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El Telégrafo
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¿Por qué el usuario escapa de Facebook?

Foto: Internet
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23 de noviembre de 2014 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

Cuando eliminó su cuenta de Facebook, Víctor Hernández tenía casi un centenar de amigos, más de una decena de fotos familiares publicadas en su biografía y muchas solicitudes de amistad por aceptar. Desde que abrió su cuenta hace un par de años, era uno de los más fieles seguidores de esta red social que le permitió contactarse con aquellos amigos a quienes perdió de vista cuando se graduó de la universidad. No había un solo día que no publicara fotos, mensajes, noticias, videos; era un usuario activo o, como dice él, hiperactivo de esta comunidad virtual que tiene más de 800 millones de seguidores. “Cada vez que me conectaba me olvidaba del mundo, incluso apenas me despertaba entraba a esta red; estaba superenganchado”.

Aunque su relación con esta herramienta parecía eterna, a mediados de este año tomó una decisión que nadie la habría anticipado: eliminó su cuenta de manera temporal. Víctor se cansó del Facebook y, al parecer, no le faltó razón. La más importante —asegura— fue el rompimiento con su pareja con quien tenía amigos en común. Aunque asumió la separación con tranquilidad, al ingresar a esta red no podía evitar mirar las fotos de su ex con sus amigos. En varias ocasiones, realizó búsquedas exhaustivas de toda la actividad de su expareja para saber si no salía con otra persona. Con el tiempo, el solo hecho de ingresar a esta red virtual se convirtió en un martirio. Pudo eliminar a su ex pareja del Facebook, pero no quería parecer infantil ni tampoco excluirla de su lista de amigos, así que prefirió abandonar esta comunidad por un buen tiempo. Han transcurrido más de 5 meses y aunque echa de menos las típicas conversaciones por el chat, está contento de ‘desaparecer’ por algunos meses. “Es increíble pero ahora tengo más tiempo. Como abría el Facebook en mi trabajo, me estresaba porque no alcanzaba a hacer todo lo planificado en el día”. Quienes deciden abandonar esta plataforma aducen pérdida de tiempo, bombardeo constante de publicidad no deseada (spam) y falta de privacidad.

El año pasado, la edición digital de la BBC de Londres citó el caso del actor Ryan Wichert quien después de ser un activo usuario de esta comunidad, decidió tomarse un descanso. “No quería que mi vida girara en torno a lo que otros hacen y publican. Me di cuenta que me estaba afectando de manera personal. Estaba preocupado y envidioso”. De hecho, en un estudio desarrollado por las universidades Humboldt y Técnica Darmstadt, ambas alemanas, los investigadores advierten que ser testigo de las vacaciones, las fantásticas vidas o los éxitos laborales de otros puede provocar envidia, frustración, sensación de soledad y enojo, al comparar lo que vemos con nuestra propia realidad. De acuerdo con esta investigación, 1 de cada 3 personas se siente menos satisfecha con su vida cada vez que visita las redes sociales. De esta manera, las fotografías y comentarios que un cibernauta publica de sus vacaciones constituirán el elemento que genera mayor resentimiento mientras que el segundo lugar lo ocuparían las interacciones sociales: el número de “me gustas”, las felicitaciones de cumpleaños o los comentarios que reciben las fotografías que se publican.

Lo más sorprendente es que la envidia influye en el uso del Facebook al punto de contribuir al cierre de las cuentas. Cuando los cibernautas están decididos a abandonar esta plataforma, Facebook ofrece algunas opciones, todas se despliegan al ingresar en la pestaña Configuración y al dar un clic en la palabra Seguridad. Al hacerlo, aparecerá en la parte inferior la opción Desactiva tu cuenta y enseguida se desplegarán algunas razones, concebidas por Facebook, para tomar esta decisión. Entre ellas aparecen: “Facebook no me parece útil; recibo demasiados mensajes de correo electrónico, invitaciones y solicitudes; me han robado la cuenta; no me siento seguro; no sé cómo utilizarlo, tengo otra cuenta, esto es temporal, volveré...”. Cualquiera que sea la razón, para desactivar la cuenta, Facebook solo pide el nombre de usuario y contraseña. Mientras el usuario cumple con estos pasos, en la pantalla aparecen las fotos de algunos de nuestros contactos que te dicen que te echarán de menos.

Cuando la desactivación es temporal, las personas pueden volver cuando lo deseen, pero también existe la opción de borrarla de manera definitiva. En ese caso, lo primero que debe hacer es ingresar a esta dirección: https://www.facebook.com/help/delete_account.

Una vez allí, hay que conectarse con la dirección de Facebook y su contraseña y seguir, paso a paso, las instrucciones que allí se detallan. Si los usuarios no se arrepienten de haberla borrado, en 2 o 3 semanas se deshabilitará por completo. En el caso de que desista de borrarla, con solo entrar antes de los 15 días se volverá a habilitar la cuenta.

Muchos cibernautas dejaron Facebook porque su autoestima se vio afectada al estar expuestos al escrutinio permanente de sus contactos.

Un receso voluntario

Un estudio realizado en Estados Unidos por la firma Pew Internet & American Life Project asegura que en ese país, el 61% de los usuarios de esa red se ha tomado un receso voluntario. Algunos de ellos aseguraron que estaban demasiado ocupados para gastar tiempo en este sitio web. Además, cerca de un tercio de ellos lo hizo por razones asociadas a sentimientos como desinterés, contenido irrelevante o simplemente demasiados chismes y confrontaciones. “Mucha gente que está en el Facebook ventila su vida íntima o sus conflictos existenciales y eso es molesto”, comenta Catalina Paredes, quien asegura que hace un año se dio un receso de varios meses, porque se cansó de los chismes y los dramas que circulan por este sitio. Según ella, su comunidad de amigos o ‘seudoamigos’, como los llama, están pendientes de todo. “Cuando eliminé mi estado Casada, al otro día tuve un montón de mensajes en los que disimuladamente me preguntaban si me había separado o qué había ocurrido”, explica.

El blog de noticias Mashable también realizó un estudio para averiguar por qué muchos cibernautas abandonan la red social y descubrió que para muchos usuarios esta plataforma virtual hace demasiado ruido: publicidad, videos, fotos e informaciones compartidas reducen el espacio para la socialización real entre amigos.

Otros argumentan que prefieren prescindir de una cuenta de Facebook por temor a perder el trabajo. Precisamente por un comentario realizado en su muro, Carmen G. perdió su empleo. Cuando su jefe le reclamó por el mensaje colocado en la red social, lo primero que pensó fue que alguno de sus compañeros de trabajo, quienes eran sus amigos en este sitio, la habría delatado. “Fue tenaz, porque mi exjefe no tenía acceso a esta red social, así que se enteró por alguien que podía ver mis comentarios”, cuenta.

Después de esta experiencia, decidió hacer un paréntesis y la cerró durante casi un año. “No me arrepiento de haber abandonado la red. Fue un descanso muy provechoso. Se lo recomendaría a muchos, sobre todo, a esas personas que no pueden dejar de entrar al ‘Face’ ni un solo día”.

Muchos cibernautas han reconocido que dejaron esta plataforma, porque su autoestima se vio afectada al estar expuestos al escrutinio permanente de los usuarios de esta comunidad.

De hecho, una fuente de reconocimiento son los likes (Me gusta). Mientras más de ellos tienes más atención has recibido. A través de las redes sociales, los cibernautas muestran su lado más exhibicionista, pero, además, revelan lo mejor de sí mismos, una manera de buscar la aprobación de los demás. Si no la encuentran, después de haberlo intentado varias veces, se rinden y toman la decisión de apartarse de la red.

El ecuatoriano Nicolás Rizzo, especialista en nuevas tecnologías y desarrollo digital, advierte que de acuerdo con las políticas de Facebook al eliminar una cuenta el perfil desaparecerá inmediatamente. “Los usuarios de Facebook no podrán buscarte, aunque parte de la información, como los mensajes que enviaste seguirán estando visibles para los demás”.

El experto sostiene, además, que Facebook conserva también la información del perfil (amigos, fotografías e intereses) en caso de que las personas deseen volver. Este es el caso más común ya que las personas en el momento de eliminar su cuenta están convencidas que Facebook no guardará datos sobre su vida virtual y que, por lo tanto, ningún usuario podrá acceder a información alguna sobre su perfil.

Los jóvenes se escapan de Facebook

Para Nicolás Rizzo esta plataforma virtual siempre se orientó a los jóvenes y en los últimos años ha perdido adeptos debido a que los adolescentes no quieren pasar el rato en los mismos lugares que frecuentan los adultos. “Cada vez hay más padres que cuentan con un perfil en Facebook y utilizan dicha herramienta para controlar a sus hijos. Es como si los padres fueran a las mismas discotecas, a los mismos bares de sus hijos y sus amigos”, indica.

Según el diario argentino El Clarín, la mayoría de los jóvenes aún mantiene su perfil activo, pero pasan menos tiempo en la red social más famosa y popular del mundo.

Los adolescentes comenzaron a volcar su actividad hacia otras redes, como Twitter, Tumblr o Instagram. El 20% de los países perdió tráfico de Facebook en los últimos meses, según la consultora SocialBakers. El caso de Twitter muestra una tendencia de penetración en la juventud. Cuando los jóvenes sienten que son observados por los adultos, no suelen tolerarlo y eliminan su cuenta para entrar a otras plataformas en las que su privacidad está mejor garantizada.

Paula Vernimmen, psiquiatra y especialista en adicciones, indica que cuando los muchachos deciden continuar en Facebook, se suelen cambiar de nombre para que sus padres no los encuentren. “El problema se da, sobre todo, con los padres que suelen espiar las páginas de sus hijos porque desconfían de ellos”, explica.

Cuando alguien publica un pensamiento en Facebook es frecuente que sus contactos hagan un comentario sobre ello y que lo califiquen con un Me gusta. Esta dinámica se convierte, de hecho, en un arma de doble filo ya que los padres pueden observar quiénes son los que están preocupados por los comentarios de sus hijos.

Según Rizzo, en el caso de los jóvenes que se despiden de la red social hay un factor de privacidad que siempre estará en juego. “Hay una migración de los jóvenes hacia Instagram que también es propiedad de Facebook. Muchos chicos han comenzado a utilizar ‘Snapchat’, una aplicación al estilo ‘Whatsapp’ que permite enviar mensajes y eliminarlos automáticamente, evitando que otros puedan verlas y compartirlas.

Comunidad:

Para evitar la pérdida de usuarios y mejorar la privacidad entre amigos Facebook implementó la mecánica de elegir qué grupo puede ver el contenido.

Hay usuarios que aseguran que mientras tengan algún amigo, conocido o familiar que siga usando Facebook se verán obligados a permanecer en este sitio.

Los conflictos familiares y de pareja obligan a muchas personas a despedirse de esta red social. Al tomar esta decisión evitan confrontaciones virtuales.

Hay muchos usuarios que prefieren eliminarse a sí mismos, que eliminar a una o más personas del Facebook.

Cuando el cibernauta desactiva su cuenta se vuelve invisible para todos los contactos (amigos), que no podrán ver comentarios ni fotografías.

ESPECIALISTA

‘Nunca será lo mismo desactivar que eliminar una cuenta en la red’

“Es importante diferenciar entre desactivar y eliminar una cuenta, si únicamente desactivamos nuestra cuenta, toda la información permanece intacta y podemos nuevamente activarla sin perder información.

Si se elimina una cuenta de Facebook, no es posible luego recuperar los datos, es un proceso irreversible. Los mensajes que se ha enviado a los contactos, permanecen en las cuentas de ellos, es decir, no toda la información que hemos intercambiado desaparece.

Facebook mantiene una tendencia de crecimiento en el tiempo, pese a que pueden existir personas que eliminen o desactiven su cuenta, hay muchas otras que crean su cuenta en esta plataforma. Un aspecto a recalcar es que efectivamente en términos de mercadeo, las empresas están empleando cada vez más a Facebook como un instrumento de publicidad de sus productos, mucha más que otros medios como Twitter, Linkedin, Youtube o Google+.

Marco Jarrín, experto en temas tecnológicos.

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