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El Telégrafo

Assange exige a Obama parar la cacería contra WikiLeaks

Assange exige a Obama parar la cacería contra WikiLeaks
20 de agosto de 2012 - 00:00

El sonido continuo de un helicóptero que sobrevoló ayer la embajada ecuatoriana en Londrés fue el preámbulo de la  intervención del creador de WikiLeaks, Julian Assange. El australiano, de 41 años, apenas salió al balcón alzó su mirada y vio a la aeronave que, según él, se escuchó toda la noche.

A las 08:30 (hora de Ecuador) cuando Assange salió al balcón, la embajada estuvo custodiada por no menos de 100 policías metropolitanos de Scotland Yard. Y a un costado cientos de seguidores realizaron proclamas. “Freedom Assange (Libertad para Assange), gritaron quienes, según reportaron las agencias internacionales, habrían permanecido en el lugar toda la noche.

Según la agencia EFE, voceros de la Policía Metropolitana de Londres habrían dicho que “no entraron” y que “no intentaron entrar” en la sede diplomática de Ecuador y que las afirmaciones hechas por Assange “no son ciertas”.

Esto contradice las declaraciones del fundador de WikiLeaks, quien dijo que “podía oír a equipos de policía revoloteando dentro del edificio, y que habían entrado por la salida de emergencia pero sabían que iba a haber testigos”.                          

Assange prometió el jueves pasado realizar una declaración pública, pero la incertidumbre sobre si lo haría o no fue ayer aún más fuerte entre los asistentes, sobre todo cuando el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño pidió a Assange abstenerse de realizar cualquier tipo de declaración que -de pronto- pudiese entorpecer una salida para que obtuviera el salvoconducto por parte de Reino Unido, que le permita arribar a suelo ecuatoriano.

La declaración de ayer de Assange fue la primera luego de permanecer cerca de dos meses en la embajada ecuatoriana y se  produjeron después de que hablara a las puertas de la embajada su abogado, el ex juez español Baltasar Garzón, quien aseguró que su cliente nunca ha rehuido a la justicia sueca, pero que exige garantías mínimas de que no será extraditado a un tercer país, como los EE.UU., en donde se lo podría acusar de espionaje.

Los ojos de millones de personas se centraron ayer en la embajada ecuatoriana, que tuvo movimiento desde las primeras horas de la mañana. Cientos de medios de comunicación se apostaron en la zona para aguardar alguna declaración. Tras varias horas de incertidumbre en las que centenares de ojos estuvieron escrutando el más pequeño movimiento en las cortinas del balcón del edificio de ladrillos rojos, Assange apareció y fue recibido por los gritos de la gente. Su discurso fue breve, apenas diez minutos, pero sus seguidores se dieron por satisfechos.

Los simpatizantes de Assange, algunos con las máscaras del movimiento Anonymous, se reunieron frente a la embajada, cantando y coreando eslóganes en contra de las autoridades británicas, rodeados de medio centenar de policías. El fundador de WikiLeaks, mostrando un nuevo corte de cabello y vestido con una camisa azul y corbata roja, se apoyó en su familia a la que prometió que pronto se reunirían. También agradeció al Gobierno ecuatoriano y al presidente Rafael Correa por su valentía, y pidió a EE.UU. terminar con la “cacería”.

Sobre aquello, el canciller Ricardo Patiño dijo que prefería no opinar y que “esas son palabras que ha dicho él, yo no quiero inmiscuirme en más de lo que ya lo hemos hecho. Ese es un tema que él está planteando”. 

De la misma manera, el funcionario ecuatoriano aseguró que al interior de la Embajada en Londres se está procurando mantener la “situación sicológica, humana, de salud y de alimentación” de Assange, cuya seguridad, al estar refugiado en la sede diplomática y tener el estatus de asilado, corre por parte del Estado ecuatoriano.   

El funcionario afirmó que la embajadora Ana Albán ha estado en permanente contacto con Assange desde que llegó a la legación. Se sinceró al afirmar que, a diferencia de otras potencias, la misión diplomática es pequeña, pero aseguró que se le están dando “todas las garantías y asistencias al señor Assange”. 

Assange también recordó el caso del grupo de punk ruso Pussy Riot, condenado el viernes a dos años de cárcel por haber cantado en un templo moscovita contra el presidente Vladimir Putin.

En declaraciones a la cadena ABC 24, Christine Assange, madre del creador de WikiLeaks, señaló que piensa que su hijo es “bastante realista”. Además de que “tiene miles de millones de personas en el mundo que lo apoyan. Estados Unidos y sus aliados están casi solos en este caso y el apoyo (a Julian) crece día a día”.

Y sin pensarlo dos veces, la señora manifestó que espera que “Reino Unido decida dar marcha atrás en su posición de ser el perro faldero de Estados Unidos y defienda su propia soberanía y la de Ecuador”. 

Al terminar su discurso, Assange levantó los dedos en señal de victoria, como un guiño a sus seguidores para asegurarles que muy pronto volverá, mientras se lanzaron globos de colores al aire y un músico se puso a tocar una gaita. Para ellos ver a Assange fue de por sí una fiesta que interrumpió el silencio habitual de la calle normalmente tranquila del elegante barrio de Knighstbridge, en donde se asienta la sede diplomática ecuatoriana.

Kristinn Hrafnsson, otro de los integrantes de WikiLeaks, dijo ayer que si Suecia se comprometiera a no extraditarlo a Estados Unidos sería una “buena base para negociar” la salida de Assange de la embajada. Suecia reaccionó rápidamente y un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que “el sospechoso no tiene el privilegio de dictar sus condiciones” y recordó que “no extraditamos a nadie si corre el riesgo de (ser condenado a) pena de muerte”.

Ayer varias agrupaciones sociales convocaron a una marcha de cacerolas para el próximo domingo, como medida de rechazo ante la no entrega del salvoconducto al creador de WikiLeaks. El encuentro se realizaría en todas las embajadas británicas del mundo. En los exteriores de la Embajada británica en Quito, continúa el cerco de metal que se instaló desde el pasado jueves, pero este fin de semana no se produjo ningún incidente. Tampoco hubo manifestaciones.

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