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El Telégrafo
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Insectos en la escena del crimen

Como en la serie de TV CSI, los biólogos toman muestras de los insectos para dar mayores pistas en el caso de un crimen.
Como en la serie de TV CSI, los biólogos toman muestras de los insectos para dar mayores pistas en el caso de un crimen.
25 de enero de 2015 - 00:00

Son una pieza fundamental para determinar el momento en que una persona murió, si su cuerpo fue movido de lugar e incluso las posibles causas de su deceso.

Por estas y otras razones, los biólogos consideran que el estudio de los insectos debe considerarse como herramienta en la investigación forense. Una de las características de las moscas, es su capacidad de detectar el olor emanado por un cadáver a kilómetros de distancia.

Además, su tamaño pequeño les facilita el acceso a casi cualquier lugar, ya sea un sótano, el baúl de un auto o una habitación cerrada, logrando ser las primeras en hallar un cadáver.

Durante su ciclo de vida, los insectos colocan huevos, de los cuales nacen larvas que, a su vez, colonizan el cadáver y se alimentan de este. Este proceso permite a los investigadores estudiar las larvas para tratar de establecer su edad y de este modo tener una idea del tiempo de descomposición de un cadáver. Estos estudios, que parecen exclusivos de la serie de televisión CSI —que trata sobre el trabajo de los Laboratorios de Criminalística de la Policía EE.UU. —, ya se realizan en nuestro país.

Un equipo liderado por el biólogo Álvaro Barragán de la Pontificia Universidad Católica (Puce) desarrolla este trabajo y colabora con la Fiscalía General del Estado en este campo, conocido como entomología forense. “Estos insectos nos pueden ayudar en cuestiones bien interesantes, por ejemplo, de acuerdo con el desarrollo que tienen los gusanos se puede establecer hace cuánto tiempo falleció una persona”. En este sentido, hay ciertos grupos de insectos que están presentes en momentos determinados de la muerte de un individuo.

Según este biólogo, un par de minutos antes de que un ser humano fallezca, las moscas pueden estar dando vueltas cerca del cuerpo, porque son capaces de percibir ciertos químicos que, por lo general, el cuerpo humano emite en el umbral de la muerte. Los científicos de la Puce advierten que hay diferentes oleadas de insectos que llegarán al cuerpo de acuerdo con las diferentes etapas de descomposición. Esto —asegura Barragán— está determinado por algunos factores como el clima, la temperatura y las condiciones del cadáver.

Después de indagar sobre la incidencia de estos aspectos, los biólogos han concluido que hay ciertos tipos de insectos que pueden brindar datos precisos.

Estos invertebrados proporcionan datos valiosos acerca de la muerte de un ser humano.

Los biólogos los llaman por su nombre científico: dipteros y doleopteros, que son, en realidad, grupos diversos, integrados por unas cuantas familias y especies que se han convertido en aliadas de la investigación forense.

“Cuando una persona fallece, los médicos legistas pueden proporcionar muchos datos certeros cuando han transcurrido hasta 24 horas desde el deceso, pero cuando han transcurrido más horas, es difícil datar el tiempo de exposición del cadáver”, precisa el Barragán. Para cumplir con esta tarea están los insectos, porque cuando se determina en qué ciclo de vida se encontraban cuando colonizaron el cadáver, los científicos pueden saber el tiempo que la persona lleva muerta.

El primer documento sobre un caso resuelto por la entomología forense se remonta al siglo XIII y se encuentra en un manual chino de medicina legal, el cual refiere a un homicidio en el que apareció un labrador degollado por una hoz. Se describe que el día después de la muerte, el investigador pidió a todos los labradores que pusieran su herramienta de trabajo (hoz) en el piso. Trazas invisibles de sangre atrajeron moscas a una única hoz. Confrontado con la evidencia el dueño de la hoz confesó su crimen.

Álvaro Barragán hace hincapié en que la presencia de moscas es una señal de que algo ocurre. “Cuando la casa está sucia o cuando dejamos comida afuera, las moscas llegan rápido. Esas moscas que nos rodean, se comen ‘cadáveres’ —restos de comida, como pollo, carne, pescado. Estos insectos, en realidad, no identifican si es un cuerpo humano o un pedazo de pollo. Para estos, todo es lo mismo.

Los científicos de la universidad empezaron estos estudios hace 2 años. Barragán dice que, a través del análisis de los insectos, han sentado las bases para fomentar esta rama conocida como entomología forense en el país.

Los conocimientos que se derivan de esta área, están en etapas avanzadas en muchos países, pero en Ecuador apenas están comenzando. (AR)

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