Frente a circunstancias políticas emergentes, los ecuatorianos tenemos la obligación moral de hacer una pausa y mirar en retrospectiva el panorama, con el único propósito de identificar escenarios y proponer acciones que, lejos de ser recetas invariables, son insumos sujetos a las modificaciones propias de la dinámica socio-política, cambios que se expresan cuando un escándalo se tapa con otro, abriendo la ventana para la impunidad.
Empezar por el principio nos conduce a cambiar la estructura y dejar de lado el reformismo que ciertamente es útil en otras circunstancias, no ante la severidad de la situación política por la que atravesamos. La debilidad y resquebrajamiento de la institucionalidad es una muestra de que el cambio debeorientarse a los cimientos mismos de la república, para dejar de ser ”republiqueta” que de tumbo en tumbo, se acomoda a las buenas y/o y malas intenciones de sus gobernantes. Es necesario inaugurar políticas de estado verdaderas, consistentes y sostenibles, esa es la responsable misión que debemosimponernos como sociedad.
Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza y el problema está en las raíces, por ello precisamente había que enfocarse enel cambio total de constitución, pero ya no hay tiempo ni condiciones, seguiremos sufriendo las funestas consecuencias del 2008, sin embargo, es evidente que hay que gestar una nueva norma superior y concretar reformas parciales urgentes a diferentes leyes en busca de corregir las inconsistencias. Se modificó y se saqueó el país, se debe modificar también para recuperar lo robado. A grandes problemas, grandes soluciones.En eso, el presidente Lasso, a pesar de haberse demorado, ha acertado esta semana en el rubro seguridad, todos queremos un Ecuador en paz y al Ejército en las calles. Esperemos a ver que quiere la Asamblea Nacional.
Se hace indispensable volver a los principios universales del derecho, ya Ulpiano en los inicios de estos primeros dos mil años (170-228) enunciaba: Vivir honradamente, no perjudicar al prójimo y dar a cada quien lo que le corresponde. No se puede seguir con el descarado abuso del derecho, acciones de protección en recónditas jurisdicciones, recursos por docenas en una suerte de ruleta para lograr sorteos, habeas corpus, medidas cautelares y un largo etcétera de artilugios, todos orientados a disputarse a dentelladas espacios de poder que garanticen prebendas o impunidad, según la bandería política y de acuerdo con la conveniencia de los “lideres” de turno, que siempre son los mismos. La disyuntiva entre lo legal versus lo justo y ético, vuelve a ser motivo de análisis dialectico sin esperanza de encontrar solución.
En una guerra lo que primero muere es la verdad y el Ecuador se encuentra desde hace mucho tiempo en una interminable guerra contra la insalubridad, la ignorancia, la pobreza y la corrupción,adicionalmente y por si fuera poco, presenciamos una pugna de poderes, libramos también una guerra contra la violencia generalizada en el sistema carcelario, contra el narcotráfico y la narcopolítica, un verdadero monstruo de mil cabezas, al que se debe exterminar para sobrevivir como estado.
Los movimientos sociales víctimas de ayer, hoy conforman grupos políticos de presión, cuyos objetivos se encuadran en una trágica dualidad, la politización de la justicia y la judicialización de la política, simplemente todo trastocado, parecería que la premisa nacional fuera: “cada quien goza su propia verdad, se encierra en su propia mentira y se pierde en su propia locura”.Lalitos Face
Todos queremos cambios, lo anhelamos tanto que, a veces pienso que somos felices como sociedad solo con anhelarlo y luego quejarnos, talvez la felicidad consista en pensarla y nada más, porque nadie la busca efectiva y concretamente, quizá por eso no llega…talvez necesitemos una patada en las posaderas, porque, a fin de cuentas, siempre te empuja hacia adelante…
