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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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Crónicas a pie

Una mirada a los retazos de vida en la comuna La Entrada

El movimiento parsimonioso de al menos una veintena de pobladores, interrumpe la calma en la pequeña playa de la comuna La Entrada, en el norte de la provincia de Santa Elena. Son las 15:00 y cada cual parece estar concentrado en sus actividades y casi ni presta atención a lo que ocurre en su entorno.

María del Pezo y Sonia Borbor, sentadas sobre la arena gris, se dedican a escoger piedrecillas esparcidas alrededor. Eligen las más oscuras y redondas; la primera dice que esperan recolectar una cantidad considerable, para venderlas a artesanos de comunas cercanas, como Curía, San José, Olón y Montañita.

“Si llenamos cuatro vasos (de plástico cada uno) ganamos al menos seis dólares”, explica. Su compañera, en cambio es reticente a conversar, solo escucha mientras su mirada permanece fija en las piedrecillas.

A pocos metros Humberto Reyes se alista para ingresar al mar. En una de sus manos sostiene un pequeño costal; viste solamente un pantalón corto, por lo que deja al descubierto su piel curtida por el sol y el agua salobre. Deja pasar una ola que yace finalmente en la orilla, se sumerge y tras varios minutos reaparece.

“Cerca de las rocas hay pulpos pequeños y conchas, orita no tuve suerte, voy a intentar de nuevo”, explica al consultarle sobre su procedimiento.

Mar adentro, un bote con dos pescadores es sacudido por el agua. Con una pequeña red esperan tener la suficiente pesca que les proveerá el sustento diario.

Mientras se produce el singular espectáculo de los comuneros, tres turistas caminan con cierta dificultad sobre la zona rocosa. Observan el inquieto movimiento de pequeños cangrejos que huyen de las fragatas y otras aves que se alimentan del crustáceo.

La tarde cae lentamente, aunque el sol permanece oculto por la nubosidad. Dentro de poco los comuneros y pescadores terminarán sus faenas y retornarán a sus casas; así, la jornada llega a su fin con la llegada del ocaso. (I)

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