El solo caminar por las aceras de Guayaquil es una aventura. En esta ciudad de cálido clima, aunque por estos días el frío se siente con fuerza, ejercitar al aire libre es una actividad extrema. Si hay parques no hay máquinas y de haber ambos están ocupados con basura o tomados por antisociales.

La situación es aprovechada por empresarios que ofertan -en ambientes modernos y bien acondicionados- bajar esas “libras” de más que se acumulan por falta de espacios públicos para ejercitar.

Los aspirantes a atletas -que pagan por gozar de estas ventajas deportivas- crean un problema de tránsito peatonal y vehicular, en muchas zonas, en este caso en las avenidas 25 de Julio y Ernesto Albán, donde uniformados de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), o se hacen de la “vista gorda” o no han notado el caos, que ya lleva varios meses.

En la edificación de paredes transparentes se muestran máquinas para correr y sobre ellas mujeres en licras, quienes al son musical sudan sin cesar. Sus carros aguardan aparcados al pie de su actividad ocupando la acera, calle y hasta los espacios de negocios contiguos.

Los peatones se hacen “flacos” solo con caminar frente del gym y se escurren entre los carros que ocupan la acera. Los más “carnuditos” sortean sus pasos en la recién asfaltada 25 de Julio.

El negocio tiene 10 parqueos, pero sobre la acera, sea mañana, tarde o noche, siempre hay en promedio docena y media de vehículos bloqueando el paso.

A pocos metros otro gym hace lo propio. Aunque aquí el parterre sigue ocupado; hay un poco de espacio para que el peatón camine “seguro”, sin invadir el carril para los carros.

La vía continúa y el abuso también. En el chifa Amistad, los dueños y clientes hacen también “revoltillo” del espacio público. Ellos ocupan la acera completa con camionetas, motos o autos por donde solo los gatos se escurren. Si el peatón increpa es objeto de malas miradas y hasta amenazas, en chino claro está. (I)