Publicidad

Ecuador, 29 de Marzo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

“De nada sirven infraestructuras sin formación artística”

“De nada sirven  infraestructuras sin formación artística”
20 de diciembre de 2013 - 00:00

¿Qué implica para el Centro Cultural Sarao llegar a 25 años de gestión, en la que resaltan las presentaciones artísticas, la formación de públicos, actores y bailarines?
Somos un referente en el movimiento de la danza contemporánea de Guayaquil, no solo por haber sido sus precursores sino también porque perseveramos en abrir sus esferas. Nuestras producciones teatrales, personajes de humor y festivales son hitos en la historia de las artes escénicas del país. Actualmente Sarao es una de las pocas salas de gestión independiente que sobrevive a pesar de la falta de recursos. Son algunos logros que, habiendo rebasado en mucho los propósitos iniciales, se han vuelto nuevos desafíos para continuar.

Sarao ha planteado un escenario para las artes escénicas en Guayaquil. ¿Cómo cree que ha evolucionado la propuesta cultural en una ciudad como esta?
Es indudable que las propuestas se han incrementado. Y Sarao ha puesto y sigue poniendo una gran cuota en la generación de nuevos artistas y espacios. Me atrevo a decir que, en el plano de la construcción de nuevos públicos, hemos colaborado en la evolución de criterios de excelencia cuando se escoge lo que se va a ver.

Desde su experiencia, ¿cree que la gestión cultural ha estado reñida con la gestión política de la ciudad y del país?

En ese aspecto, Sarao en 25 años le ha dado mucho a la ciudad, pero en lo que corresponde a la ayuda municipal, no ha habido un interés de apoyar el proyecto, al contrario... Al otro lado, las políticas estatales en materia cultural –pese a los grandes avances de los últimos años-. Todavía hay una deuda en la cabal comprensión de lo que las salas independientes han conquistado y son capaces de generar. Pero con mi equipo pensamos en positivo, confiamos en que dentro de la democratización cultural haya una visión más solidaria en logros como el de Sarao, que no es el único.

Si tuviera algo que reprocharles a estos 25 años de trayectoria, ¿qué sería?
Todo ha sido un aprendizaje con momentos felices y otros no tanto. Puntualmente, reprocho no haber registrado en el IEPI (Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual) los 2 festivales que se originaron y evolucionaron en Sarao y que tenían auspicios ya conseguidos. Cuando lo quisimos hacer, nos encontramos con la sorpresa de que habían sido apropiados por un antiguo administrador, a pesar de haber prometido -por escrito- dialogar sobre el destino de ellos. Pero ya es capítulo pasado, ahora nuestra atención se dirige a proyectos nuevos y espacios de mayor inclusión social.

Tiempo atrás se presentaba con Arteamérica, en el Teatro Centro de Arte. ¿Cómo ve hoy el trabajo colectivo de los grupos artísticos en la ciudad?
Los grupos avanzan sus propuestas estéticas y formas de producción en su propia trayectoria. Las alianzas son naturales y duran lo que duran, se transforman. Va quedando la experiencia. Sarao sigue, hoy en día, forjando alianzas estratégicas. Dentro del Ecuador con la Compañía Nacional de Danza, la Fundación Narices Rojas, la Fundación Mandrágora, la Fundación La Garza Roja; el grupo Palosanto de Manta, entre otros. En el exterior, con la Escuela de Danza de la Universidad Nacional de Costa Rica. Y también con una serie de grupos, artistas y gestores culturales, unidos no solo por una gran amistad sino también por la visión de seguir impulsando el movimiento escénico local.

En esta época hay grupos como Daemon, La cuarta pared, que están generando teatro, y espacios que lo propician como el Centro Cívico, Centro de Arte, el ITAE, el Sánchez Aguilar. ¿Qué opina de esas iniciativas?
Toda iniciativa es bienvenida, enhorabuena por Guayaquil y por las artes escénicas. Sin embargo, si no contamos con una infraestructura verdaderamente democratizada, descentralizada, con circuitos de presentaciones que vayan a donde está la mayoría de la población, las propuestas (inclusive las de Sarao) cederán al elitismo. ¿Se da cuenta por qué la televisión comercial sigue imponiendo gustos y costumbres?

Hace un tiempo Ramón Barranco, director artístico del Teatro Sánchez Aguilar, decía que a Guayaquil le hace falta un teatro institucional (municipal/estatal) que proponga. ¿Cree que el Estado se ha olvidado de proporcionar no solo los espacios sino solventar los procesos artísticos en la ciudad?
De nada sirven las grandes infraestructuras si no existe una verdadera formación artística sustentable. Los procesos artísticos son de los artistas, institucionales o independientes. Las políticas culturales deben facilitar y acompañarlos para que aterricen en la mayoría de los ciudadanos. Por eso saludo y le tengo fe a la naciente Universidad de las Artes, un proyecto innovador de este gobierno. Pero los procesos independientes que le han antecedido no pueden ni deben ser relegados.

Sarao sufrió/sufre por la falta de dinero para apuntalar sus procesos de formación y de representación. ¿Cómo resolverlo?
Adquiriendo nuestro ‘propio’ espacio para superar el nerviosismo financiero mensual. Sin holgura y tranquilidad no queda energía para el sueño creativo y didáctico. Persistiremos en la construcción de públicos que, a través de un nuevo elenco, podamos reinventar contenidos, obras, formas de producción y difusión. Acudiendo a nuevos auspiciantes, donantes y colaboradores que han reconocido que vale la pena sostener un proyecto para la ciudad que se ha mantenido por un cuarto de siglo. Nuestra campaña “Casa propia para botar por la ventana” ha de ser muy agresiva en 2014. El equipo se resiste a creer que ha arado en el mar. Creemos aún en la ciudad y su gente.

SARAO: 25 AÑOS DE NOCHES CON DANZA Y TEATRO

Veinticinco años no es cualquier cosa si hablamos de una sala de teatro en un ambiente en que los apoyos públicos a las artes no estaban definidos hasta hace poco.

Dirigido por Lucho Mueckay, Sarao fue desde el inicio el espacio de la danza contemporánea en Guayaquil, y desde 2011, es la sede de Dansedumbre, encuentro anual que convoca a autores y grupos internacionales que durante dos semanas presentan en la ciudad sus espectáculos de danza.

Pero Sarao no deja de ser una sala de teatro: actores y dramaturgos reconocidos de la escena nacional como Cacho Gallegos, Santiago Roldós, Juan Coba y otros han pasado una y otra vez por sus tablas, cuyas carteleras se llenan de programa cada semana.

Impulsor de la Maratón del Humor, Sarao es además un espacio para la comedia. Normal para un lugar cuyo fundador interpreta a un personaje emblema del humor en el país: la profesora Norma Lixta, con la que Mueckay se mantiene en las tablas con regularidad.

Y es Norma Lixta, precisamente, la encargada de celebrar esta noche, con un monólogo, los 25 años del Centro Cultural Sarao, en el MAAC Cine, a las 20:00.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media