a la Entrevista de la discordia entre panegiristas.

Las expresiones textuales que sobre la Entrevista dejó el historiador y presidente argentino Bartolomé Mitre, dicen: “Al efecto, se había hecho preceder por la escuadra peruana, que a la sazón se encontraba en Guayaquil, bajo las órdenes del almirante Blanco Encalada, con el pretexto de recibir la División peruano-argentina que desde Quito debía embarcarse en dicho Puerto. Ocupada así la ciudad por agua y por tierra, el Protector contaba con ser el dueño del terreno, y tal vez para inclinarlo a favor del Perú. Pensaba que a su llegada, aún se hallaría el Libertador en Quito, donde era su intención dirigirse, como lo había anunciado, a fin de buscar allí el acuerdo en actitud ventajosa”. (2)

Las negritas me pertenecen. Hablan claramente de la intención del Protector de tomar Guayaquil bajo presión de fuerza. Ahora en calidad de reiterado intento. La división peruano-argentina es la misma de Santacruz, que luego de la batalla de Pichincha recibió órdenes de viajar a Guayaquil –por segunda vez- para volver al Perú. La flota de Blanco Encalada, ya surta en Guayaquil, ¿sería para evitarse otro imponderable como el de Cochrane?

Bolívar dio el permiso correspondiente a Santacruz pero le dispuso regresar por la misma ruta por la que había llegado, es decir, la de Cuenca y Loja. Pero despachó inmediatamente a Salom con tropas para Guayaquil por la ruta de Guaranda y Babahoyo, para que lleguen primero. Y él mismo salió más atrás de Salom. Las intenciones del Protector no eran ningún secreto que a esas alturas pudieran engañar al Washington del Sur.

El Protector nunca supo que Bolívar estaba ya en Guayaquil. Por eso su gran sorpresa al llegar él mismo al puerto. Por eso su confesión posterior de que Bolívar le ganó de mano (3), o sea que le ganó apenitas. Porque se trata de eso, una confesión. De que él pensaba hacer lo mismo. Ni más ni menos. Por ello también su primera reacción, ante la sorpresa inesperada, es la de no desembarcar e invita a Bolívar a conferenciar en uno de sus buques, detalle que el Libertador no fue tan ingenuo como para aceptar.

Deviene claro entonces que el mal ejemplo de presionar la anexión de Guayaquil por la fuerza no fue invento de Bolívar. Simplemente se lo copió a San Martín, dada su insistencia. Fue el mejor alumno de tan preclaro maestro.

* Miembro de la Casa de la Cultura de Esmeraldas y de la Corporación SAG de Quito. En su tercer libro, “La revolución de Quito en la costa del Pacífico”, se aborda in extensu la Entrevista en capítulo exclusivo. Este apretado resumen es extractado de allí por el mismo autor.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

A más de los epistolarios de Bolívar, San Martín, Sucre  y otros:

1) Matta Vidal, Enrique (editor): “Memorias de Lord Thomas Cochrane”. Capítulo II. En la “Colección de historiadores y documentos relativos a la independencia de Chile”. 1905.    

2) Mitre, Bartolomé: “Historia de San Martín”. Tomo III, página 619.

3) Espejo, Gerónimo: “San Martín y Bolívar. Entrevista de Guayaquil”. Buenos Aires, 1873. Son las declaraciones del general Guido, gran amigo de San Martín.

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