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Los ajetreos del freelance

Los ajetreos del freelance
11 de enero de 2015 - 00:00

Son autónomos, menos estresados, pero todos los días se enfrentan al mismo riesgo: no tienen la seguridad que proporciona un trabajo estable.

El freelance, que en español significa empleado autónomo o por cuenta propia, es responsable de trabajar desde su casa, sin horarios fijos ni jefes. La palabra freelance deriva del término medieval inglés usado para designar a un mercenario (free-independiente y lance-lanza), un caballero que no servía a ningún señor en concreto y cuyos servicios podían ser alquilados en cualquier momento.

Aunque muchos envidian la vida de estos trabajadores autónomos, ellos también deben esforzarse para obtener ingresos y pagar las cuentas cada mes. Deben organizar su tiempo de tal manera que puedan encontrar un equilibrio entre la vida personal y la laboral. Mario Andrade, quien laboró bajo esta modalidad durante un año, dice que lo más complicado es evitar las interrupciones, sobre todo, cuando se tienen hijos pequeños. “Aunque seas freelance hay que cumplir con las fechas de entrega y al mismo tiempo ayudar en las tareas del hogar”. Para evitar que el trabajo en casa se convierta en una pesadilla en lugar de una bendición, Mario sugiere fijar horarios estrictos para que todos sepan que durante ese tiempo nadie pueda interrumpir tus actividades. Cuando trabaja cierra la puerta del dormitorio e intenta olvidarse del mundo.

María Fernanda Mejía también labora bajo esta modalidad desde hace casi un año. Aunque no oculta su entusiasmo porque ya no se rige al horario de oficina, sigue sujeta a los tiempos de entrega de las tareas encomendadas, los cuales pueden variar de acuerdo con la naturaleza del proyecto. Eso significa que a veces hay tiempo para descansar un día entero y otras ocasiones es necesario trabajar varios días al hilo sin dormir. “Al ser freelance puedo hacer lo que me gusta, leer más y escribir crónicas, un género periodístico que demanda tiempo para investigar y trabajar con el lenguaje”.

María Fernanda cuenta que al principio no sabía cómo organizarse para cumplir con las tareas que le encomendaban. “En mi casa creían que estaba desocupada, así que me pedían que les ayudara en tareas del hogar. Siempre accedía y el trabajo lo dejaba para la noche y, a veces, ni dormía”. Cuando las tareas se acumulaban, destinaba los fines de semana y feriados para cumplir con el trabajo pendiente. Durante este tiempo, aprendió que aunque el freelance es una opción que le permite dedicarse un poco más a lo que le gusta, es necesario tener un ingreso seguro cada mes, porque de lo contrario tendría que esperar algunas semanas y en ocasiones meses para recibir el dinero.

El freelance debe declarar sus impuestos, buscar posibles clientes y, por supuesto, pagar cuentas

Una opción podría ser conseguir un trabajo de medio tiempo para contar con un ingreso seguro. Aunque parezca la panacea, todo freelance tiene obligaciones: debe cancelar sus impuestos, pagar cuentas y buscar más ‘chauchas’.

Mario Andrade, por ejemplo, está convencido de que ser freelance es un estilo de vida. “Es cuestión de cada quien descubrir lo que lo hace feliz. Quizá mi forma de trabajo no sea la ideal, pero hasta ahora me siento bien”. Algunas personas optan por esta modalidad por necesidad más que por convicción.

Graciela Paredes perdió su trabajo el año pasado. “Me quedé sin empleo de un momento a otro y empezó mi búsqueda; dejé carpetas en muchos lugares, pero no me llamaron. No perdió el tiempo y se comprometió a realizar varios trabajos como autónoma.

Fue la primera vez que trabajó desde casa y la experiencia no le disgustó. Como a todo freelance novato, le costó disciplinarse y fijarse horarios para dedicarse por entero al trabajo. Al principio sacrificó varias horas de sueño en las noches, pero después de organizar su tiempo cumplió con sus obligaciones. Está convencida de que un freelance responsable puede llegar a trabajar más horas que un trabajador con un horario fijo, porque invierte menos tiempo en trasladarse a la oficina. Además, en lugar de asistir a reuniones interminables, propias de muchos trabajos, se dedica de lleno a cumplir con sus tareas.

Para quienes deciden convertirse en verdaderos trabajadores autónomos Sonia Sanchéz Escuer, autora de Apuntes de una oveja freelancera, advierte que es necesario mostrar una actitud perseverante. “Algo que debe quedar claro es que todo lo que tú pienses que va a tardar cierto tiempo, en realidad demorará el doble. En el mundo del freelance, todo dura más de lo que uno espera”, asegura esta investigadora, especialista en finanzas personales.

En su obra señala que la causa más común del fracaso de un trabajador independiente es el mal manejo que hace de sus finanzas personales. Por eso, es fundamental asignarse un sueldo para vivir, lo que permitirá pagar las cuentas a tiempo y contar con el dinero suficiente para mantenerse. La escritora también hace referencia al sistema conocido como las tres patas, el cual se refiere a la forma en que los autoempleados se ven a sí mismos y como los ven los demás. Debe ser capaz de estar siempre en un punto medio, no regalar el trabajo, pero tampoco sentirse el mejor en el mercado. Los extremos siempre perjudicarán el desempeño laboral.

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