Pagar más de 3 dólares diarios por un almuerzo trastoca el presupuesto de Julio Chávez. También, dice, tiene el dinero medido para el gasto de gasolina a la semana: 10 dólares.

Por eso, cuando estaciona su auto en una calle de Urdesa y escucha el sonido de un pito se enoja. “No soporto a los ‘cuidacarros’, a este no le voy a dar nada, el almuerzo me sale más caro”, comenta con molestia. “La calle no tiene dueño, hasta ponen cajones en ciertos lugares para evitar que uno estacione sin pedirles ayuda”, agrega refunfuñando ya sentado junto a la mesa en la cual se servirá el almuerzo.

Conversa unos cuantos minutos más sobre el caso y prefiere cambiar de tema para disfrutar de la comida. Tras 25 minutos y dar el último bocado de arroz se levanta de la mesa y comenta que no piensa darle ni un centavo a la persona que ha virado uno de los retrovisores de su auto, supuestamente, para evitar que otro vehículo lo golpee si pasa muy cerca.

“Servido”, le dice el señor sesentón de chaleco verde fosforescente, mientras el conductor se sube al auto sin tomarlo en cuenta.

Eddy, uno de sus amigos, se compromete a darle unas monedas al cuidador para evitar un mal rato. Saca 25 centavos de su bolsillo y agradece, pero recibe un mal gesto de vuelta. “No le gusta, entonces preste para acá”. El resto del diálogo es un intercambio de insultos que finaliza con la marcha del vehículo.

Julio lamenta, molesto, que en pocos lugares de la ciudad se pueda estacionar un auto sin que se escuche un pitazo y, para colmo, le entreguen un ticket con un valor impreso, dependiendo del sector o del evento.

Manuel, otro de sus amigos, no concuerda con él, señala que “esa gente”, de alguna forma, se debe ganar la vida y que es mejor que pagarle al Municipio por medio de las maquinitas como las que hay en Puerto Santa Ana.

“Allá, mínimo, debes meter una moneda de un dólar por una hora de parqueo, ¿qué prefieres?”. Julio dice que la próxima vez parqueará en la otra esquina, donde el otro cuidacarros sí coge 25 centavos. (I)

Elías Vinueza
Editor jefe de Deportes